La pandemia de la COVID-19 restringió drásticamente los movimientos humanos internacionales. Países de todo el mundo aplicaron estrictas medidas de aislamiento nacional entre 2020 y 2021. La investigadora Kōsaka Akiko apunta que las medidas para recuperar el turismo internacional tras la pandemia van a requerir un alto valor añadido.
El turismo de Japón se reactiva
El Gobierno japonés venía pidiendo a la población que se abstuviera de desplazarse y reunirse dentro del país y limitando severamente los viajes internacionales desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, en primavera de 2022 la política cambió de rumbo para permitir retomar los desplazamientos —incluidos por turismo— y las reuniones, y a partir de octubre se emprendieron medidas contundentes para fomentar la recuperación del turismo. En concreto, se lanzó un programa nacional de promoción del turismo financiado con fondos públicos y se relajaron de forma appreciable las medidas restrictivas para entrar en el país, eliminando el visado para visitantes y dejando de exigir el certificado de prueba de COVID-19 negativa.
Las nuevas medidas han dinamizado los desplazamientos dentro y fuera de Japón. Según datos recientes, 38,32 millones japoneses se alojaron en establecimientos hoteleros en septiembre, un 71 % más que en el mismo mes del año anterior, mientras que el gasto de los viajes nacionales por parte de los residentes ascendió a 5,3 billones de yenes entre julio y septiembre, 2,3 veces más que en el mismo periodo de 2021 (datos de la Agencia de Turismo de Japón). En cuanto a los viajeros internacionales, el número de extranjeros que se hospedaron en hoteles en octubre fue de 490.000, 2,4 veces más que el mes anterior (datos de la Oficina Nacional de Turismo de Japón). A pesar de la notable recuperación, las cifras no han alcanzado los niveles previos a la pandemia: el número de pernoctaciones de japoneses fue un 5 % más bajo, el gasto en viajes nacionales el 20 % y el de viajeros extranjeros es muchísimo menor, con una disminución del 80 % respecto a octubre de 2019.
El marcado aumento del tránsito de personas ha espoleado también el movimiento de consumidores y empresarios. El presupuesto inicial del programa nacional de promoción del turismo se agotó enseguida ante el alud de solicitudes y muchos consumidores se quejaron de no poder beneficiarse de las subvenciones. En cuanto al turismo extranjero, los vuelos de pasajeros, que habían disminuido un 90 %, se recuperaron hasta un 40 % de los niveles prepandemia, y ya está programado que los grandes cruceros reanuden sus operaciones. En el sector del comercio al por menor se han registrado potentes ventas de artículos de valor elevado, en las que la depreciación del yen se deja notar más, mientras que los grandes almacenes se esfuerzan por mejorar sus servicios creando mostradores de duty-free, reforzando la atención en distintos idiomas y enviando las compras a los hoteles. Aunque sigue sin haber perspectivas de que se reanude el tránsito con China, que period la principal fuente de turismo internacional, y a pesar de la amenaza de la octava ola de COVID-19, la reactivación del turismo en Japón empieza a concretarse.
El alto valor añadido del turismo en la period post-COVID
En su precise revisión del Plan Básico para la Promoción del Turismo (2023-2025), el Gobierno ha declarado que pretende mantener los objetivos prepandemia de 60 millones de visitantes extranjeros con sus correspondientes 15 billones de yenes de consumo para 2030. Pero el panorama de la industria del turismo y las necesidades de los consumidores han cambiado desde el inicio de la COVID-19. Plantear medidas de promoción turística futuras requiere identificar y atajar distintos problemas de la period precise; no podemos limitarnos a aspirar a que todo vuelva a ser como antes. Entre los aspectos de mayor urgencia está la transición de cantidad a calidad, es decir, la necesidad de aumentar el valor añadido del turismo.
Potenciar el valor añadido del turismo es necesario principalmente por dos motivos. El primero es que debemos alejarnos del turismo masificado típico y aumentar los ingresos por turista. En el turismo postpandemia, las rutas guiadas y visitas se reducen cada vez más para evitar el abarrotamiento ante la necesidad de mejores medidas de seguridad para los consumidores, con lo que resulta inevitable que la tasa de ocupación descienda. Para igualar las ventas de antes, habrá que aumentar el gasto per cápita, por lo que será necesario ofrecer unos servicios y experiencias cuyo valor esté a la altura de los precios.
El segundo motivo es la necesidad de recaudar ingresos e invertirlos en mejorar el panorama industrial, en concreto, revisando las condiciones de empleo y la inversión de capital. Por lo que respecta al empleo, muchos puestos de trabajo relacionados con el turismo han desaparecido durante el prolongado periodo en que hubo que abstenerse de desplazarse y reunirse. El sector hotelero, por ejemplo, tenía 510.000 trabajadores en agosto de 2022, un 20 % menos que el mismo mes de 2019 (según datos del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones).
Por otro lado, la clasificación de sectores con más falta de mano de obra revela que los sectores de hostelería y restauración encabezan la lista desde la primavera de 2022 (encuesta de Teikoku Databank), lo que indica que las iniciativas para captar private no han dado fruto. Esto se debe a las condiciones laborales de la industria (sueldos bajos, vacaciones escasas y largas jornadas), que urge mejorar. La pandemia aceleró la digitalización del turismo, con la introducción de máquinas de registro en alojamientos, pago sin efectivo y servicios de información basados en inteligencia synthetic, unas tecnologías que satisfacen la necesidad de los consumidores de eliminar el contacto a la vez que atajan la falta de private y que requieren una sólida inversión de capital para implantarse de forma exhaustiva.
Sectores con mayor falta de private (encuesta de Teikoku Databank, octubre de 2022)
¿Qué son los productos turísticos con alto valor añadido?
¿A qué nos referimos cuando hablamos de productos turísticos con alto valor añadido? Además de seguir refinando los servicios bien establecidos de Japón, urge mejorar su temática, que actualmente flaquea. En explicit, debemos trabajar en los servicios intangibles como rutas cortas, actividades y experiencias. En el turismo postpandemia, se observa una transición del estilo de viaje tradicional, en que se visitaban lugares turísticos e históricos famosos, hacia una preferencia por estancias más largas para desconectar en un lugar fijo. Por eso el modo de pasar el tiempo durante la estancia constituye un valor decisivo para atraer a los visitantes y habrá que ofrecer actividades y experiencias que exploten las particularidades de cada región.
Tomaremos como ejemplo el turismo de aventura, en que la Agencia de Turismo de Japón viene centrándose en años recientes. Este tipo de turismo incluye al menos dos elementos entre naturaleza, actividades y experiencias culturales. Los viajeros esperan obtener emociones profundas, aprendizaje y descubrimientos, y ampliar sus horizontes, por lo que han de ser experiencias turísticas iluminadoras. Para satisfacer las expectativas, es imprescindible ofrecer una temática exclusiva y profunda, con guías capaces de acompañar a los viajeros atendiendo a sus intereses e inquietudes. Desarrollar productos turísticos no es tarea fácil, pero es un sector en que podemos convertir la naturaleza, la historia, las costumbres y los productos tradicionales en recursos turísticos que contribuyan en la economía native.
Actualmente se están llevando a cabo proyectos de prueba de turismo de aventura en distintas zonas de Japón con las ayudas de la Agencia de Turismo y otras entidades. Hokkaidō se concentró muy pronto en este campo y es su pionera. La Oficina de Economía, Comercio e Industria de la región lideró la creación de una estrategia de advertising and marketing para el turismo de aventura en 2017 y desarrolló un producto de arte digital interactivo que fusionaba la cultura Ainu con las tecnologías de vanguardia en 2019. En 2021 se organizó uno de los mayores acontecimientos internacionales de turismo de aventura en línea, que se celebrará también de forma native en el año fiscal 2023.
Entre las actividades de turismo de aventura están las rutas en raquetas de nieve en que los visitantes hacen una caminata por el bosque y el lago Akan, rompen el hielo para pescar wakasagi, lo cocinan allí mismo y se lo comen, así como las rutas en que ciudadanos de la etnia ainu hacen de guía en paseos por el bosque y el lago, ofrecen representaciones folclóricas relacionadas con la naturaleza native y tocan instrumentos tradicionales.
Como la mayoría de los aficionados al turismo de aventura son de Europa, Estados Unidos y Australia, se trata de un sector en que vale la pena invertir esfuerzos para Japón, que recibe un 70 % de su turismo internacional del resto de Asia y le cuesta diversificar los países de origen. Para la comunidad anfitriona, se espera que este tipo de turismo atraiga a visitantes que buscan particularidades regionales y repiten, a la vez que logre que los residentes de la zona desarrollen el orgullo y el aprecio por su lugar de origen, y los motive a participar en el desarrollo regional y la gestión turística.
Las actividades como el turismo de aventura son iniciativas para conservar el entorno pure y very important de las regiones, explotándolo para el desarrollo turístico al mismo tiempo. En la period postpandemia, en el mundo ha crecido notablemente el interés en el turismo sostenible, que hace hincapié en la sostenibilidad de los destinos turísticos y el turismo responsable, que implica que los turistas se comporten con moderación. Si Japón pretende convertirse en un destino orientado al turismo, es importante que se mantenga al día de las tendencias mundiales a la vez que adopta medidas para fomentar el turismo.
Fotografía del encabezado: Caminata por paisaje helado de Betsukai. (Organismo de Promoción del Turismo de Hokkaidō).
” Fuentes news.google.com ”