Hace ochenta años se crearon los Globos de Oro que, con el tiempo, se han convertido en el barómetro perfecto para calcular quiénes serán los nominados a los Oscar. Mucha gente desconoce que uno de los fundadores de estos galardones es el albaceteño Armando del Ethical, activista libertario en la prensa anarquista durante la República y que a consecuencia de sus ideales antifascistas fue deportado al campo de concentración en Argelès-sur-Mer desde donde emigró a México para luego instalarse en Los Ángeles. Junto a varios colegas extranjeros fundaron la Asociación de Reporteros de Hollywood en el Extranjero, precursora de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA en sus siglas en inglés).
Si la primera gala fue una ceremonia casual celebrada en los estudios de la Fox en la que Jennifer Jones fue la primera intérprete femenina en ganar por La canción de Bernadette, al año siguiente se celebró un banquete formal en el Beverly Hills Resort que perdura hasta la actualidad.
En ocho décadas, solo ha habido un año en el que no se retransmitió la gala y fue en el 2008 a raíz de la huelga de guionistas. En la madrugada del 10 al 11 de enero se podrá ver en directo la ceremonia en España.
A lo largo de todas estas décadas, los escándalos y las anécdotas han caminado de la mano con los triunfos. Una de las confesiones más dramáticas la hizo el actor Brendan Fraser (54 años), cuando en 2018 aseguró sobre Philip Berk, expresidente de la HFPA: “Su mano izquierda me rodeó, me agarró las nalgas y uno de sus dedos me tocó la entrepierna para empezar a moverlo”. Los hechos ocurrieron durante un almuerzo en 2003.
En esta 80ª edición, el intérprete parte como favorito por The Whale, pero no asistirá a la gala. Por su parte, Berk no solo no fue expulsado de la organización, sino que tiempo después descubrieron que en uno de sus emails describía el movimiento Black Lives Matter como “un grupo de odio racista”.
A saber la cara que se le pondría cuando en 2021 el periódico Los Ángeles Occasions realizó una investigación en la que se destapó que ninguno de los 87 votantes de la Asociación period negro. Desde la entidad se dijo que se tomarían las medidas apropiadas y en la actualidad un 10% de los votantes son negros, otro 10% son de Oriente Medio, un 12% son asiáticos y un 19,5% son latinos. El diario angelino también puso de relieve las amenazas, insultos y reventas de entradas a precios astronómicos por parte de algunos de esos miembros (el bangladesí Munawar Hosain lo hizo por 39.000 dólares). Esa problemática motivó que durante dos años no se retransmitiera la ceremonia.
Cuando la ya olvidada Pia Zadora (68) ganó por La marca de la mariposa (1982) estalló la ira de la industria después de que el New York Occasions la calificara como “espectacularmente inepta”. Sus rivales tenían mucha más categoría: Kathleen Turner (68) por Fuego en el cuerpo (1981) y Elizabeth McGovern (61) por Ragtime (1981). Se dijo que el milmillonario marido de Zadora, Meshulam Riklis, había fletado un avión privado para llevar a Las Vegas a varios miembros de la HFPA para relajarse. Algo de transaccional también hubo cuando Burlesque (2010), protagonizado por Cher (76) y Christina Aguilera (42), tras haber sido ridiculizada por la crítica, optó a mejor película. Se rumoreó que otros miembros de la HFPA también volaron hasta Las Vegas, donde tuvieron ocasión de disfrutar de un concierto privado.
El matrimonio Riklis-Zadora tampoco se libró de otro escándalo cuando protagonizaron un atentado arquitectónico tras comprar Pickfair -la espectacular mansión de Mary Pickford y Douglas Fairbanks conocida por sus grandes fiestas a las que acudían Alfonso XII o Greta Garbo- decidieron demolerla. Alegaron que el fantasma de Pickford se les aparecía de tanto en tanto.
Otra historia de viajes. La serie Emily en París no goza de ningún prestigio, por eso resultó sorprendente que en 2021 estuviera nominada en dos apartados, a la mejor serie de comedia o musical y a la mejor actriz, Lily Collins (33). Numerosos votantes acudieron al set de rodaje y se alojaron en hoteles cuyas habitaciones costaban 1.400 euros la noche.
En esta noche tan especial también ha habido anécdotas de todas clases y colores. Por ejemplo, cuando Hugh Grant (62) gritó el nombre de Renée Zellweger (53) en 2001 tras ser nombrada ‘Mejor actriz’ por Persiguiendo a Betty (2000), hubo momentos de tensión porque la británica no aparecía por ningún lado. Grant estaba a punto de recoger el galardón en su nombre cuando Zellweger apareció con la excusa de haber ido al baño a retocarse el maquillaje.
Es mismo año, Jack Nicholson (85)-retirado desde hace años por enfermedad- subió al escenario un poco afectado porque se había tomado un Valium. Cate Blanchett (53) no tuvo reparos en admitir en 2014, con el Globo de Oro en la mano como ‘Mejor actriz’ por Blue Jasmine, que llevaba “un par de vodkas en el cuerpo” y dio las gracias a su agente por “suministrarme vodka de la misma manera que los agentes de Judy Garland probablemente la atiborraban a barbitúricos”. Incluso a Emma Thompson (63) apareció en el escenario en 2014 con una copa en una mano y los zapatos en otra antes de entregar el premio.
En 2001 Elizabeth Taylor fue pasto de los cuchicheos porque al salir al subir al escenario para anunciar la mejor película titubeó, se tambaleó, se confundió… Period de sobra conocido su pasado alcohólico, sin embargo, a quien escribe estas líneas, su íntima amiga, la periodista de cotilleos Liz Smith, me confesó que Taylor no iba borracha, sino que eran los fuertes efectos secundarios de unos medicamentos a raíz de la operación de un tumor cerebral.
Cuando los galardones aún no se retransmitían a nivel internacional y la censura period un poco más floja, en 1980, Bette Midler (77) dio rienda suelta a su imaginación al comparar los Globos con sus pechos y a punto estuvo de meterse el premio en la boca simulando tener sexo oral con él. Esa misma comparación se le ocurrió en 2015 a Jeremy Renner (52) -aún convaleciente después de que una máquina quitanieves le aplastara el tórax- mientras presentaba junto a Jennifer Lopez (53).
Hace siete décadas, en 1952, se creó el Premio Cecil B. DeMille para honrar la trayectoria cinematográfica de algunos intérpretes. En 2013 le tocó a Jodie Foster (60), en cuyo discurso acalló los rumores sobre su sexualidad: “Solo voy a soltar, fuerte y con orgullo… Soy soltera (…) Espero que no estén decepcionados porque no va a haber un gran discurso de salida del armario. Hace miles de años que salí de él”.
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