A veces situados dentro de parques, en jardines, en las avenidas más famosas del mundo. Pero otras veces, sirviendo como miradores de infarto a los paisajes más espectaculares. Estos pequeños elementos del mobiliario urbano pueden ser algo más que un asiento en el que pararse a descansar. Desde los que se asoman a los abismos más escarpados de Europa, a otros que son un auténtico placer para disfrutar de la naturaleza, pasando por lugares que son la excusa perfecta para encontrar la relajación.
Y es que, ahora más que nunca, nos hace falta un banco… ¡y si es con vistas mejor! Porque es en ellos en los que somos capaces de despojarnos de nuestros teléfonos admirando una portentosa naturaleza ante nuestros ojos y donde nacen algunas de las historias más bonitas jamás escritas. Es, indiscutiblemente, el lugar donde nacen las buenas conversaciones y donde volvemos a recordar los viejos tiempos, los nuevos amigos y las añejas historias.
Hoy recorremos el mundo en busca de lagos, montañas, cañones, ‘skylines’ y monasterios nabateos, a los pies de estos bancos tan bien situados.
” Fuentes news.google.com ”