Que
Aínsa, en Huesca, es uno de los
pueblos más bonitos de España ya lo sabíamos. Por eso, pertenece desde hace años al exclusivo membership que reúne a los municipios más bellos del territorio nacional. Ahora, además, esta villa medieval de la comarca del Sobrarbe ha sido descubierta por
Nationwide Geographic, que recientemente lo destacaba como el pueblo más bonito de España y un
destino de viaje preferente para 2023. En realidad, la prestigiosa revista británica nos cuenta lo que todos los que hemos visitado Aínsa (y hemos repetido una y otra vez) ya sabíamos.
Situado en la confluencia de los ríos Ara y Cinca y a la sombra de la magnífica Peña Montañesa, el centro histórico de Aínsa parece anclado en la
Edad Media. Su conjunto monumental lo tiene todo: murallas y calles empedradas, una de las
plazas porticadas más bonitas de nuestro país (y el auténtico corazón del pueblo), pero también los restos de un castillo que alberga el Ecomuseo de la Fauna Pirenaica (si no te gustan los quebrantahuesos no hace falta que entres) y en el que en verano se celebra el
Pageant Internacional de Música Castillo de Aínsa, con conciertos durante todo el mes de julio. Un auténtico planazo.
Pero también joyas del románico como la
iglesia de Santa María, cuyo claustro merece una visita. Junto a ella, por cierto, uno de los comercios más auténticos del pueblo: el
escultor Jesús Sanz vende cerámica singular en el primer piso de su tienda; en el segundo, exhibe sus esbeltas esculturas de terracota y bronce.
Dónde comer y dormir en Aínsa
Aunque las calles empedradas del centro del pueblo están salpicadas de pequeños restaurantes, sin duda la referencia gastronómica de Aínsa, pero también de toda la comarca del Sobrarbe, es
El Callizo. Con una estrella Michelín, su cocina homenajea a la gastronomía de montaña de la zona empleando, eso sí, las técnicas más vanguardistas. Con menús degustación a partir de 105 euros y un renovado
comedor con magníficas vistas a la Peña Montañesa, las reservas deben hacerse con antelación. Mucha antelación. Sus cocinas no abren hasta el 30 de abril, pero la espera siempre vale la pena.
Si quieres pasar la noche en pleno casco histórico, puedes dormir en hoteles tradicionales como Los Arcos y Los Siete Reyes o apartamentos particulares, pero si no te importa coger el coche y conducir 15 minutos, a las afueras del pueblo
Tierra Buxo es un lodge boutique ‘adults solely‘ de solo cinco habitaciones con restaurante propio y una cocina basada en productos de kilómetro cero.
Aunque más lejos (y más cerca de Sabiñánigo y Jaca) otra opción con encanto es el
Lodge Viñas de Larrede, un alojamiento de montaña de lujo lleno de rincones acogedores, un restaurante de alta cocina y todo tipo de servicios. ¿Por ejemplo? Un monitor de esquí o un guía de montaña specific.
Una excursión al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Aínsa es, además, una de las puertas al espectacular Pirineo aragonés. A unos 50 minutos del pueblo, los aficionados a la montaña (y, en realidad, cualquier persona que aprecie mínimamente la naturaleza) tienen una cita obligada con el
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el auténtico corazón de los Pirineos.
Declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1997, el parque está compuesto por cuatro valles y un pico, el Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa. Las excursiones a pie por los senderos de Ordesa, atravesando espectaculares hayedos, pinares y cascadas, es una experiencia inolvidable incluso para los más urbanitas. Si te animas a hacer una ruta, la de
Cola del Caballo, es una de las más agradecidas. Con una ventaja añadida: es accesible para todo tipo de visitantes.
Y si prefieres visitar un valle menos transitado, tienes dos opciones:
Escuaín (sus Gargantas son un auténtico espectáculo de primavera a otoño) y
Pineta, un valle de origen glaciar, tan bucólico y apacible como espectacular gracias a sus laderas, crestas y caudalosos ríos. Poco más se le puede pedir a un plan. Pero para algo estamos hablando del
pueblo más bonito de España.
” Fuentes www.mujerhoy.com ”