«Uno de los cinco mejores hoteles Raffles en el mundo». Eso es, ni más ni menos, lo que espera el CEO del grupo francés Accor, Sebastian Bazin, del hotel Raffles London at The OWO (Old War Office) que abrirá sus puertas en unas semanas en la capital británica, coincidiendo con la coronación del Rey Carlos III. La frase es toda una declaración de intenciones y una aspiración que está en sintonía con el enclave elegido para darle vida a este primer establecimiento Raffles, cuyo primer e icónico hotel está en Singapur, en territorio británico, que sobra decir que será de cinco estrellas y que es una de las inauguraciones más esperadas en la capital. Ubicado en el número 57 de Whitehall, fue sede de del ministerio de Defensa y la Old War Office, antigua Oficina de Guerra, y fue en 1898 cuando el arquitecto escocés William Young fue elegido para hacerse cargo de su diseño. Lamentablemente, murió dos años después, pero el proyecto fue completado por su hijo, Clyde Young, y el topógrafo John Taylor.
Fuentes de la compañía explicaron que «The OWO es una isla de unos 70.600 metros cuadrados situada frente al Horse Guards Parade, con vistas a St. James’s Park, Downing Street y dos monumentos Patrimonio Mundial de la Unesco: el palacio y la abadía de Westminster» y «ha desempeñado un papel fundamental en la historia británica» ya que «personajes de la talla de Sir Winston Churchill, Lord Haldane e Ian Fleming, creador de James Bond, han recorrido los pasillos de esta antigua sede» de Defensa e incluso algunos tenían allí oficinas. De hecho, algunas de escenas de las películas del agente 007 fueron filmadas en este icónico edificio, catalogado como de Grado II*, que en el Reino Unido es una estructura considerada «de especial interés, que justifica todos los esfuerzos para preservarlo», y si se le suma el asterisco significa que son enclaves «particularmente importantes de interés más que especial». Los edificios catalogados, es decir, de importancia nacional, se inscriben en un registro oficial denominado Listado de Edificios de Especial Interés Arquitectónico o Histórico, y están, como este, legalmente protegidos contra la demolición, ampliación o alteración significativa sin un permiso especial.
Este, que destaca por su imponente exterior barroco eduardiano, fue adquirido por el grupo Hinduja junto con el español OHL en el 2016 por 350 millones de libras esterlinas. El hotelero y empresario de origen indio Sanjay Hinduja declaró a la revista Spear´s que «cuando llegamos a Whitehall, nos quedamos impresionados con el tamaño y la belleza del edificio» y que «no se ha escatimado en gastos para devolverle su antiguo esplendor. Cada faceta de este desarrollo ha sido emocionante», mientras que Shalini Hinduja, diseñadora que participó en el proyecto y nuera de Gopichand Hinduja, apuntó a The Telegraph que «una oportunidad como esta se presenta una vez en la vida».
Y es que para la apertura de sus 120 habitaciones, nueve restaurantes, varios bares, incluido uno en la azotea, 85 residencias privadas, salas de reuniones, piscina cubierta, saunas y baños de vapor, gimnasio y estudio de yoga, así como jardines y azoteas, fueron necesarios más de cinco años de una intensa labor de restauración. «La propiedad es realmente extraordinaria en términos de tamaño, grandiosidad y su historia como la antigua oficina de guerra de Winston Churchill», declaró a la prensa por su parte Bazin, que agregó además que es «una marca maravillosa». Tan maravillosa como la excepcional escalera central de mármol o el salón de baile con capacidad para 600 personas, uno de los más grandes de Londres, que hay en el edificio.
Y es que el «Old War Office Building ha tenido un pasado fascinante», según reza un documento del gobierno que detalla su historia y que señala que «las personas que trabajaban dentro de sus muros jugaron un papel clave en dos Guerras Mundiales y en la Guerra Fría que siguió». Además, «el edificio está lleno de historia» e incluso «Lawrence de Arabia una vez trabajó aquí».
El primer ladrillo se colocó en septiembre de 1901 y la construcción, en la que se utilizaron unas 26.000 toneladas de piedra de Portland y 3.000 toneladas de piedra de York, así como 25 millones de ladrillos, terminó en 1906. Usando lo que entonces se llamaba estilo ‘Renacimiento’ (ahora llamado ‘Barroco eduardiano’), Young diseñó el frente, que mira hacia el oeste de Whitehall como la elevación principal. Los frentes oeste y norte desde el segundo piso hacia arriba tienen una hilera de columnas jónicas y a lo largo del techo se colocaron figuras esculpidas que simbolizan la Paz y la Guerra, la Verdad y la Justicia, la Fama y la Victoria.
Teniendo tanto los detalles exteriores como interiores en mente, el diseño de las residencias estuvo a cargo del estudio 1508 London, mientras que el de las habitaciones estuvo a cargo de Thierry Despont, el reconocido arquitecto y diseñador de interiores francés cuyo nombre empezó a destacar cuando fue uno de los arquitectos a cargo de la restauración de la Estatua de la Libertad, completada en 1986, entre otros grandes encargos, que incluyen la renovación de hoteles de renombre como el Carlyle en Nueva York, o del Claridge’s y The Dorchester en Londres.
Su nombre no es el único que destaca: también están el del arquitecto Carlos Acuña y el del chef argentino Mauro Colagreco, propietario del restaurante con Michelin Mirazur en Menton, Francia, que está a cargo de la experiencia gastronómica, mientras que la marca Guerlain está detrás de la experiencia de spa. No es para menos, ya que Raffles es la más exclusiva de las marcas de Accor, que la adquirió en el 2015.
Este mayo, 122 años después de que se pusiera la primera piedra, el histórico edificio brillará con una nueva luz mientras es testigo de primera fila del desfile de coronación del nuevo monarca.
” Fuentes www.abc.es ”