Tómate un día donde estés dispuesto a dejar ir lo que ya no necesitas, que sea un momento en el que de verdad desees renovar tus espacios y no hacerlo por obligación, sino por la necesidad de que la buena vibra invada tu entorno. Antes de recibir el Año Nuevo, regala lo que ya no te funcione, pero que esté en buen estado, reacomoda los muebles de tu habitación, sacude, limpia y seca las esquinas de la casa, ventila los espacios y perfuma con esencias o inciensos, báñate con agua caliente, bebe una copa de vino y disfruta de una serie o un libro, si esto lo hace de vez en vez durante el año, te sentirás más ligero y sin tanto estrés.
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