Navantia recibía este lunes pasado a un paciente de lujo, el crucero Queen Victoria. Un problema en una de sus hélices necesitó una intervención de urgencia en uno de los diques de la factoría del astillero gaditano, después de que se intentara llevar a cabo su reparación a flote en la dársena comercial del puerto de Cádiz, concretamente en el Muelle Alfonso XIII.
Tras la intervención de dos equipos de submarinistas, el arreglo de la hélice dañada no fue posible, de manera que la naviera de lujo decidió trasladar a su Reina Victoria (Queen Victoria) hasta las cercanas instalaciones de Navantia, en Cádiz, que, una vez más, ha demostrado estar más que preparada para recibir cualquier trabajo que requiera una intervención urgente como la que ha necesitado estos días este buque de turistas.
Hay que recordar que este buque, que tenía programada inicialmente su llegada a Cádiz este martes, después de visitar Funchal, ha tenido que reestructurar su ruta a raíz de que se detectara este problema en una de las varias hélices que nueve el buque.
Fue en ese momento en el que la naviera optara por saltarse Funchal para poner rumbo a Cádiz para intentar solucionar el problema que, a pesar de todo, no ha supuesto ningún tipo de riesgo para su navegación y, de hecho, el barco ha podido navegar sin ningún tipo de problema.
Según indicó a este periódico José Antonio Bolaños, presidente del comité de empresa de Navantia-Cádiz, la avería de la hélice estaba provocando una serie de vibraciones que sí podrían haber provocado otros daños más serios para el buque, aunque, en ningún caso, nada que hubiera obligado al crucero a quedar paralizado.
Tanto es así, que la propia naviera ha jugado con la supresión de la escala en territorio luso para así ganar tiempo, algo que ha conseguido sin problemas, ya que la reparación estaba llevándose a cabo este mismo martes con todo éxito. Y así quedará demostrado en el momento en el que el buque zarpe este mismo miércoles para Lisboa tal y como estaba previsto inicialmente.
Con sus dos mil turistas a bordo
La gran peculiaridad de lo ocurrido es que los más de dos mil pasajeros que estaban disfrutando de esta ruta de la Cunard a bordo del Queen Victoria han vivido en primera persona la entrada en dique y han permanecido a bordo hasta que la compañía ha dispuesto varios autobuses para mantener al pasaje entretenido mientras los técnicos de Navantia llevaban a cabo la reparación que requería el buque.
Según asegura el propio José Antonio Bolaños, estos más de dos mil turistas apenas se han percatado de lo ocurrido, ya que la naviera y su consignataria en Cádiz, Cadiship, han hecho todo lo posible para que las molestias fueran las mínimas y para que este miércoles la normalidad retornara al Queen Victoria.
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