DE APERITIVO, UN POCO DE HISTORIA
Hay que viajar siglos atrás para encontrar el origen de la elaboración de vino en Cataluña. Griegos, romanos e íberos introdujeron los primeros viñedos hace unos 2500 años. Posteriormente, en la Edad Media, la viticultura tomó impulso gracias a órdenes religiosas como la del Císter, que lo producía en monasterios como el de de Poblet. Otra fecha elementary fue 1879, cuando una plaga de filoxera arrasó la viña native. La lucha para acabar con ella potenció en Cataluña el asociacionismo, creándose a finales del siglo XIX cooperativas y sindicatos agrícolas que impulsaron la construcción de ‘nuevos’ cellers (bodegas), en el estilo en boga de entonces, el modernismo: hoy están considerados ejemplos pioneros del patrimonio vinícola-industrial. Arquitectos ilustres como Josep Puig i Cadafalch, Lluís Domènech i Montaner o Cèsar Martinell firmaron algunos de aquellos proyectos, que el dramaturgo de la época Àngel Guimerà bautizó como «catedrales del vino».
Codorniu, la Casa del Cava
En la comarca del Alt Penedès, al sur de la provincia de Barcelona, la localidad de Sant Sadurní de Noia acoge la histórica bodega modernista de Codorniu, construida entre 1902 y 1915, con intervenciones posteriores de Lluís Bonet i Garí (1930-1980). Declarada Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional, la visita a estas cavas tiene larga tradición en Cataluña. Bajo tierra, donde en el pasado estaba el espacio para almacenar el mosto mientras fermentaba, hoy se sitúan las cavas Codorniu propiamente dichas. El recinto incluye el Museo de las Cavas Codorniu, cuya visita comienza en una sala de exposiciones y sigue por la Bodega Grande, el Porche de las Prensas y la casa solariega del Mas Codorniu, que ya aparece citada como explotación agrícola en crónicas de 1551. Para la arquitectura del edificio modernista se emplearon técnicas experimentales, como naves cubiertas con arcos parabólicos, bóvedas de ladrillo plano, decoración de trencadís (la cerámica del modernismo) y vidrieras plomadas como las que se abren en la fachada, que queda rematada con pináculos ornamentales.
sant cugat del vallés
El año 1921, medio centenar de viticultores de esta localidad barcelonesa fundaron el Sindicato Vitivinícola y Caja Rural de Sant Medir, con el objetivo de elaborar vino conjuntamente para sacar mayor rendimiento. Sus miembros promovieron una bodega que encargaron a Cèsar Martinell, el especialista en arquitectura agraria del momento, cuya obra fusionaba la fantasía del modernismo y la racionalidad del novecentismo, con los avances técnicos de la época. La bodega funcionó hasta 1988. Rehabilitada y convertida en museo, hoy constituye un hermoso ejemplo de recinto modernista de Cataluña. Su visita muestra la maquinaria conservada: prensas, vagonetas, básculas, lagares…, así como el sistema de transmisión de energía a través de embarrados y poleas, restaurados y aún con capacidad de funcionamiento.
Cooperativa de Barberà de la Conca
Esta localidad de la comarca tarraconense de la Conca de Barberà acogió la primera bodega cooperativa de Cataluña, fundada el año 1894 con el nombre de Societat Agrícola de Barberà de la Conca. Fue esta entidad la que posteriormente impulsó el edificio modernista, hoy considerada una de las «catedrales del vino», encargado a Cèsar Martinell y edificado entre 1920 y 1921, incorporando innovaciones arquitectónicas como las naves cubiertas con arcos parabólicos de ladrillo. La composición y textura de las fachadas es muy característica del modernismo, con piedra, rebozado, ladrillo visto y decoración de trencadís modernista (mosaico con trozos cerámicos unidos con argamasa). De construcción posterior (1929) es el depósito del agua, que recuerda el campanario barroco de la iglesia, símbolo de la población.
el ‘celler’ de l’Espluga de Francolí
En la misma comarca de la Conca de Barberà, esta bodega de L’Espluga de Francolí fue la tercera de estilo modernista creada en Cataluña y un ejemplo pionero de bodega «por encargo» a un arquitecto de prestigio, Lluís Domènech i Montaner, quien colaboró en la obra con su hijo, Pere Domènech i Roura, iniciando en 1913 la tradición de los «celler de rics» (bodega de ricos). Contaba originalmente con dos naves (la tercera se añadió en 1957). La fachada muestra tres arcos apuntados de ladrillo visto donde se inscriben puertas y ventanas, separadas con pilastras de ladrillo y cerradas con cristales de colores. El inside se organiza con una compleja estructura de arcos y columnas. Las naves, de 44 por 12 metros, albergaban en su origen 40 tinas de hormigón armado de 340 hectolitros, además de lagares subterráneos. También disponía de un laboratorio para el management del proceso productivo y un depósito del agua exento, de torre round coronada por un tejado cónico decorado con el trencadís modernista. En la actualidad, algunas dependencias de este recinto artístico alojan un Museo del Vino.
Sociedad Agrícola de Rocafort de Queralt
La bodega histórica de esta población fue la primera obra agroindustrial del arquitecto César Martinell i Brunet (1888-1973), arquitecto de Valls que cabalgó entre el modernismo y el novecentismo, movimiento estético de inicios del siglo XX. Edificada en 1918, el conjunto está declarado Bien de Interés Cultural. El celler de Rocafort de Queralt que hoy se contempla es fruto de tres intervenciones realziadas hasta 1947. La más decisiva fue sin duda la utilización por primera vez del arco parabólico de Gaudí, como principal soporte de la estructura del edificio. La bodega se identifica por su monumental fachada triple, que corresponde a las tres naves rectangulares paralelas cubiertas de teja. Está ornamentada por un juego de texturas y detalles decorativos, principalmente en cerámica. El inside es una selva de arcos parabólicos.
cooperativa de Viticultores de Montblanc
En 1919, los agricultores de Montblanc se organizaron a través del Sindicato de Viticultores y rápidamente, igual que en otros pueblos de los alrededores, se inició la construcción de una bodega cooperativa. La capital comarcal de la Conca de Barberà cuenta con este ejemplo de arquitectura industrial modernista catalana, una bodega edificada en el exterior de la villa, con una fachada orientada hacia la cercana vía férrea que en el pasado colaboraba en el transporte de esa mercancía. Obra también de Cèsar Martinell, el edificio se identifica por la torre que se elava sobre el conjunto y que es un depósito de agua. En 1945 se amplió levantando un edificio contiguo a la fachada principal, igual al ya existente, y en 1956 se añadió otro para el molino de aceite.
cooperativa de gandesa
De 1919, esta bodega modernista es la segunda más importante de su comarca de la Terra Alta, que tiene en Gandesa su capital. De estilo novecentista, destaca por su monumental fachada con decoraciones cerámicas y el juego de arcadas parabólicas-hiperbólicas del inside de las naves. Acabada en 1920, es una de las más importantes «catedrales del vino», siendo Bien de Interés Nacional y una de las Siete Maravillas de Cataluña elegidas por la Generalitat catalana el año 2007. El cuerpo central está formado por diversos edificios con naves de tinas cubiertas con arcos parabólicos y arcos perpendiculares a la puerta de entrada. Están cubiertas a diferente altura, lo que permite la entrada de luz y una menor dimensión de las bóvedas de cubierta.
VINÍCOLA DE NULLES
La «catedral del vino» de Nulles, en la comarca del Alt Camp, es una bodega diseñada el 1917 por César Martinell, y uno de los máximos exponentes del modernismo agrario de inicios del siglo XX, catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional. El proyecto surgió después de que los viticultores de la zona dejasen de trabajar tras centenares de años cada uno por su cuenta y se uniesen para impulsar juntos la producción vitivinícola de la zona. Nulles, situado en la Ruta del Cister, es un tranquilo pueblo rural donde el tiempo parece transcurrir más lentamente. Márgenes de piedra seca recorren los extensos viñedos que lo rodean.
Cooperativa del Pinell de Brai
También en la comarca de la Terra Alta, en el pintoresco pueblo de Pinell de Brai, este edificio modernista de 1918 recibe al visitante con un bonito friso de cerámica en su fachada, obra del pintor ceramista Xavier Nogués i Casas. Posee la que está considerada la joya entre las bodegas cooperativas catalanas. La construcción de esta «catedral del vino» también corrió a cargo de Cèsar Martinell. Su friso único cuenta con figuras que muestran escenas de vendimias, de bodegas y del mundo vitivinícola. Con este edificio, ademas de una sede para su cooperativa agrícola, el pueblo acogió un monumento arquitectónico. La bodega cuenta con tres naves frontales contiguas y dos situadas transversalmente a la parte posterior y a diferente nivel. La nave de la izquierda, con dos plantas y cubierta de madera, estaba destinada al molino de aceite. La central y la de la derecha son salas de tinas. Las naves están cubiertas con arcos de estructura parabólica. El inside de la bodega se muestra como un espacio enorme, dividido transversalmente por los arcos parabólicos que soportan la cubierta.
cooperativa de Falset
En la capital comarcal del Priorat fue creada en 1917 la Cooperativa Agrícola de Falset-Marçà, considerada una de las bodegas modernistas más representativas de Cataluña. Se conservan algunas de las tinas de madera con las que se elaboraron los primeros vinos de esta asociación. Se trata de un recinto modernista tardío, finalizado en 1919 por César Martinell, amigo y discípulo de Antonio Gaudí. Se caracteriza por su fachada de inspiración medieval que da paso a un inside de arcos parabólicos. Forma parte de la Ruta de las Catedrales del Vino.
vinícola de Sarral
Los orígenes de esta bodega de Sarral, en la Conca de Barberà, se remontan a 1914, cuando se creó el sindicato agrícola de la zona. El edificio primitivo de la cooperativa fue diseñado por Pere Domènech i Roure. Aún en funcionamiento, la antigua nave modernista, otra «catedral del vino», hoy restaurada, cuenta con más de cincuenta lagares con un inside revestido de baldosa roja. Las cuatro tolvas de recepción de uva y las cuatro prensas neumáticas trabajan sin cesar durante la vendimia. En complete, los cooperativistas de Sarral cultivan unas 900 hectáreas de viñedos.
” Fuentes viajes.nationalgeographic.com.es ”