Es jueves, un jueves cualquiera en un bullicioso Madrid. Esta no es sino la crónica de 12 horas en lo que puede ser un día más en la capital. Pero, ¿qué hay de especial en ello? Pues verán. Estarán de acuerdo conmigo en que es harto complicado que en tan solo media jornada de las horas que tiene un día puedas hacer confluir a tres arquitectos, a dos académicas de Bellas Artes (una bailarina y coreógrafa; otra escultora), al presidente y la vicepresidenta de un prestigioso medio de comunicación, a dos Premios Nacionales (uno de Danza; otro de Fotografía), a varios artesanos que han trabajado para declarar su labor como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, a actores, directores, poetas, mecenas… Pues sí, esa es la coctelera que lleva por nombre Madrid… y el arte. Y esta no es sino la mejor manera de entender que juntos alcanzamos el mito en el que confluyen todas las disciplinas para conseguir la belleza.
9h. Son las nueve de la mañana y cruzo la remodelada Plaza de España. Lorenzo Fernández-Ordóñez (Madrid, 1964) es uno de los arquitectos que le han dado una nueva vida a este castizo rincón. Conoció a la escultora Blanca Muñoz (Madrid, 1963) cuando ambos fueron becados en la Academia de España en Roma y, desde entonces, su unión ha hecho más bello todo aquello que tocan. “Me enamoré del trabajo de Blanca desde que lo conocí y he sido un gran coleccionista de su obra –anuncia Fernández-Ordóñez–. Somos de esos amigos que conoces ya en la madurez y con quien compartes muchas experiencias. Ella me enseña nuevos mundos, siendo tan ascética y decidida”. Lorenzo entendió que la maestría de esta escultora debía lucir en esta plaza, y ahora tres monumentales esculturas tubulares de acero de casi ocho metros de altura y una fuente de mármol de as soon as metros se erigen ante mi mirada. “Toda la relación profesional y de amistad entre nosotros –continúa Blanca– ha confluido en esta obra. Esa comunión con lo más esencial de la escultura, que es la estructura, es lo que nos une y nos resulta fácil compartir. Hay una sintonía muy natural y sincera desde siempre entre nosotros”.
9.30h. En Plaza de España número 8 se levanta un majestuoso edificio de finales del siglo XIX, que acoge una nueva edición de Casa Decor y allí me encuentro con el interiorista, y considerado Arquitecto de la Luz, Tomás Alía (Toledo, 1964). Este ilustre miembro fundador de la Asociación Contemporánea de Artes y Oficios inaugura un preciosista espacio en esta distinguida feria de la decoración: “En nuestro caso la confluencia de disciplinas es definitiva, la cooperación entre el diseño y la maestría artesana crea lenguajes contemporáneos que nos acercan a las nuevas generaciones. La labor a cuatro manos es fundamental”. Junto a él están dos de los grandes artesanos que van siempre de su mano, Hortensia Moreno (Lagartera, 1964), que representa una historia centenaria de las labores de Lagartera y es la continuadora de esa seña de identidad tan importante: “La biblioteca del saber textil en España la tenemos nosotras en nuestras manos, hasta la Alta Costura se ha acercado a nosotras como consultoras. Lo que me gustaría es que todas estas técnicas no se pierdan”. El otro artesano es Francisco Agudo (Talavera de la Reina, 1979), que tiene a sus espaldas el reconocimiento de la cerámica de Puente del Arzobispo, reconocido Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco: “La excelencia es un hábito, son horas de dedicación exclusiva, y habría que distinguir entre artesanía, que hay muchas, y la maestría artesana”, asegura.
10.30h. Pocos metros separan este edificio de la Gran Vía. Allí, hoy, la consejera de Cultura,Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, la escritora, periodista y política Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970), presenta un mapa ilustrado de productos de Madrid realizado por el arquitecto y dibujante Polinho Trapalleiro (Ourense, 1986), quien me alaba las colaboraciones entre disciplinas artísticas: “Cuando colaboras con alguien que tiene otro punto de vista, otra percepción, incluso otra sensibilidad es casi un sistema de inspiración y todo un aprendizaje”. En este acto, se encuentra el bailaor y Premio Nacional de Danza 2020 Jesús Carmona (Badalona, 1985), quien ha bailado en alguna que otra ocasión para la Comunidad: “A mí lo que me gusta es que me saquen de mi zona de confort. […] Cuando compartes con otro artista o con otra disciplina te saca de tu comodidad. Y es bellísimo sentir miedo o vértigo…”. Marta argumenta: “Las colaboraciones artísticas son muy enriquecedoras y es la única forma de innovar. Cada vez es más difícil resultar original y la forma es buscar el mestizaje y la confluencia”.
12h. Me despido de la Gran Vía. A escasos metros del Congreso de los Diputados, se levanta uno de los hoteles más antiguos y lujosos de la ciudad, el Westin Palace. Allí se va a fallar uno de los premios literarios más importantes del mundo, el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe. Galardón que creó Enrique Loewe en 1988 para apoyar la poesía y que hoy preside su hija, Sheila Loewe (Madrid, 1974). Este Premio ha reconocido la labor de grandes y jóvenes poetas de ‘aquí’ y de ‘allá’ en esta noble profesión donde “los buenos poemas aciertan a expresar cosas que nosotros a veces solo somos capaces de sentir o intuir –afirma Sheila–. La poesía tiene algo de memorable y la memoria es un depósito de felicidad o de consuelo al que acudir en momentos difíciles, es capaz de remover y conmover porque la sentimos un poco como nuestra vida”. Junto a Sheila se encuentra el poeta, novelista y crítico español Diego Doncel (Malpartida de Cáceres, 1964), ganador de la XXXIII edición con La fragilidad, y quien me cuenta cómo “la poesía es un secreto que le decimos a alguien en voz baja, de forma íntima. Hay que entender que la poesía forma parte de nuestra vida, es un bien de todos, no es un arte que no tiene trascendencia. La poesía nos acompaña, nos interroga, nos muestra un territorio sentimental que se ofrece para ser compartido”.
14h. Es el momento de aceptar una invitación muy especial: la del arquitecto y director de cine mexicano Manolo Caro (Jalisco, 1984) y su compatriota la actriz Cecilia Suárez (Tampico, 1971). Ambos, junto al también actor mexicano Alejandro Speitzer, han complementado los focos y las claquetas con su instinto gastronómico para abrir el restaurante Acá entre Nos, en pleno barrio de Salamanca. “Esto es algo muy divertido, es una sucursal de oficina, un lugar para sentirnos en casa –asegura Cecilia–. La gastronomía mexicana debería ser Patrimonio de la Humanidad y estando lejos es una forma de compartir parte de lo que somos y tener este pequeño rinconcito para cuando extrañamos la tierra. Confluir, también se puede confluir entre gastronomía y cine, entre artes plásticas y danza…”. Para Manolo, “colaborar es una de las palabras claves en lo que hago. Soy de una generación donde el rollo jerárquico y que una sola persona marque la pauta nos parece absurdo. Lo interesante es comunicarte con otras disciplinas, entenderlas, dejarte afectar por eso, cuestionarte…”.
16.30h. En la Casa de América, en la Plaza de Cibeles, tiene lugar Wake Up! Spain, el foro económico en el que participa el diario digital El Español, fundado en 2015 por el periodista Pedro J. Ramírez (Logroño, 1952). En ese mismo acto, se encuentra su esposa, la jurista, novelista (Maldito hamor, Ed. Espasa, acaba de salir) y también vicepresidenta Cruz Sánchez de Lara (Almería, 1972), que recientemente aparcó su trabajo como abogada para implicarse de lleno en el diario: “Yo creo que una relación de pareja que funcione bien es un proyecto común que se construye desde el amor. En este caso, el liderazgo de Pedro y su pasión por el periodismo es incuestionable y, aunque yo era muy feliz haciendo mi trabajo, el periódico iba creciendo y cada vez me necesitaba más. Y yo no podía atender las dos cosas bien y tuve que decidirme. La decisión fue casi a los 50 años, muy compleja, por abandonar mi bastión de la independencia […], lo pasé realmente mal. Pero hoy estoy inmensamente feliz”. A veces, las disciplinas se entrelazan, se ayudan y triunfan. Y así lo ve Pedro J.: “Cruz ha sido una bendición del destino para mi vida, porque soy una persona en la que no hay unos compartimentos estancos entre lo profesional y lo personal, porque el periodismo es una manera de vivir y no dejas de ser periodista a ninguna hora del día ni de la noche. Cruz es una gran jurista que se ha dedicado siempre al derecho, pero que tenía una vocación enquistada y soterrada hacia el periodismo y esa vocación ha aflorado y se ha convertido en una gran editora y dentro del periódico aporta algunas cualidades y características que yo no tengo. Me parece que el periódico es mejor desde que Cruz es vicepresidenta, y creo que nuestro momento de crecimiento y desarrollo tiene que ver mucho con ello”.
18.30h. Hoy también es día de estreno en los Teatros del Canal, que dirige desde 2019 la coreógrafa, bailarina y realizadora Blanca Li (Granada, 1964). Lo increíble de esta cita es que entre el patio de butacas se encuentra uno de sus mejores amigos y otro de los grandes artistas del panorama español, el Premio Nacional de Fotografía Alberto García-Alix (León, 1956). El mundo del ARTE en mayúsculas. Se conocieron allá por el año 87 en Madrid. Durante esa época, Li posó en infinidad de ocasiones ante el objetivo del fotógrafo más célebre de nuestro país: “Lo que me encanta del trabajo de Alberto es que te lleva el cuerpo a posiciones extremas y le gusta jugar con cosas casi irreales. Tiene una plasticidad y una relación con el movimiento increíble, busca la torsión y posturas casi inhumanas, y eso le da esa fuerza y esa belleza”. Alberto responde a Blanca sobre la belleza y su fuente de inspiración: “Yo bebo de todo aquel lenguaje que produce emoción, puede ser una poesía, un libro… todo lo que alimenta de alguna manera al alma. Las obras de arte me inspiran para sentir emoción, y esa emoción de alguna forma reverbera. Puedo alimentarme de otras bases como el expresionismo en pintura, la abstracción… y cuando reverbera busca salida.Yo bebo de amistades como la nuestra. Porque Blanca es mi ángel de la guarda…”.
20h. Salgo de los Teatros emocionado por sus palabras y por la complicidad entre dos grandes artistas. Cae la noche y tan solo hay una cita más en la agenda. La modelo y artista Laura Ponte (Vigo, 1973), junto a su associate in crime, el también artista multidisciplinar, DJ y PR de la agencia de comunicación The Life Crew, Marco Llorente (Madrid, 1988), ha organizado uno de los saraos más deslumbrantes de esta época. Laura me cuenta cómo podría estar la vida entera al lado de Marco: “Tiene un oído maravilloso, es un tipo creativo, rápido, vale absolutamente para todo, haría cualquier cosa por él porque su visión de las cosas, su gusto y su estética coincide con la mía […]. Tenemos una fuerte conexión y en lo comunicativo, en lo personal y en lo laboral es importante olvidarse del ego, porque todos tenemos un don, hay que respetarlo y aprender de él”.
Para Marco, Laura es esa persona “con la que estaría en cualquier lado del mundo. Me aporta paz, me siento en casa y siempre está ahí para apoyarme. Y estoy muy de acuerdo con ella sobre el ego, ya que nadie pierde su identidad si colaboras conjuntamente. Cuando hay uniones es porque uno sabe ver lo mejor de la otra persona y la impulsa a desarrollar su potencial. La confluencia de disciplinas artísticas es importantísima a la hora de crear”.
Han pasado 12 horas desde que arrancó el día. Y en una misma ciudad hemos sido partícipes de cómo la danza baila con la fotografía, de cómo la escultura está en perfecta comunión con la arquitectura, la política con el periodismo o la abogacía, la ilustración con la artesanía… Porque si sumamos, ganamos. Porque Juntos somos mucho mejor.
PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: VICKY MARCOS PARA MASQMAI Y SEBASTIAN PROFESSIONAL. PRODUCCIÓN: BEATRIZ MARTÍNEZ VELASCO.ASISTENTE DE FOTOGRAFÍA: HENAR DE TORRES. ASISTENTE DE ESTILISMO: DIEGO SERNA. ASISTENTE DE MAQUILLAJE: LARA LLANO.
” Fuentes www.harpersbazaar.com ”