En esta sección somos más de salir de excursión, pero también nos gusta leer. Por eso, y porque mañana se celebra el Día Internacional de Libros Infantiles y Juveniles, aunamos en este reportaje la aventura literaria y la actual para afrontar en familia, por si aún no tienes plan de cara a Semana Santa o prefieres quedarte cerca.
Distrae a los críos contándoles un cuento e intenta que sumerjan sus naricillas entre las páginas de los relatos a los que dedicamos cada bloque, muy buscados entre los pequeños lectores que disfrutan en bibliotecas y librerías. Les harás un favor porque leer invita a soñar, fomenta el pensamiento crítico y hace compañía.
Bizkaia
Karrantza
Al contrario que a la del cuento clásico, a ‘Cadavercita roja’, de Luis Murillo (Algar), le gusta caminar sola por el bosque. No le dan miedo ni los árboles que se agrupan alrededor de sus pasos ni los lobos feroces. Es más, quién sabe qué podría llevar en su cestita, tralarálarita, durante un paseo por Karrantza esta simpática zombi. Su rojo traje se adentraría en el encinar de Sopeña, en los límites del Parque Pure de Armañón, al pie de las peñas de idéntico nombre que defienden del viento marino.
Gracias a ese manto protector se genera un microclima que permitió nacer al frondoso encinar mediterráneo en plena cornisa cantábrica. Como la hoja es perenne, cualquier estación resulta perfecta para disfrutarlo. La ruta (seis kilómetros) es fácil. Arranca en el barrio de Paúles.
Una vez allí, como no hay itinerario marcado, lo mejor es dejar la pista y perderse sobre los pastos. Tienes mapa e información en www.karrantza.org y el recorrido en wikiloc. Para enfrentarse a los lobos, nuestra protagonista (y tú) debería acudir al Karpin Fauna, en el barrio Biañez (www.visitenkarterri.com). Comprobará su belleza y que no se han comido a la abuelita. Es más, yo si fuera ellos no me acercaría a Cadavercita roja… digamos que vegetariana, vegetariana, no es.
Navarra
Zugarramurdi
Adorarán el Museo de las Brujas, situado en el edificio que albergaba el viejo hospital. Y como tampoco se trata de ponerse muy crítico ni de romper la magia del relato, aprovecha para acompañarles hasta las cuevas, complejo cárstico bañado de misterio, donde seguro que se les abren los ojos como platos.
Cuéntales que la erosión del río Olabidea, también llamado Infernuko erreka (el nombre ambienta más), ha creado los huecos por los que pasean. Ya que estáis, recorred parte de la ruta pottokaren bidea, la que une Zugarramurdi y las cuevas de Urdazubi-Urdax, señalizada por un caballo azul. No habrá patinetes voladores como los de Anna Kadabra para superar esos cuatro kilómetros, pero tal vez encontréis alguna criatura mágica, desde luego es buen sitio donde esconderse.
La Rioja
Logroño y Enciso
Las niñas ya no quieren ser princesas, escribía Covadonga González Pola. Se hartaron de buscar príncipes y besar ranas. Que sean ellos, si quieren, los que peguen sus labios a batracios, a ver si encuentran infantas que los quieran. Las niñas prefieren ser guerreras, heroínas de comedian con poderes especiales. Ponerse licra, no vestidito pomposo. Enigmático antifaz en lugar de corona. Por eso triunfa entre las peques ‘Kitty’ (Alfaguara), de Paula Harrison, niña de día y gata de noche. Si hay que pensar en verde, prefieren dinosaurios a sapos, mucho más interesantes. Por eso las (y los) llevamos a la Casa de las Ciencias de Logroño.
Hoy, sábado (para niños de 6 a 8 años), y mañana (para los de 9 a 12 años) pueden apuntarse a un Taller-Sauro que ahonda en la vida de aquellos animales extinguidos por un meteorito. Los cursos comienzan al mediodía y es necesario inscribirse a través de la internet www.inscripcionescasadelasciencias.es.
Ya que estás en La Rioja, o si apareces por allí en Semana Santa, acércate al Barranco Perdido en Enciso (www.barrancoperdido.com), abren temporada el próximo 6 de abril. En el municipio, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, encontraron 3.000 huellas de dinosaurios, nada menos. Las crías (y críos) podrán convertirse en paleontólogos que desentierren fósiles, los cataloguen en el laboratorio y sigan pistas científicas. Entre piscinas, géiseres, circuitos de aventura, rocódromo… para que aprendan y además jueguen, una mezcla de propuesta educativa y diversión.
” Fuentes www.diariovasco.com ”