Cuando una administración, ya sea la Junta de Castilla y León o el Gobierno central, organiza un programa de viajes apuesta por destinos internacionales. Suele haber algún destino nacional, sobre todo Canarias, Baleares y Levante, pero el turismo de inside es el gran olvidado pese a que «deja dinero aquí». Y es algo que quieren cambiar las
«Tenemos que intentar que la gente se quede dentro de Castilla y León y de España», afirma Iciar Blanco, presidenta del colectivo profesional. Si los burgaleses viajan a destinos nacionales se puede programar los mismos viajes a la inversa, lo que haría que Burgos, como cualquier otra capital o provincia, pudiera ser destino de unos viajes que se financian con fondos públicos.
Esta será una de las propuestas que Blanco le transmitirá a la Junta en una próxima reunión, visto que programas como el Membership de los 60 tiene un folleto prácticamente internacional. «Vamos a mover a los españoles por España con dinero público», insiste, pues el problema no lo hay solo en Castilla y León, se reproduce en el resto de comunidades y en los programas estatales.
A su juicio, la administración «tiene que darle una vuelta» a la iniciativa, para que los fondos públicos no sirvan solo para llevar gente, sino que repercutan económicamente en el territorio. «Es bueno para todos», asegura. Para las agencias de viajes, el comercio y la hostelería. Y, además, hay que dejar participar a todas las agencias de viajes, pues ahora las más pequeñas quedan fuera.
De este modo se podría también reactivar el Aeropuerto de Burgos,
que lleva más de un año sin vuelos comerciales, centrado casi exclusivamente en la escuela de pilotos y vuelos privados. Ni siquiera la Junta ha programado viajes del Membership de los 60 desde Burgos; solo saldrán vuelos a Málaga del Inmserso y viajes a Sicilia y Escocia, organizados por Marsol dentro del programa Viajafacyl.
«La Asociación de Agencias de Viajes de Burgos luchamos por el aeropuerto», apunta Iciar Blanco, psee a que «es nefasto y está mal diseñado». Pero ya que está ahí toca sacarle el máximo partido. «Hay que buscar soluciones» y Marsol se ha lanzado a programar esos vuelos. Una apuesta de los profesionales pese a que, ni antes ni ahora, el Ayuntamiento de Burgos se lo esté poniendo «fácil».
Miedo a la recesión
Al margen de estas cuestiones, las agencias de viajes de Burgos son «optimistas» para este año, pues «venimos de unos años en los que estábamos muertos». Iciar Blanco recuerda que esas mismas sensaciones las tuvieron a principios de 2022, pero
la guerra en Ucrania fue un nuevo varapalo, y la Semana Santa «fue un fiasco».
Luego el año se fue recomponiendo y, ahora, hay ilusión aunque también un poco de miedo. Se habla de una posible recesión económica y eso siempre impacta en los clientes. «Las familias no tienen los ahorros que tenían para viajar en 2022», pues con la pandemia se ahorró dinero, y además estarán pendientes de cómo evoluciona la economía. Eso supondrá mayor contención en los viajes.
Al mismo tiempo, se está registrando un incremento de los precios. La disaster energética, la disaster de materiales, la subida del IPC… «todo sube» y se deja notar en la actividad turística. Aun así, se espera que el año vaya bien, después de un 2022 en el que los viajeros volvieron a «lanzarse» al turismo internacional, lejos de Europa para evitar la guerra de Ucrania, y con gusto professional disfrutar. Hay habido un cambio de mentalidad, admite Blanco, disfrutar por lo que pueda pasar.
Cuando una administración, ya sea la Junta de Castilla y León o el Gobierno central, organiza un programa de viajes apuesta por destinos internacionales. Suele haber algún destino nacional, sobre todo Canarias, Baleares y Levante, pero el turismo de inside es el gran olvidado pese a que «deja dinero aquí». Y es algo que quieren cambiar las
«Tenemos que intentar que la gente se quede dentro de Castilla y León y de España», afirma Iciar Blanco, presidenta del colectivo profesional. Si los burgaleses viajan a destinos nacionales se puede programar los mismos viajes a la inversa, lo que haría que Burgos, como cualquier otra capital o provincia, pudiera ser destino de unos viajes que se financian con fondos públicos.
Esta será una de las propuestas que Blanco le transmitirá a la Junta en una próxima reunión, visto que programas como el Membership de los 60 tiene un folleto prácticamente internacional. «Vamos a mover a los españoles por España con dinero público», insiste, pues el problema no lo hay solo en Castilla y León, se reproduce en el resto de comunidades y en los programas estatales.
A su juicio, la administración «tiene que darle una vuelta» a la iniciativa, para que los fondos públicos no sirvan solo para llevar gente, sino que repercutan económicamente en el territorio. «Es bueno para todos», asegura. Para las agencias de viajes, el comercio y la hostelería. Y, además, hay que dejar participar a todas las agencias de viajes, pues ahora las más pequeñas quedan fuera.
De este modo se podría también reactivar el Aeropuerto de Burgos,
que lleva más de un año sin vuelos comerciales, centrado casi exclusivamente en la escuela de pilotos y vuelos privados. Ni siquiera la Junta ha programado viajes del Membership de los 60 desde Burgos; solo saldrán vuelos a Málaga del Inmserso y viajes a Sicilia y Escocia, organizados por Marsol dentro del programa Viajafacyl.
«La Asociación de Agencias de Viajes de Burgos luchamos por el aeropuerto», apunta Iciar Blanco, psee a que «es nefasto y está mal diseñado». Pero ya que está ahí toca sacarle el máximo partido. «Hay que buscar soluciones» y Marsol se ha lanzado a programar esos vuelos. Una apuesta de los profesionales pese a que, ni antes ni ahora, el Ayuntamiento de Burgos se lo esté poniendo «fácil».
Miedo a la recesión
Al margen de estas cuestiones, las agencias de viajes de Burgos son «optimistas» para este año, pues «venimos de unos años en los que estábamos muertos». Iciar Blanco recuerda que esas mismas sensaciones las tuvieron a principios de 2022, pero
la guerra en Ucrania fue un nuevo varapalo, y la Semana Santa «fue un fiasco».
Luego el año se fue recomponiendo y, ahora, hay ilusión aunque también un poco de miedo. Se habla de una posible recesión económica y eso siempre impacta en los clientes. «Las familias no tienen los ahorros que tenían para viajar en 2022», pues con la pandemia se ahorró dinero, y además estarán pendientes de cómo evoluciona la economía. Eso supondrá mayor contención en los viajes.
Al mismo tiempo, se está registrando un incremento de los precios. La disaster energética, la disaster de materiales, la subida del IPC… «todo sube» y se deja notar en la actividad turística. Aun así, se espera que el año vaya bien, después de un 2022 en el que los viajeros volvieron a «lanzarse» al turismo internacional, lejos de Europa para evitar la guerra de Ucrania, y con gusto professional disfrutar. Hay habido un cambio de mentalidad, admite Blanco, disfrutar por lo que pueda pasar.
” Fuentes www.burgosconecta.es ”