La AMP permitió que la terminal de cruceros, donde se invirtió más de $200 millones, se convirerta en un taller de barcos donde operan empresas amigas de Araúz.
Una de las empresas de astillero confirmó que no tienen ningún contrato con la AMP para esto, solo su licencia. Dijeron que es el dueño del barco en reparación que le paga al operador del puerto que es Colón 2000. Víctor Arosemena
El Estado invirtió más de 200 millones de dólares para construir el puerto de cruceros de la Calzada de Amador bajo el objetivo de impulsar la actividad turística en Panamá.
Después de varias denuncias públicas, este medio hizo un recorrido por las instalaciones del puerto de cruceros encontrando que toda la infraestructura ha sido tomada para la reparación de barcos, el Hellas Stream, Dalarma y el Giga Haw.
Incluso uno de estos barcos ha sido levantado de uno de sus extremos para realizar trabajos que requieren de un dique seco, según expertos. Y es que la construcción de este puerto nunca incluyó especificaciones para realizar reparaciones de barcos.
Pero los dueños de estos talleres de buques afirman lo contrario, y dicen que este puerto de cruceros es “ideal” para estos trabajos.
El administrador de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), Noriel Araúz, le ha dado vuelta al objetivo turístico de este puerto estatal para desarrollar negocios propios de empresas de astilleros. Incluso, en el negocio vuelven a surgir nombres de personas ya vinculadas al administrador de la AMP en otros negocios y contratos directos, ente ellos el de Pablo Torres y su empresa Stward Inc.
Precisamente, es la empresa de Torres y Talleres Industriales, propiedad de Lino Arosemana, las empresas que están realizando los trabajos de reparaciones de barcos, tomándose todo el puerto de cruceros de Amador desde hace dos semanas.
Este medio de comunicación envió un cuestionario al administrador de la AMP y este no dudó en defender el negocio respaldado con el uso directo del puerto de cruceros y en donde aparecen, entre los beneficiados, los nombres de sus amistades que ya vinculadas a otros contratos que él mismo ha otorgado.
Señaló que lo único que exige la AMP es que las embarcaciones que realizan estas embarcaciones no excedan la capacidad de las estructuras del puerto basado en su diseño, y que las empresas que ofrecen el servicio de astillero cuenten con la licencia de operación.
Araúz fue muy parco en dar detalles del negocio que ha dejado crear dentro del puerto de cruceros.
Dijo que se trata de una relación comercial entre las partes donde es la empresa a la que la AMP le dio la concesión de operar la terminal de cruceros, la que factura el uso del puerto como taller de reparaciones. El Estado no reciben ningún centavo, a pesar de que él fue el que invirtió los 200 millones de dólares para desarrollar el puerto.
Araúz solo dijo que son dos empresas las que llevan dos semanas haciendo reparaciones de barcos en el puerto de cruceros de Amador, pero no reconoció los vínculos que lo conectan a Pablo Torres y su empresa.
“Actualmente, hay dos empresas realizando reparaciones menores a las embarcaciones, solo en estas dos empresas estamos hablando de cerca de 200 trabajadores. Y no solo se benefician las empresas que realizan las reparaciones, sino que esto también permea hacia la industria marítima auxiliar, toda vez que estas embarcaciones reciben diversos servicios como el agenciamiento, avituallamiento, recolección de desechos Marpol, inspecciones de equipos electrónicos, suministro de combustibles, entre otros”, dijo Araúz.
El administrador de la AMP también afirmó que la conversión de este puerto de cruceros en un taller de reparaciones no está afectando al turismo. “Desde nuestro punto de vista, esto no afecta el turismo en Panamá, toda vez que la temporada de cruceros ha finalizado y los trabajos que se realizan en el mismo son menores e internos, todo lo contrario, permite que las tripulaciones de estas naves, alrededor de 20 o 25 tripulantes por cada embarcación, puedan desembarcar a tierra y consumir en los comercios”, aseveró Araúz.
Lo que sí ha dejado claro Araúz, en medio de sus esquivas respuestas, es que el Estado no recibirá un solo centésimo por el uso de su puerto de cruceros en Amador por parte del negocio de las reparaciones de barco. También dijo desconocer la tarifa que aplica el operador del puerto a estas empresas de reparaciones.
Esto en contraste con el concepto bajo el que se vendió y creó el puerto de Amador, amarrado 100% al anclaje de cruceros, para consolidar a Panamá como un “Home Port” o terminal de inicio de recorrido para cruceros, lo que en teoría ayudaría a impulsar actividades turísticas relacionadas, como la de los hoteles, restaurantes, aerolíneas y transporte.
Lino Arosemena, presidente de Talleres Industriales, aceptó que es uno de los usuarios del puerto hecho para recibir cruceros.
Sin embargo, en este puerto la empresa de Arosemena realiza actualmente reparaciones de barcos.
“Nosotros si somos usuarios del puerto y el mismo es ideal para realizar servicios de mantenimiento y reparaciones cuando no sea ocupado por cruceros”, dijo Arosemena de Talleres Industriales.
El empresario aceptó que no tiene ningún acuerdo con la AMP y que mucho menos realizan algún pago al Estado por esto, sino que todo es a través empresa operadora del puerto. “No tenemos ningún acuerdo con la AMP. Nosotros tenemos las licencias de la AMP que nos permiten hacer reparaciones en diferentes muelles en la República de Panamá. El armador (cliente) le paga directamente a su agencia local, la cual paga a los administradores del puerto de Amador”, dijo Arosemena.
El dueño de Talleres Industriales tampoco dudó en defender el uso del puerto de cruceros como taller de barcos. “Es un puerto ideal para atracar barcos grandes con poco calado. Tiene muy buena infraestructura que permite trabajar de forma segura. El espíritu comercial de un muelle es que siempre esté ocupado”, señaló Arosemena
Pero el pasado 13 de marzo, Araúz fue citado al pleno de la Asamblea Nacional para responder a los cuestionamientos de varios diputados sobre los negocios que ha gestionado, alertas sobre las licencias de barcos, la caída del registro de barcos de Panamá, y el uso del puerto de cruceros de Amador para la reparación de barcos.
En tanto, la empresa de Torres es la misma que en el pasado fue contratada por administrador de la AMP para el servicio de lanchas a los inspectores de barcos. Este tema también causó polémica y es parte de una de las demandas legales que enfrenta Araúz por supuestas irregularidades.
Al asumir como administrador de la AMP, Araúz también le dio a Torres un contrato de uso del muelle de Balboa para que hiciera reparaciones temporalmente bajo una tarifa calificada como irrisoria para los intereses del Estado.
¡Mira lo que tiene nuestro canal de YouTube!
” Fuentes www.panamaamerica.com.pa ”