Los vascos se tomaron el año pasado la revancha contra el Covid y los encierros forzosos que provocó la pandemia y, haciendo oídos sordos a los mensajes que alertaban sobre la inflación o el encarecimiento de casi todo, se lanzaron a recuperar el ocio y los viajes perdidos por la nefasta enfermedad.
Así lo demuestran los datos sobre el gasto con tarjeta de crédito durante el pasado ejercicio que ayer dio a conocer Kutxabank, referido a sus clientes, que realizaron 172,2 millones de compras con su dinero de plástico, un 11,2% más. Uno de los sectores con un comportamiento más expansivo fue el del ocio y los viajes. De hecho, solo en agencias de viaje se gastaron 113,5 millones de euros, lo que comporta un 122,8% más.
El banco de las kutxas explica que el gasto en restaurantes se disparó un 40% hasta rozar los 460 millones de euros. Sin embargo, matiza la entidad presidida por Anton Arriola, aunque el monto complete creció de manera notable no hizo lo mismo el importe medio, que se mantuvo en línea con los registrados en 2020 y 2021. Esto es, se comió más en la calle, pero no se tiró la casa por la ventana a la hora de elegir menú. Como curiosidad destaca que en ese apartado gastronómico, el del Día del Padre, se vivió el mayor gasto neto en la restauración, aunque fue el Día de la Madre el que trajo la cuenta media más alta.
Los vascos gastamos menos en gasolina que en restaurantes; en concreto, 355 millones, con un repostaje medio de 46 euros. En términos generales, los pagos con tarjeta superaron los 5.011 millones, con un ticket medio de 29 euros. La alimentación se llevó 1.025 millones, el mayor gasto, y el pequeño comercio otros 860 millones, con una mejora interanual del 4,5%.
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