Multitud de hombres, mujeres y niños se agolpan desesperados por alcanzar uno de los fallos en los pasajes de ómnibus que van hacia interior del país. Es la terminal de pasajeros de última hora, o lista de espera, Villanueva, en La Habana Vieja. Aquí queda más claro que en ningún otro sitio que viajar desde la capital hacia cualquier ciudad de Cuba se ha convertido casi en una “misión imposible” para los cubanos de a pie en tiempos de crisis de combustible.
La primera gran cola es para anotarse en la lista de espera y puede demorar fácilmente una hora. Solamente se permite anotarse para dos destinos, mostrando el carné de identidad. Luego, comienza la verdadera espera hasta la llegada del ómnibus deseado. Después, a cruzar los dedos para tener suerte y que llamen por los altoparlantes a varios números de la lista de espera.
Este ciclo se repite incluso por varios días, hasta que el atormentado viajero logra abordar extenuado la guagua hacia su provincia o se rinde y desiste de viajar. El hacinamiento de Villanueva contrasta con las agencias de pasaje totalmente vacías por la falta de disponibilidad de ómnibus y trenes, como pudo comprobar DIARIO DE CUBA en la agencia de reservaciones de Calzada de Diez de Octubre y San Francisco, donde los pasajes se reservan con 30 días de antelación, pero la disponibilidad de capacidades es mínima. La aplicación Viajando, para reservar desde los teléfonos móviles, hace tiempo que fue suspendida.
En Villanueva, están viajeros como Jonathan, quien quiere llegar a Ciego de Ávila. “Me anoté en la lista de espera y no he tenido suerte. Esto está en candela, aquí hay gente que lleva tres días esperando para ir a Guantánamo y Santiago de Cuba, los destinos más difíciles de obtener”, comenta.
“Antes, viajar a Ciego desde aquí era fácil; salían varias guaguas con asientos vacíos y salían regularmente ómnibus de turismo vacíos que iban a Morón y Cayo Coco. Pero todo eso terminó, ahora no hay transporte, hay que tener suerte o dinero para conseguir un viaje en Youtong arrendadas particulares. Un asiento cuesta entre 1.500 y 2.000 pesos. Los camiones de pasajeros solo hacen viajes largos rentables, a Oriente”.
Yanelis es una joven madre guantanamera, que intenta viajar hacia su provincia con su bebé de dos meses, su mamá y su tía. “Llegué hoy a la terminal, pero estoy desesperada con mi bebé. Por el calor, tiene una erupción en la piel y está muy majadero”, explica.
“No quiero que me pase lo que a otras familias que se estancan hasta tres días aquí. Ya hablé con el jefe de turno y me dijo que iba a hacer lo que pudiera. Me explicó que son muchos casos sociales y están limitados los asientos para casos sociales”, añade.
“Tenemos la opción de viajar en camiones de pasajeros que salen de esta propia terminal, pero el pasaje a Guantánamo está en 3.500 pesos y el viaje es incomodísimo y peligroso. No tenemos ese dinero para viajar las tres; además, tengo miedo por el bebé, que no aguante el calor del viaje y se me enferme. La única opción que tenemos es coger fallos en la lista de espera, pero las guaguas ya casi no piden fallos“, lamenta.
“Si tuviera mucho dinero seguro que resolvía por fuera unos asientos, porque aquí hay gente que por dinero te resuelven adonde sea. En mala hora tuvimos que venir a La Habana, esto es un pequeño infierno y se va a poner peor para el Día de las Madres”, que en Cuba se celebra el segundo domingo de mayo
No hay pronunciamientos oficiales sobre cuánto ha afectado la crisis del combustible la transportación interprovincial, pero la perspectiva de los viajeros es que prácticamente ha colapsado.
A la falta de combustible se suma el mal estado de los vehículos. A finales de 2022 el Gobierno reconoció que el parque automotor de Ómnibus Nacionales estaba al 48% y que solo se cubría en ese momento el 43% de las salidas interprovinciales que se realizaban antes de 2019.
” Fuentes diariodecuba.com ”