«Fairway celebrará del 1 al 3 de noviembre su edición más internacional»
12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.
Manuel Oreiro ( Santiago, 1975) lleva toda su vida en el sector turístico. Tras estudiar y trabajar en Madrid regresó hace 15 años a Santiago y desde hace unos seis está al frente de Viajes Viloria, la agencia que abrió su padre hace cuatro décadas.
—¿Qué momento vive el sector tras la pandemia?
—Nosotros vimos lo que se venía ya en enero del 2020, porque trabajamos mucho con Japón y Corea, que de repente empezaron a cancelar sus reservas. Aunque no imaginábamos la hecatombe que luego fue: el 2020 fue horrible, más para nosotros que perdimos por la enfermedad a Megumi Shiozawa; el 2021 fue un caos whole, pero en el 2022 las restricciones quedaron en nada rápidamente. Fue un ejercicio bueno, ya que pudimos volver a trabajar con un mínimo de solvencia tras dos años. En Santiago nos ayudó mucho el Año Santo extraordinario.
—¿Cómo se presenta el 2023?
—La previsión es buena para seguir aumentando reservas, pero con mucha cautela. La pandemia sigue ahí, pero ya nos afectan otros problemas como la guerra de Ucrania, que ha variado las rutas aéreas para evitar el espacio aéreo ruso, y la disaster energética. Estamos en una época de transición, cambiando sistemas organizativos y reajustándonos.
—¿En qué se cambió?
—En la gestión de reservas, por ejemplo, con la incorporación de programas CRM para agilizar todos los procesos. En el management de la empresa a nivel financiero, porque tuvimos que adelantar los depósitos a nuestros clientes, no podíamos decirles que la aerolínea no devolvía el dinero. En ese sentido, la pandemia puso en valor el trabajo de las agencias de viaje, que están ahí y responden cuando surgen problemas.
—Habla de buenas previsiones para el 2023. ¿Falta turismo internacional por volver a Santiago?
—Sí. Del mercado asiático empezó a llegar algo en el segundo semestre del 2022. Japón reabrió fronteras en octubre del pasado año, pero es un mercado que funciona muy lento, hace la programación como mínimo a un año vista. El mercado coreano estuvo siempre entre los seis primeros países que traían peregrinos al Camino de Santiago y ha quedado completamente residual. Vuelven a preguntar con cautela, pero con el inconveniente añadido de la fuerte subida de billetes de avión: a los mayores costes energéticos, se une que sus rutas habituales sobrevolaban Rusia, y ahora van por Turquía o por Estados Unidos, rodeando el planeta. El coste medio del billete pasó de 700/900 euros a 1.300/1.500, y nos dicen que de momento no vienen porque no encuentran precios razonables. Va a llevar tiempo.
—¿Cuándo se recuperarán cifras prepandemia con el turismo asiático?
—Es difícil de saber, pero supongo que en el 2023 se empezará a recuperar con su ritmo y en el 2024 deberíamos de estar ya cerca, si no surgen nuevos sustos, porque en el sector nos afecta todo.
—¿De dónde llegan ahora?
—En el 2021 y 2022 hubo mucho turista nacional, que no se pudo desplazar con la alegría de antes ni en media ni en larga distancia. En el 2022 empezó a llegar de media distancia, europeo (francés, alemán, italiano); y este año más. En agosto se celebrará la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, a la que posiblemente acudirá el Papa, y moverá a millones de personas. Beneficiará a Santiago, porque es un turismo de perfil religioso de todo el mundo y muchos vendrán aquí antes o después de esa jornada, a dar el abrazo al Apóstol que no han podido realizar en estos años santos.
—¿Y de cara a Semana Santa, se prevén muchos visitantes?
—Es possible. Creo que va a ser el punto de arranque actual de la temporada, tras un invierno que ha sido duro porque no ha habido mucho movimiento.
—Como codirector de Fairway, el fórum del Camino de Santiago, ¿cuáles son las intenciones para la próxima edición?
—Estamos ya trabajando en ella, que será del 1 al 3 de noviembre. La mayor novedad es que el workshop, la jornada de contratación con turoperadores y agencias será las más internacional de todas las celebradas. La razón es que en el 2021 las restricciones de la pandemia impidieron venir a operadores de muchos países, por lo que fue una edición más nacional y europea. Ahora esperamos que vengan de todos los países de larga distancia, como Japón, China, Corea, Estados Unidos y Latinoamérica. Áreas desde la que empezaron a volver turistas pero de forma explicit, no por turoperación. Este año volveremos ya a ver grupos turísticos paseando por la zona vieja con sus guías.
«Las mayoristas recuperan los chárteres con vuelos directos de Santiago a Albania y Oslo»
Viajes Viloria, además de funcionar como receptivo para visitantes y dar servicio en las necesidades de transporte de empresas e instituciones, gestiona las vacaciones de los santiagueses.
—¿Cómo evolucionan los destinos?
—Canarias está a tope de ocupación, porque muchos nórdicos se desplazan allí, porque destinos accesibles que tenían como Grecia y Turquía están con problemas. Es bueno para Canarias, pero no para nosotros, porque los precios de hoteles han subido del 15 al 20 % en un año, que es una brutalidad. También aquí, todo ha cambiado mucho: hoteles que tenían restaurante todo el año, ahora solo lo tienen en temporada alta. Y otras firmas que te ofrecían servicios ya no los prestan, porque les generan pérdidas.
—¿Qué alternativas habrá?
—Debido a la falta de vuelos de media y larga distancia, los turoperadores han vuelto a fletar chárteres. Habrá vuelos directos de Santiago a Egipto, Albania, Cabo Verde, Croacia, Eslovenia, Sicilia y Noruega: nunca hubo tantos vuelos directos desde la ciudad a destinos tan particulares. Es muy atractivo.
—¿Falta private para trabajar?
—En agencias de viajes no, porque muchas cerraron y otras hemos acometido ajustes de private. En hotelería sí hay verdaderas carencias: faltan cocineros, recepcionistas, camareras de piso, de todo. Hubo gente que dejó el sector en la pandemia, y otros cambiaron de residencia. Si no fuese por los inmigrantes, muchas empresas no podrían abrir. Y en Santiago existe un problema con la falta de transporte público en horarios de trabajo del sector. Para nuestro albergue del Seminario Menor queríamos contratar a un par de recepcionistas de O Milladoiro, pero no hay autobuses en los que puedan llegar para entrar a las 7 de la mañana, ni para salir a medianoche.
” Fuentes www.lavozdegalicia.es ”