El common de división de la Guardia Civil -segundo rango más importante que hay en el Instituto Armado- Francisco Espinosa Navas (Sevilla, 1956) period un hombre respetado en el cuerpo. Excoronel jefe de la Comandancia de Las Palmas, abandonó las Islas en 2012 pero nunca se llegó a desligar del todo. En Gran Canaria tenía un grupo de amistades que servía de tapadera para poder viajar a la Isla para encontrarse con su amante, con quien mantuvo una relación de más de diez años. Conseguir un buen trabajo a su pareja extramatrimonial period uno de los objetivos por los que entró en la trama de corrupción desmantelada esta semana, pero no el único. Jubilado hace un año, retendía amasar dinero negro a través de sobres y una tarjeta black con el que suplementar los más de 12.000 euros de sueldo que cobraba al mes por la misión en el Sahel que lideraba como alto cargo de la Guardia Civil. Espinosa, que también recibió regales, viajes y hoteles, se encuentra en prisión por presuntamente pertenecer a una organización felony integrada también por los políticos majoreros del PSOE Juan Bernardo y Taiseht Fuentes, tío y sobrino respectivamente, y el conseguidor profesional Marcos Antonio Navarro Tacoronte.
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Navarro Tocoronte, quien da nombre al caso Mediador, conoce al common Espinosa en 22 de julio de 2020 durante una comida en una marisquería de Valencia gracias al empresario de drones Juan Suárez Estévez. De aquel almuerzo el conseguidor recuerda al guardia civil ya retirado porque fuma puros, un tabaco del que, como todos sus conocidos saben, es amante. A partir de ahí Espinosa inicia una relación profesional con los Fuentes y se une a la organización ilícita. La funciones están claras: el common ofrece a empresarios interesados en invertir en Canarias su influencia en el Archipiélago para llevar a buen puerto sus negocois, y los políticos se aprovechan de que Taiseht es director common de Ganadería del Gobierno de Canarias para extorsionar a las sociedades que tienen algún tipo de expediente en la consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca. Lo cierto es que los cabecillas de la organización delicitiva no consiguen nada de lo que prometen a los empresarios que pagan los sobornos, únicamente se encargan de cobrar las mordidas y de comer, bebe y acostarse con prostitutas a costa de ellos.
De las diligencias realizadas por la Policía Nacional se entiende que Espinosa quería tener un sobresueldo a los más de 12.000 euros que cobraba por dirigir un proyecto que la Guardia Civil tiene desplegado en el región africana del Sahel. El common estaba a punto de jubilarse y sus ingresos iban a menguar de forma appreciable a partir de entonces hasta los 2.553 euros, la pensión máxima. Para ello supuestamente hace ver que tiene influencia sobre determinados empresarios y cita su poder sobre el Seprona para amenazar a explotaciones ganaderas y queserías. Exige comisiones por sus trabajos, pero quiere evitar a toda costa que quede registro alguno de esos pagos por si se produce una investigación por corrupción. En este punto entra el mediador Navarro Tacoronte, que es quien se encarga de entregarle en mano los sobres con dinero en su casa de Madrid, en la Dirección Common de la Guardia Civil donde tiene un despacho o en las comidas que celebran. El conseguidor se gana rápido la confianza de Espinosa, al que llama «pa» o «papá». En múltiples ocasiones viaja a Madrid, incluso con vuelo de ida y vuelta el mismo día, para entregarle los billetes. Entre los pagadores están los inversores Juan Suárez Estévez (Servicios de Drones S. L.) y el Antonio Bautista (Cleanenergetic Seers de fotovoltaicas), o el ganadero tinerfeño Alberto Montesdeoca (Quesería Montesdeoca), quien al ser extorsionado prefiere pagar una mordida a la trama para que le archive una sanción de 74.000 euros.
En una de las grabaciones aportada por Navarro Tacoronte este mantiene una conversación con el common, que va a cumplir 65 años, para avisarle que le va a llegar un regalo con uno de los pagos. Ocurre el 10 de enero de 2021: «Mañana le llega un paquete de Canarias, ¿vale? Su regalo de cumpleaños», le cube el mediador, quien añade que el portador es «una persona que es afín a usted y a mi». «Va en un sobre, no le digo nada más, ¿verdad?»; «sí, vale, vale, venga, vale», le contesta Espinosa, a quien se le incautó durante el registro realizado el pasado martes en su casa de Madrid unos 70.000 euros en billetes que guardaba en dos cajas de zapatos .
El common con el tiempo prefiere que le ingresen el dinero en vez de recibir pagos en metálico. Para ello pide con insistencia al mediador una «tarjetita esa de gastos, esa, la buena», refiriéndose a la tarjeta prepago de Correos Mastercard en la que no figura nombre alguno y que quiere utilizar para hacer compras con los sobornos de las empresas. «Me dais una tarjetilla de esas» le vuelve a decir a Navarro Tacoronte; «acuérdate de traerme una», le incide durante la conversación grabada por el mediador, quien acudía a las reuniones con un pin de la Guardia Civil con el que podía registrar hasta cinco horas de grabación, como le reconoció a Taiseht Fuentes. Más adelante, en otra charla, Espinosa vuelve con la tarjeta: «¿Tu no me dijiste que me ibas a dar una tarjeta?», le pregunta a Navarro Tacoronte, quien ante la asistencia acaba diciéndole que se baje una aplicación para que acceda a una tarjeta electrónica que está a su nombre. «Y no hay cuenta bancaria, ni nadie sabe nada», le contesta al excoronel jefe de Las Palmas.
Otro de los propósitos del common es obtener como sea un trabajo para su amante, que vive en Gran Canaria. Viaja con asiduidad a las Islas para verla. Algunos de esos viajes lo pagan los empresarios involucrados en la trama, que llegan a desembolsar hasta 1.000 euros por un billete en clase enterprise. Estos también hacen frente a todos los gastos de alojamiento del excoronel jefe de la Comandancia en la ciudad y pagan las comidas que la trama organiza en los restaurantes. El grupo delictivo intenta en varias ocasiones que la amante de Espinosa trabaje como asesora en las empresas involucradas en la pink a cambio de un sueldo de 3.000 euros. En todos los casos rechazan la petición.
En medio de estas negociaciones ocurre una situación que haría romper la relación de Espinosa con su amante. Se produce el día de su cumpleaños, cuando en un viaje a Gran Canaria se da cuenta de que esta le ha sido infiel con otra persona. Despechado, el common pidió acostarse con un «churumbel» (travesti) pagado por el empresario Juan Suárez Estevez, quien también se hace cargo de los costes del vuelo. La amante durante este episodio llama a la mujer del excoronel jefe para contarle que lleva más de diez años manteniendo una relación extramatrimonial con su marido. Esto provoca que la esposa enferme y el exguardia civil exige saber quién facilitó el teléfono de su mujer a su amante.
A cambio de todas estas prebendas, a las que también se añaden regalos como botellas de vodka, cajas de puros o lotes de quesos, el common Espinosa tenía como supuesta misión conseguir importantes contratos con empresas canarias. Las promesas son innumerables: con los empresarios de la marca Leche Sandra le intentan vender que puede llegar a proveer a los hospitales o introducir el Vodka Blat, de los mismos dueños, en una cadena de hoteles; a Quesería Montesdeoca que van a mediar para que empiece a vender a unos supermercados, a Antonio Bautista que instale placas fotovoltaicas en hoteles de la Isla. En la investigación no hay constancia de que alguna de estas negociaciones llegara a tener éxito, según indicaron las fuentes.
Los sobres y la tarjeta
Marcos Antonio Navarro Tacoronte (NT en la conversación), llama al common de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas (EN) para decirle que alguien le va a entregar un sobre, supuestamente con dinero.
«- NT: Una persona que usted, que es afín a usted y a mí le va a llevar una cosa, ¿vale?
– EN: Vale
– NT: Mañana le llega un paquete de Canarias, ¿vale? Es su regalo de compleaños.
– EN: Vale
– NT: El miércoles en la mañana, una persona afín a usted y a mí lo va a llamar, se va a tomar un café con usted y le va a decir: mire, esto me lo ha mandado su hijo de Canarias. Ya está, va en un sobre, no le digo más, ¿verdad?
– EN: Sí, vale, vale, venga, vale»
Francisco Espinosa quiere una tarjeta prepago, que no deja constancia de su nombre para poder así recibir los pagos y poder comprar sin llevar dinero en metálico encima.
«- EN: Yo si trabajo con vosotros y vosotros pensáis que me tenéis que dar algo pues ya me daréis.
– NT: Eso usted no lo dude.
– EN: O me dejas la tarjetita esa de gastos, esa, la buena.
– NT: La de Correos, yo tengo de esas, tengo la tarjeta de Correos, no tiene nombre, no tiene nada.
– EN: La tarjeta de gastos (…) Me dáis una tarjetilla de esas»
” Fuentes www.laprovincia.es ”