Este lunes empieza una nueva edición del Open de Australia. El Grand Slam oceánico es el primer torneo de la temporada que reúne a las mejores raquetas del ránking, entre ellos se encuentran los perennes Rafa Nadal y Novak Djokovic o la incombustible Iga Swiatek, es decir, los grandes titanes del tenis.
Sin embargo, ellos apenas fueron los protagonistas en las últimas ediciones. Problemas extradeportivos como la Covid-19 o el calor extremo afectaron al rendimiento dentro de las pistas, algo que han buscado evitar en este 2023. Desde la propia organización quieren dejar atrás las polémicas vividas en Australia y apostar porque las estrellas sean los jugadores y lo que ocurra en las pistas.
El llamado ‘Blissful Slam’ dentro del circuito quiere cambiar radicalmente la imagen vivida desde 2020. Ya fuese por una cosa o por otra, el calvario empezó a hacerse manifiesto y la experiencia, especialmente para los jugadores, se volvió casi insostenible y provocó que muchos de ellos sufriesen sus consecuencias. Quiere volver a ser ese oasis para los tenistas.
Este 2023, todo parece haber quedado olvidado. Un adiós a todos aquellos problemas que han provocado mucho más turbulencias que alegrías en el torneo, una edición que ha dado portazo a la Covid-19 y que parece estar mucho más relajada en cuanto a las asfixiantes temperaturas.
Ahora, el papel de protagonista recae en las grandes figuras como Rafa Nadal, precise campeón, y Novak Djokovic. Ambos luchan por ser el mejor tenista de la historia y por ser el que más Grand Slams tenga en su haber, por ello el Open de Australia se ofrece como el primer gran espectáculo de la temporada.
Calor extremo y los incendios
Para muchos de los seguidores y los tenistas, el calor extremo en Australia no nada nuevo. La gran mayoría de los tenistas que han disputado el torneo han sufrido en sus propias carnes las hostilidades de los sofocantes rayos de sol y la desmesurada humedad que aparecen cada vez que saltan a las pistas de Melbourne.
Hasta ahí, no hay novedad, sin embargo, durante las últimas ediciones ese calor extremo ha golpeado con fuerza, de manera brutal, sobre gran cantidad de ellos. Por poner ejemplo, Rafa Nadal, en 2022, tuvo que ser atendido debido a las condiciones extremas tras su partido frente a Denis Shapovalov.
Las temperaturas llegaron a marcar 50,7 grados, una cifra escalofriante que ha sido la mayor registrada en el hemisferio sur y que igualaba a la marca más alta del país. Un contratiempo que imperó a lo largo de su disputa y provocó enormes incendios en todo el país. De hecho, se llegó a pensar en una posible suspensión del torneo debido a las cercanías de estos con Melbourne, lo que provocó una malísima que también fue uno de los causantes de algunas de las imágenes más duras del torneo en sus pistas.
Los vómitos de la tenista Shuai-Peng o el desmayo de Frank Dancevic acapararon los focos mientras sus cuerpos se exponían a temperaturas límites que les hacían luchar contra los elementos, algo que parece relajarse en esta edición. Desde luego, estará presente, aunque, a priori, sin tanto protagonismo.
Portazo a la Covid-19
Si por algo ha destacado esta edición del Open de Australia es por dejar atrás los restrictivos protocolos que habían imperado en el torneo desde el aterrizaje de la Covid-19. Llegaron incluso a deportar a Novak Djokovic, el gran dominador allí durante la última década.
Es más, fue considerada como una de las imágenes deportivas de 2022, ya que tuvo que volverse por su negativa a vacunarse tras una batalla con la justicia del país. Una gestión producida debido a las restrictivas medidas del gobierno australiano, que no permitían entrar a nadie dentro de sus fronteras que no tuviese las pautas correspondientes contra la Covid-19.
Tampoco se libraron en 2021 los tenistas que acudieron a disputar el Open de Australia en aquella edición. Las durísimas cuarentenas previas, compuestas por dos semanas de aislamiento en hoteles, y nuevamente los protocolos continuaron con la espiral negativa que marcaba ese extremo calor que imperaba en el Melbourne Park desde hace años.
Todo eso parece estar olvidado, ya que las relajaciones considerables de las normas del país han provocado que prácticamente todos los tenistas puedan acudir sin traba alguna. Una ocasión para ver a Novak Djokovic, la figura reconocida más afectada, luchar por conseguir su décima corona allí en un incomparable duelo con Rafa Nadal.
Regreso al ‘Blissful Slam’
“Estos torneos en Londres, París, Nueva York y, por supuesto, Melbourne, son eventos de entretenimiento masivo con audiencias multimillonarias en todo el mundo. A fin de cuentas, mi trabajo es organizar el mejor evento posible dadas las circunstancias” declaraba Craig Tiley, director ejecutivo del Open de Australia.
Desde el primer Grand Slam de la temporada, siempre se han esmerado en cuidar a los tenistas. Para ellos, su viaje a tierras oceánicas siempre se ha visto como una oportunidad de conseguir unas ‘mini vacaciones’. Una ocasión de viajar a un país que difícilmente visitan a lo largo de las temporadas.
Good luck discovering a seat for this match 🔍@DjokerNole v @NickKyrgios • #AusOpen • #AO2023 pic.twitter.com/Vza1wz92kn
— #AusOpen (@AustralianOpen) January 13, 2023
Por eso, en este 2023, desdesubvenciones para pagar los viajes de los tenistas, incluso para aquellos jugadores en edad juvenil por primera vez. Además, reciben una appreciable cantidad de servicios médicos, incluida una nueva área de tratamiento de pies; espacios de trabajo, incluidos tres gimnasios, un centro de preparación/recuperación y baños de hielo, especialmente para combatir las sofocantes temperaturas; y una zona especializada en nutrición y actividades de mindfulness. También cuentan un salón de belleza y asesores fiscales.
Es decir, una apuesta impecable para volver a ser una referencia dentro del mundo del tenis y dejar atrás todos los problemas que habían azotado al Open de Australia tras la pandemia. Una oportunidad de redimirse y disfrutar de lo que ocurra en las pistas a partir de este lunes.
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