“Luxury”, porque el lujo puede tener tantas acepciones como personas, y para Serras Andorra, está directamente relacionado con la máxima: “lo quieres, lo tienes”. ¿Un gin tonic a las 8 de la mañana? Marchando. ¿Unos huevos a las 8 de la tarde? Su réplica: “fritos, revueltos o en tortilla? No hay un no por respuesta, una respuesta que además viene acompañada con la mejor de las sonrisas.
Las confortables habitaciones con vistas a Grandvalira, la impecable y deliciosa propuesta gastronómica, su oferta wellness y su imbatible ubicación completan el sentido de ese primer apellido, “Luxury”.
“Boutique”, porque sus 57 habitaciones le confieren el tamaño perfecto para sentirse como en casa, en un ambiente íntimo y acogedor, pero eso sí, con una atención personalizada que no deja ningún detalle al azar, comenzando por el exquisito ponche de bienvenida.
Y sí, aunque parezca contradictorio, “Resort”, porque, si uno quiere –y te aseguramos que se te pasará por la cabeza más de una vez– no hace falta salir de los dominios de Serras Andorra, ya que el resort es la experiencia en sí misma y satisface todos y cada uno de los puntos que pedimos a una escapada invernal y de desconexión: restaurante, bar, terraza, gimnasio, spa, zona infantil, espacios de reuniones y ocio y, por supuesto, las dos pistas de esquí para principiantes (también dentro de territorio Serras) y la terraza, cuyo après ski (con dj los fines de semana) ya está dando que hablar en toda la zona.
Por último, nuestro “apellido” favorito: “Spa”, un refugio que consigue bajar nuestras pulsaciones nada más poner un pie en su inside y que, además de zona de aguas, ofrece todo tipo de tratamientos y masajes además de paquetes de bienestar diseñados por especialistas del sector.
” Fuentes news.google.com ”