A priori, ¿quién diría que no? Trabajar menos, producir más, pasar más tiempo en casa, que las empresas ganen el mismo (o más) dinero… Pero como en tantas otras cuestiones de la vida, en cuanto rascas la superficie de la jornada de cuatro días, las dudas salen a la palestra. El experimento del alcalde de Valencia, Joan Ribó, de poner cuatro semanas con festivos en lunes para simular, de alguna manera, esa reducción de jornada termina este domingo, y los distintos sectores lo han recibido de forma desigual. Desde el rechazo frontal de médicos y sanitarios, al aplauso emocionado de sindicatos o agencias de viajes, hay todo un espectro de opiniones que dudan de que lo que ha pasado este mes de abril pueda tildarse siquiera de experimento. La palabra «ocurrencia» o «invento» ha sido repetida en varias ocasiones por parte de los representantes sectoriales con quienes hemos hablado en LAS PROVINCIAS.
Acudamos a la academia. Adrián Todolí es profesor titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de València y es claro: «El problema es de concepto. La jornada de cuatro días en ningún caso está pensando en que haya un día menos de apertura». «Lo que se ha hecho en la ciudad de Valencia es un experimento. Cuando se plantea la reducción de jornada, no es que cierren, sino que hagan otro turno. Ese es el planteamiento», asegura Todolí. Las empresas, por tanto, deberían contratar a más gente para atender al mismo público y abrir todos los días. Eso las que trabajen de cara al cliente, claro, porque las que empleen tecnología sí podrían trabajar un día menos y mantener la productividad. Pero llegaremos a eso más tarde.
Cambio de mentalidad. El profesor de Derecho del Trabajo de la UV Adrián Todolí cree que este cambio «no está pensado para abrir menos días al público»
«Desde la perspectiva empresarial y sindical, no es que se trabaje cuatro días sino que cada trabajador trabaja cuatro días y luego otro haga otros cuatro, cubriendo así toda la semana», indica Todolí, que es el primero en nombrar un sector que lo tiene verdaderamente fastidiado: la hostelería. «¿Qué vas a hacer, cerrar sábado, domingo y viernes, que es cuando más trabajo tienes?», se pregunta. No. «La jornada de cuatro días está pensada para reducir el número de horas que hacen los trabajadores, no para que cierre todo», asegura Todolí.
«Ha sido un experimento que puede haber servido para calcular si se contamina menos o si se gasta menos en gasolina, si la hostelería gana más dinero, o el turismo… pero son cosas distintas a la pura jornada de cuatro días», insiste Todolí. El profesor explica que la reducción de jornada va acompañada del mismo sueldo: «No, no se puede pagar menos. Si se hace eso es una reducción de jornada. Lo que se está hablando desde la perspectiva de la jornada de cuatro días es que en los últimos 20 años la productividad ha aumentado casi un 15% gracias a la tecnología. Esto no ha hecho que reduzcamos las horas de trabajo ni que aumenten los salarios».
«Hace falta un cambio de mentalidad», sentencia Todolí. «Cuando asociaciones o empresarios lo aplican es porque quieren modernizar la forma en que trabajan. En las últimas horas del día, o el último día de la semana, los trabajadores son poco productivos, por eso prefieren reducir las horas, que no vengas el viernes», explica Todolí que, eso sí, advierte: el cambio no será rápido. «Este tipo de cambios de paradigma son lentos, salvo que el BOE salga mañana y diga que la jornada laboral pasa a ser de 32 horas», dice. No parece.
Los sindicatos, a favor
Hablan ahora los sindicatos. Arancha Millán, de la sección sindical de UGT en el Ayuntamiento de Valencia, explica que hacen una valoración positiva: «Hemos constatado que la plantilla trabaja con mayor intensidad, lo que implica mayor productividad. No hemos detectado ningún tipo de retraso en las actividades del consistorio y consideramos que es una iniciativa muy interesante para explorar en el futuro». Por su parte, Juan Carlos Gallart, secretario de Empleo de Comisiones Obreras del País Valencià (CCOO-PV), desliga directamente lo que ha ocurrido en Valencia del debate de la jornada laboral. «Lo que se ha implantado en Valencia no es más que añadir un festivo a abril», asegura. «Se valora positivamente una cuestión que ha traído este proyecto que es que ha creado un debate, un tanto artificial, pero un debate al fin y al cabo que hacía falta tener», indica Gallart.
¿Y qué piensa de todo esto el alcalde de Valencia y artífice de este experimento, Joan Ribó? Este diario intentó ponerse en contacto con él pero fuentes de Alcaldía trasladaron que no han detectado grandes aglomeraciones en los servicios municipales y que, de cara al año que viene, no podrán volver a ponerlo en marcha, si ganan, porque lo que ha ocurrido en 2023 es casi un golpe de suerte: con los días festivos que han caído en lunes, bastaba con mover un par de ellos para tener este programa piloto. Las Naves está preparando un informe para analizar el impacto de la medida, pero las fuentes consultadas entre empresas y sindicatos explican que no creen que sirva para mucho más allá de saber si se ha reducido la contaminación o el tráfico, lo que parece evidente que así será. El debate, por tanto, está encima de la mesa, pero será problema de los gobiernos que elijan las urnas en 20 días.
EDUCACIÓN Enrique Castillejo, presidente del Colegio de Psicopedagogos de la Comunitat Valenciana
«Si los padres han podido pasar más tiempo con sus hijos, habrá sido buena»
Los psicopedagogos se preguntan si con la reducción de días han aumentado los deberes para los niños pero aplauden que los padres que hayan podido disfrutar de los días libres «hayan podido pasar más tiempo con sus hijos», en palabras del presidente del Colegio Oficial de Psicopedagogos de Valencia, Enrique Castillejo. «Si los dos padres tienen días libres a la vez que los hijos, bien. Si no, se crean problemas de conciliación», comenta Castillejo, que añade que el ocio familiar «es una buena oportunidad para ir recuperando ese tiempo común y evitar que cada uno haga vida por su lado». «Habrá que esperar a ver resultados para ver cómo han actuado los centros educativos con respecto a la carga lectiva», indica el presidente de los psicopedagogos.
Por su parte, Vicente Morro, presidente de la Federación Católica de Padres de Alumnos (Fecapa), explica que no han recibido ninguna queja ni ninguna protesta. «Nadie se ha sentido directamente perjudicado por este cambio», comenta Morro, que añade que el día 22 de enero siempre ha sido fiesta en la ciudad «y las familias que trabajaban fuera tenían la misma situación. No es algo que les haya pillado de nuevas», asegura. «Siempre es un pequeño trastorno no poder seguir la jornada habitual», lamenta Morro, que añade que el mes de abril «ha sido una ocurrencia de Ribó». «Las semanas con el lunes festivo hacían que mucha gente trabajara de martes a sábado, como siempre. Se habrá notado únicamente a efecto de funcionarios», aventura. «No se sostiene. No se producía ningún tipo de reparto de la jornada laboral sino una coincidencia de festivos», asegura Morro.
TURISMO Nuria Montes, secretaria general Hosbec
«Los valencianos que han salido de la ciudad no han sido significativos»
Opiniones dispares las que se tienen dentro del sector turístico tras este primer experimento en la capital. Nuria Montes, la secretaria general de la patronal hotelera Hosbec, explica que los valencianos que han hecho turismo «no han sido significativos. Es muy poco apreciable». Respecto al trabajo de los empleados de los hoteles, Montes explica que no se les aplica la jornada laboral de cuatro días «porque trabajamos 24 horas, siete días a la semana, los 365 días del año». «Nos habría gustado que los festivos estuvieran repartidos a lo largo de todo el año», admite Montes.
Eso sí, explica que a la ciudad aún le falta para ser «una ciudad turística perfecta». «El cierre de determinadas atracciones ha afectado más que beneficiado. Por ejemplo, el Mercado Central», asegura Montes, que apunta que lo que deberían hacer las empresas de Valencia es «contrata más gente para hacer más turnos». Por su parte, Miguel Jiménez, presidente de la Asociación Empresarial Valenciana de Agencias de Viajes (Aevav), asegura que se ha notado un aumento de entre el 35 y el 40% en las reservas, sobre todo en el caso del puente del 1 de mayo. «Viajar sale ahora más barato que en verano: sale casi igual irte 9 días 7 noches al Caribe que pasar cinco días en el centro Europa, como París o demás», asegura Jiménez. Esto lo han podido hacer, claro, quienes han podido cogerse días libres, acumulados de otras semanas, para disfrutar de los puentes.
SANIDAD Víctor Pedrera, vicepresidente del Sindicato Médico
«El martes se vuelve un lunes con tres días sin atención antes»
La sanidad y, sobre todo, la atención primaria, es el sector que más problemas ha sufrido. Así lo asegura el vicepresidente del Sindicato Médico, Víctor Pedrera, que lamenta que la idea de Ribó «haya concentrado en cuatro días la actividad en los centros de salud». Opina que con estos días festivos «estás convirtiendo el martes en un lunes pero con tres días sin atención en lugar de dos», comenta el médico, que asegura que sólo se podría aplicar si Sanidad decide «reforzar los centros de salud; potenciar los puntos de atención continuada, que ahora no están abiertos 24 horas; y adecuar la oferta a la demanda real». No parece probable, como él mismo reconoce, que Sanidad opte por esta posibilidad. Por su parte, Inma Cervera, experta en Salud Pública en el departamento de La Fe y miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), alerta de que en los ambulatorios se vive estos días una importante «sobrecarga de las agendas». Explica que con esta idea del alcalde «los pacientes siguen siendo los mismos, pero los tenemos que atender en cuatro días en lugar de en cinco». «El problema es que se han acumulado todos los festivos en un mes. Cuando las vacaciones están más repartidas, un día en enero, otro en Fallas… la demora no se acumula tanto», lamenta. Cervera admite que en su consulta tiene que dar citas «para finales de mayo». «Eso suponen cuatro semanas de demora. Si los pacientes tienen algún problema agudo se encuentran con agendas a rebosar», explica la doctora, que da por hecho que algo similar habrá ocurrido en quirófanos y hospitales, que también han tenido días libres por imposición municipal.
EMPRESA Y COMERCIO Eva Blasco, presidenta de la Confederación Empresarial de Valencia
«Lo que se ha hecho es una acumulación de festivos que no podemos valorar»
La presidenta de la Confederación Empresarial de Valencia, Eva Blasco, es clara: «No podemos hacer una evaluación. Es una simple acumulación de festivos. No sirve como experimento ni como prueba piloto». «Ha habido empresas a las que se les ha generado una acumulación de trabajo de cuatro días. Han ido de cabeza porque no podían satisfacer todo con tanta acumulación de festivos. Ha generado distorsiones en las empresas», comenta Blasco, que añade que a las mercantiles «que trabajan con otros territorios les ha generado una problemática adicional». «La jornada de cuatro días es inviable en algunos sectores. ¿En la hostelería? Imposible», asegura. «No basta con ponerlo e irse ajustando con el paso del tiempo. Empecemos por intentar racionalizar los horarios», explica Blasco, partidaria de avanzar en la conciliación de horarios antes que en la jornada de cuatro días que ha planteado Ribó, con quien, por cierto, se reunió en enero. A nivel más local, la gerente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y del Ensanche, Julia Martínez, explica que el lunes de Pascua y el de San Vicente, salvo los negocios dirigidos al turismo y a la hostelería, la mayoría de locales estuvieron cerrados. «Eso sí, el 24 muchos optaron por abrir porque llevaban ya demasiados festivos acumulados el mismo mes», comenta. En el caso de centro histórico, «la apertura fue positiva». «En el Ensanche no se abrió, pero se trabajó en muchos casos dentro a puerta cerrada», indica Martínez, que añade que, en realidad, esos días «había gente por la calle»: «Lo que indica que fue una pena no tener abierto».
OCIO Y HOSTELERÍA Víctor Pérez , presidente de la Federación de Ocio y Turismo
«Los locales de ocio han trabajado mucho en domingo»
El presidente de la Federación de Ocio y Turismo (Fotur), Víctor Pérez, explica que tampoco ha tenido demasiado tiempo para hacer valoraciones, pero asegura que si se implantara de forma general «la gente tendría más tiempo para consumir más ocio». Eso sí, el sector tiene comprobado que en los puentes «entre el 20 y el 25% de la población se va a la costa, y hace gasto en esos locales». Pérez cree que si se implantara la jornada de cuatro días, «vendría más turismo, que supliría esta falta de valencianos». Eso sí, asegura que los domingos en que había puente los locales de ocio «han trabajado muy bien, incluso se han hecho conciertos». Por su parte, la hostelería ha vivido este experimento de forma dispar. En Hotaru, en Ruzafa, aseguran que tantos festivos les han venido mal «porque la gente se va fuera y nuestro fuerte, que son los viernes y los sábados, se nota que está todo más calmado». Por su parte, Mar Soler, de 2 Estaciones, explica que ellos aplican la jornada de cuatro días desde hace tres años:
«Nos daba un poco de miedo al principio porque dejábamos de facturar un día pero al final tanto en términos de facturación como en conciliación laboral ha sido un cambio innegable dado que somos más productivos y nuestra calidad de vida y la de nuestro equipo ha mejorado considerablemente». Iria Lado, de Vinorte, explica que cierran los lunes, como es habitual en la hostelería, pero indica que sí lo han notado en las reservas de fin de semana porque los clientes «han salido de la ciudad».
” Fuentes www.lasprovincias.es ”