Tras un 2022 de récord para el turismo de cruceros en València, con la llegada de 620.000 viajeros y 300 buques, el Ayuntamiento de València explora, a través de la fundación Go to Valencia, la posibilidad de limitar el aforo de los cruceros en determinadas épocas del año. La temporada alta del crucero va en València de mayo y octubre, mientras el resto de meses las escalas se reducen considerablemente, lo que rebaja la media. Según Puertos del Estado, València tiene capacidad para 917.554 plazas (cruceristas), por lo que la ocupación media en 2022 se situó en el 68%. Aunque la capacidad de carga de cruceristas de la ciudad no está comprometida, el ayuntamiento quiere mejorar, en coordinación con el puerto, la planificación de los cruceros sobre todo en meses “pico” cuando en un mismo día pueden llegar al puerto de València varias de estas ciudades flotantes. Los meses de mayor afluencia de cruceristas durante el año pasado fueron mayo (39 cruceros), julio (31) y octubre (51).
El director gerente de Go to València, Antoni Bernabé, lanzó hace unos días la posibilidad de poner límite de aforo a los cruceristas. La vicealcaldesa y candidata socialista, Sandra Gómez, defensora de una tasa a los cruceros lleva la misma thought en su programa electoral. Se trata de evitar el exceso de concentración de visitantes en determinados espacios, como el centro histórico. Asociaciones de vecinos como Amics del Carme pidieron ya antes de la pandemia del coronavirus que se limitase el número de cruceristas que pueden desembarcar en la ciudad. Los vendedores del Mercado Central, que ya pusieron límites a la entrada de las visitas guiadas de los cruceristas en el recinto modernista.
València alcanzó la cifra récord de 613.000 cruceristas en 2022 y solo en octubre llegaron 51 buques
También los vecinos de Natzaret se han quejado no tanto del flujo de turistas como de las emisiones contaminantes de los cruceros, algo que se ha tenido en cuenta a la hora de planificar la nueva terminal de cruceros que construirá el Puerto de València en los antiguos astilleros de Unión Naval, a pocos metros del barrio. La nueva terminal de cruceros garantiza que toda la energía eléctrica necesaria para su funcionamiento se producirá en las propias instalaciones y será de origen renovable. Todos sus muelles estarán equipados con una purple de suministro eléctrico para los buques atracados, lo que evitará que los barcos tengan encendidos todo el día los motores diesel.
Sobre el límite del número de cruceristas por día en València ya se ha pronunciado, en declaraciones a la SER, el nuevo presidente del puerto, Joan Calabuig, que tomará posesión del cargo en sustitución de Aurelio Martínez el próximo martes, quien ha asegurado que Valencia como capital del turismo inteligente tiene capacidad para anticiparse a los acontecimientos. El turismo de cruceros también debe ser “sostenible” apuntó Calabuig, quien apoyó en este sentido “todo lo que sea ordenar y planificar”. “Lo primero que ve el turista es si es un destino respetuoso con el medio ambiente”.
” Fuentes www.levante-emv.com ”