Para subir al monte que propongo hoy es necesario coger el coche. Porque hay que viajar durante poco más de tres horas hasta Riaño, una pequeña localidad leonesa situada a las puertas de los Picos de Europa. Conocida por el gran embalse que se extiende a sus pies y por el columpio más grande de España con sus ocho metros de altura, el pico Gilbo ofrece una panorámica inmejorable de este paraje.
Conocido también como ‘el Cervino leonés’ por su característica silueta, la ruta comienza junto al aparcamiento del puente que da acceso a la localidad. Un cartel indica precisamente la ruta junto a otros posibles destinos. Los primeros metros transcurren por una ancha pista forestal que recorre la orilla del embalse. Tras aproximadamente un kilómetro de marcha, hay que tomar un desvío a la izquierda que nos introduce en un bonito hayedo donde comienza a incrementarse el desnivel. El bosque, ya en plena primavera, está casi en todo su esplendor.
Una vez dejado atrás este, vemos ya más directamente la cima del Gilbo. La ruta no tiene pérdida. Hay un camino marcado que atraviesa unas verdes campas, perfectas para pasar unas horas en familia, que terminan en la pared de roca que lleva a un collado. Pasando a la cara norte empieza la verdadera ascensión, cuando el desnivel obliga a mirar para arriba y en ocasiones, casi a ayudarse de las manos para seguir adelante. Nada insuperable con un poco de paciencia. Un giro a la izquierda marca el último tramo, casi un canal, que lleva finalmente a la cima, situada a 1.679 metros.
La panorámica es espectacular. De frente, Riaño abrazado por el embalse. Más a la derecha, sobresaliendo en el horizonte, el imponente Espigüete, la cima más conocida de la montaña palentina junto al Curavacas. Y a la izquierda, hacia el norte, los Picos de Europa. A poco más de media hora está Caín, vía de entrada para la famosa ruta del Cares desde el oeste. Y un poco antes, Cordiñanes, que da acceso al refugio de Collado Jermoso y a Torre Lambrión, la Palanca, Friero… Ha sido hora y media de subida. El viaje hasta aquí ha merecido la pena.
” Fuentes www.elcorreo.com ”