El 12 de febrero de 2023 el mundo conmemoró por primera vez el Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento cuando Conduzca al Terrorismo para generar conciencia sobre las amenazas vinculadas al extremismo violento y mejorar la cooperación internacional en torno a este tema crítico.
Si alguna vez hubo dudas sobre la devastación causada por el extremismo violento, tanto a nivel mundial como native, el caso de la aldea de Ngarannam en el noreste de Nigeria nos brinda un recordatorio moralizante. En 2015, el grupo extremista violento Boko Haram casi aniquiló la aldea en un brutal ataque nocturno. Los 3.000 residentes corrieron por sus vidas, uniéndose a las filas de más de 2 millones de nigerianos desplazados por el conflicto. Muchos sintieron que habían perdido la esperanza.
Como dijo el residente Ali Ngarannam: “En realidad nunca me siento seguro. Ni siquiera dormimos porque tenemos miedo por las noches. No salgo a caminar porque tengo miedo de que me secuestren”.
Pero la esperanza ha regresado finalmente después de siete años de desplazamientos: ha resurgido de las cenizas un nuevo pueblo en Ngarannam y las familias estás volviendo a sus hogares. Se encuentran con una comunidad recién construida, que incluirá más de 500 casas, nuevas escuelas, centros de salud, mercados y estación policial. Este es el resultado tangible de una alianza más amplia liderada por el Gobierno del estado de Borno, Nigeria, junto con el PNUD y con el apoyo de la Unión Europea que tiene el objetivo de promover la estabilización en el noreste del país (en inglés).
La aldea se diseñó bajo la guía de los propios aldeanos, reconociendo que la acción dirigida localmente es más sostenible que imponer diseños externos a las comunidades. Los locales trabajaron en estrecha colaboración con las autoridades y la arquitecta de renombre Tosin Oshinowo, de Lagos, para desarrollar un diseño innovador, sostenible y que mejora la seguridad.
Romper el ciclo de los conflictos violentos y los desplazamientos, así como interrumpir el viaje hacia el extremismo violento, depende de una serie de factores. Un enfoque de estabilización, suministrado de manera rápida y escala a través de intervenciones de desarrollo basadas en el riesgo y dirigidas por la comunidad, ayuda a reconstruir la confianza entre las poblaciones desplazadas y las autoridades, y sienta las bases para poner fin a los desplazamientos. Esto incluye incentivar la economía native, brindar servicios básicos, rehabilitar las infraestructuras, robustecer la seguridad y cohesión social, e integrar a las personas desplazadas, especialmente mujeres y niños que son asociados popularmente con grupos extremistas violentos que se han rendido.
Y esto no ocurre solo en Nigeria, donde la vida de las personas desplazadas por la violencia de Boko Haram está volviendo a la normalidad. Los Gobiernos del Camerún, el Chad, el Níger y Nigeria reciben financiación para la rápida estabilización de la región a través del Fondo de Estabilización Regional (RSF por sus siglas en inglés) del PNUD para el lago Chad, en colaboración con la Comisión de la Cuenca del Lago Chad, la Unión Europea, Alemania, el Japón y los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido. A través de este programa, cuentan con los recursos necesarios para implantar una paz a largo plazo y restaurar la confianza entre sus ciudadanos.
“Hace unos meses no podías ni poner un pie aquí por la inseguridad. Ahora, la actividad empieza de desde cero después de los horrores de la guerra”, explica Abouzari Mahamat, exalcalde de Fotokol, Far North, el Camerún.
Hasta la fecha, se han capacitado 3.000 representantes comunitarios y de seguridad en derechos humanos y protección. Se han restaurado y equipado infraestructuras clave, incluidos centros comunitarios y de salud, mercados, viviendas, casetas de seguridad, escuelas y sistemas de drenaje.
En el norte del Camerún, Adjida Fauzia ahora vive como refugiada en un pequeño pueblo después de huir de su hogar en Nigeria. A pesar de ser una de las zonas más pobres del país, los locales acogieron a las personas desplazadas por los combates y les ofrecieron tierras para cultivar de manera conjunta.
“No podemos estar más agradecidos por los sacrificios que han hecho”, cube Fauzia.
Los desplazamientos forzados de un gran número de personas causados por Boko Haram en el norte del Camerún podría haber creado tensión con la comunidad de acogida debido a la escasez de recursos. El PNUD ha estado trabajando con otras agencias de las Naciones Unidas, socios y comunidades en la región con un enfoque robusto en la prevención del extremismo violento a través de la promoción de la cohesión social.
A pesar de los avances, la disaster en la región de la Cuenca del lago Chad persiste. Hay una creciente ola de violencia y faltan necesidades humanitarias. En la reciente Conferencia de Alto Nivel sobre la Región del Lago Chad (en inglés) en Niamey, el Níger, se discutió cómo abordar estas necesidades, desarrollar resiliencia y permitir un retorno más rápido a la paz y la estabilidad. Reunió a los gobiernos de los países afectados, donantes internacionales, organizaciones multilaterales e internacionales y actores de la sociedad civil, quienes anunciaron más de 500 millones de dólares de los Estados Unidos (en inglés) en compromisos para abordar las necesidades humanitarias y las causas profundas de la disaster de la Cuenca del lago Chad.
Junto con la asistencia humanitaria very important, creemos que un enfoque de desarrollo para el desplazamiento interno debe convertirse en la principal estrategia para los países y socios de desarrollo en la Cuenca del lago Chad y más allá.
Un informe reciente del PNUD, Turning the tide on internal displacement, a development approach to solution (Invertir la tendencia del desplazamiento interno: un enfoque de desarrollo con miras a lograr soluciones; documento disponible en inglés), documenta cómo superar el desplazamiento interno depende fundamentalmente de que los gobiernos implementen soluciones clave de desarrollo.
De hecho, muchos apuntan a décadas de agravios, déficits de desarrollo y estrategias ineficaces de prevención y consolidación de la paz como factores que permitieron que grupos como Boko Haram y otros llenaran el vacío político y socioeconómico. Restaurar la confianza, la legitimidad y la inclusión debe estar en el centro de nuestros esfuerzos para abordar estos problemas como una estrategia preventiva y correctiva.
A través de una perspectiva que profundiza en las causas y dinámicas del extremismo violento, el PNUD ha lanzado dos informes (en inglés) que examinan tanto el camino que toman las personas para unirse a grupos extremistas violentos como los métodos que esos grupos aplican para ganar y mantener el management en las comunidades. Los hallazgos de estos estudios confirman que se necesitan enfoques de desarrollo para romper el ciclo de influencia de los grupos extremistas violentos. Y nuestros esfuerzos integrados de estabilización en la Cuenca del lago Chad, como el renacimiento del pueblo de Ngarannam, son más que una demostración de ello.
“Regresaremos a Ngarannam ahora”, afirma el residente Bintu Guptu. “Podremos cultivar alimentos para nuestras familias. Estoy feliz de volver y tener un hogar. Nunca pensé que encontraría a alguien que me construyera una casa para que yo pudiera regresar”, subraya.
Hasta el 75 % de las personas que han regresado a la aldea dicen que la seguridad ha mejorado y 9 de cada 10 están satisfechos con los esfuerzos del gobierno, según una encuesta independiente (en inglés).
No todas las personas desplazadas podrán regresar a sus residencias nativas como el pueblo Ngarannam, pero a través del RSF y gracias al liderazgo de los miembros de la Comisión de la Cuenca del Lago Chad (LCBC por sus siglas en inglés) del Camerún, el Níger, Nigeria y el Chad, las poblaciones desplazadas pueden comenzar a volver a la normalidad a través de inversiones en países en desarrollo que les permitan vivir con dignidad, en buena salud y en un ambiente seguro como sus conciudadanos.
” Fuentes www.undp.org ”