Recorremos el país conociendo qué hacer en Francia, no solo lugares para visitar sino también platos típicos y cómo ahorrar en viaje.
Francia encabeza la lista de los países más visitados del mundo, sacando diferencia principalmente por la cantidad de turistas que tienen a París como la ciudad de sus sueños.
Pero hay mucho más en Francia que su capital, algo que muchos pasan sin averiguar. Desde las playas del Mediterráneo en la Riviera Francesa hasta los castillos medievales del Valle del Loira, veamos qué hacer en Francia, platos para probar y más…
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Qué hacer en Francia: 10 lugares para visitar en tu viaje
París
La ciudad que más turistas recibe al año en todo el mundo es lógicamente el primer lugar que viene a la mente cuando pensamos en qué hacer en Francia, y el que encabezará tu lista si es tu primera vez en el país.
La cantidad de atractivos icónicos, de los que seguramente escuchaste hablar más de una vez, son muchísimos: empezando por la Torre Eiffel, esa que genera tantas expectativas que para muchos es una gran decepción; siguiendo por Champs-Élysées del otro lado del río Sena, uno de los barrios más elegantes y costosos de París, con la avenida de mismo nombre como centro de la acción, que une el Arco del Triunfo con la Plaza de la Concordia.
El Museo del Louvre, que es el museo de arte más visitado del mundo por ser donde se atesora La Monna Lisa de Da Vinci y otras obras como La Libertad guiando al pueblo, es otro de los emblemas de la capital francesa, así como la herida Catedral de Notre Dame.
Pero una de las mejores maneras de disfrutar de París sin seguir a las hordas de turistas en los típicos lugares, es caminando sin demasiado rumbo, algo que los franceses llaman “flânerie” (a veces traducido al español como “flanear”). Los barrios de Le Marais y Montmartre son ideales para esto.
En las afueras de París, una visita al Palacio de Versalles es otro de los paseos clásicos.
Mi consejo: no idealices de antemano a París como “la ciudad del amor” del cliché, porque es possible que no sea con lo que te encuentres. Cada experiencia es única, y en París hay tantos turistas que se van desilusionados como con ganas de volver.
Alpes franceses
Los Alpes es una cadena montañosa con picos de más de 4000 metros que se extiende por el centro de Europa. Juntos con los Alpes suizos, los franceses son los más conocidos, y en donde se encuentra el punto más alto del continente: el Mont Blanc.
Una visita a los alpes no necesariamente tiene que ser para hacer deportes de invierno, porque también hay mucho senderismo, o simplemente podés pasar unos días en alguno de los hermosos pueblos disfrutando de los paisajes, como Annecy, Aix-les-Bains o Chambery.
Chamonix es uno de los principales destinos de los alpes, desde donde comienzan caminatas como el Tour del Mont Blanc y el de las Agujas Rojas.
Riviera Francesa (Costa Azul)
Es otro de los lugares de los que seguramente ya habías escuchado hablar, ya que se trata de uno de los principales destinos turísticos no solo de Francia sino de Europa.
La Côte d’Azur (traducida como Costa Azul en español aunque el azur no es el mismo colour) o Riviera Francesa, es la costa del Mediterráneo en el sureste del país, desde la frontera con Italia hasta Toulon.
El tramo más famoso es el que va de Niza a Saint-Tropez, pasando por ciudades y pueblos emblemáticos como Saint Paul de Vence, Antibes y Cannes. En la otra dirección, se encuentra el Principado de Mónaco. Como imaginarás, esta es una de las regiones más caras de Francia, por lo que te puede servir esta guía sobre cómo viajar en Europa con poco presupuesto.
Provenza
La Riviera Francesa es parte de la Provenza, pero hay mucho más que playas en esta región histórica de Francia.
Los paisajes del inside son un placer a la vista, con olivares, montañas y campos de lavanda que se extienden como alfombras violetas, inspiración para Renoir, Picasso, Van Gogh y muchos artistas más. Es entre junio y agosto cuando las lavandas florecen y Provenza brilla en máximo esplendor.
Los bulliciosos mercados callejeros, pasear por el casco histórico de Avignon, conocer las ruinas romanas en Arlés y Orange, y sentir que entraste en un cuadro al visitar algunos de los pueblos más pintorescos de Francia en la región de Luberon, como Bonnieux, Roussillon y Lourmarin, son algunas de las experiencias esenciales.
Burdeos
Hablar de Burdeos es sinónimo de vinos, y todos sabemos lo que significa Francia en este tema. En los alrededores de la ciudad hay muchos viñedos donde hacer degustaciones, desde lujosos châteaux hasta pequeñas bodegas familiares. En la página burdeos-turismo.es vas a encontrar información sobre cuáles están abiertas a visitas. Eso sí, no esperes los precios accesibles de los vinos de Mendoza en Argentina.
Pero no solo para hacer cata de vino tiene sentido una visita a Burdeos, porque toda la zona de su hermoso centro histórico y puerto, conocido como Puerto de la Luna, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por ser de los mejores ejemplos del estilo clásico y neoclásico en Europa.
Valle del Loira
Conocido como “el jardín de Francia”, a lo largo del valle del río más largo del país se encuentran una enorme cantidad de sitios que son joyas arquitectónicas y paisajísticas.
Varios de los châteaux más importantes de Francia están en esta región, como el Chaumont-sur-Loire, el de Montsoreau, el de Chenonceau (foto de abajo) y el de Chambord. La belleza de estas y otras construcciones son uno de los mejores ejemplos del nivel de refinamiento que se buscó en el Renacimiento europeo.
Si bien hay excursions, la mejor manera de recorrerlo es en vehículo propio para poder ir frenando en los pueblos y ciudades históricas. Toda la zona que va desde Chalonnes-sur-Loire hasta Sully-sur-Loire fue incluida en la lista de Patrimonios de la Humanidad.
Valle de Dordoña
Bastante menos turístico que el del Loira, pero con un encanto que no se queda nada atrás, recorrer el Valle de Dordoña con tiempo es otra de las mejores cosas que hacer en Francia.
Los châteaux también tienen un importante papel en esta área, con varios espléndidos como el de Commarque y el de Beynac.
Así como México tienen sus Pueblos Mágicos, en Francia está la lista de “Les Plus Beaux Villages de France” (Los pueblos más bellos de Francia), de los cuales 9 se encuentran en Dordoña: Belvès, Beynac-et-Cazenac (foto de abajo), Domme, Limeuil, Monpazier, La Roque-Gageac, Saint-Amand-de-Coly, Saint-Jean-de-Côle y Saint-Léon-sur-Vézère, siendo el segundo departamento con más cantidad.
Y además de todo esto también están las bastidas, que fueron poblados construidos en la Edad Media para fines defensivos, como Monpazier y Eymet. Y una gran cantidad de sitios arqueológicos prehistóricos.
Normandía
Centro de uno de los imperios más poderosos de la Europa medieval, Normandía es una región del norte de Francia con costa al Canal de la Mancha.
Su importante pasado hace que los atractivos históricos sean donde se centra su fama, con lugares como la imponente Catedral de Ruan, inspiración para una serie de pinturas de Monet; y el Monte Saint-Michel, pequeño poblado medieval construido sobre un islote, donde se destaca la espectacular abadía (convento cristiano) en su parte más alta.
Los blancos acantilados de la Côte d’Albâtre, especialmente en el pueblo de Étretat, y la casa de Monet en Giverny, son los otros puntos más reconocibles de Normandía.
Bretaña
El nombre de esta región del noroeste de Francia ya te da a entender que comparte lazos culturales e históricos con la isla grande del norte, siendo una de las seis naciones celtas, entre las que están Gales, Irlanda y Escocia.
El sentido de identidad cultural es muy fuerte, algo que hace a Bretaña una región completamente distinta al resto de Francia. El idioma bretón es hablado y vas a ver la bandera en varios lugares, además de sus distintivas danzas, música y comida, entre las que vas a reconocer a las famosas crepes.
Bretaña tiene algunos de los destinos costeros más populares, como la Península de Crozon, la Costa de Granito Rosa y el Golfo de Morbihan; además de Saint-Malo, antiguamente una temida base de piratas pero en la actualidad un destino muy visitado por su ciudad amurallada.
En el inside también hay varias joyas, como Dinan (foto), característico por sus construcciones medievales; pueblos que parecen salidos de cuento como Rochefort-en-Terre, Locronan y Moncontour; y varios castillos como el de Rohan, el de Kerjean y el de Fougères.
Si querés la experiencia bretona definitiva, podés hacer el GR34 (Le Sentier des Douaniers), un trekking de 2000 kilómetros recorriendo toda la costa.
Nantes
Aunque las fronteras hayan cambiado hace siglos, Nantes sigue siendo considerada la capital histórica de Bretaña.
A orillas del río más extenso de Francia, el Loira, Nantes fue el puerto más importante del país durante el siglo XVIII, especialmente concurrido por barcos que traían esclavos de África y el Caribe. Luego centro industrial, fue acá donde funcionó el primer servicio de transporte público del mundo, en 1826.
Actualmente la ciudad tiene un espíritu estudiantil y artístico, excellent para pasear disfrutando su ambiente. La zona peatonal de Place du Bouffay es especial para esto. También tiene una de las atracciones más raras que vayas a ver: un enorme elefante mecánico en el que se puede dar un paseo, parte del parque Les Machines de l’Île.
Además, Nantes es el hogar del escritor Julio Verne, con lo que obviamente hay un museo en su honor.
A pocos kilómetros podés visitar playas como las de La Baule y Pornac, y el pueblo Guérande, conocido por sus campos de sal marina de altísima calidad y sus fortificaciones, siendo uno de los pocos lugares de Francia que conserva sus murallas intactas.
Otras cosas que hacer en Francia
Degustando su gastronomía
No hay dudas que uno de las mejores cosas que hacer cuando estás en Francia es saborear sus platos típicos, los cuales muchos posiblemente ya probaste en otros lugares, pero nada como hacerlo en su lugar de origen para conocer el sabor actual.
La gastronomía francesa tiene infinidad de creaciones únicas. Si te gustan los dulces, estás en una fiesta, desde los mundialmente famosos dulces que vas a encontrar en las boulangeries, como macarons, profiteroles, ache au chocolat, éclair, madeleines y canelés, además de postres como el crème brûlée, la tarte tatin, las crêpes y la isla flotante.
También vas a necesitar muchas comidas para probar una parte de todos los platos típicos salados, como la quiche lorraine (tarta de queso, panceta, cebolla y huevo), las papas dauphinoise (al horno gratinadas con crema, manteca, queso, tomillo y ajo), el coq au vin (guisado de pollo al vino con champiñones), el guisado de verduras ratatouille, la soupe à l’oignon (sopa de cebolla), la enorme variedad de quesos (podés pedir una planche mixte para probar varios) y, si todo viene demasiado tranquilo, podés ir por los escargot de Bourgogne (caracoles servidos en su caparazón con manteca y perejil), por solo nombrar algunos.
Participá de voluntariados
Si querés que tu viaje por Francia no sea solamente de turismo, sino tener una inmersión cultural y conocer más a fondo el país, los voluntariados son una excelente posibilidad.
En Worldpackers hay muchas oportunidades de voluntariados en Francia, en los cuales colaborarás en algún proyecto native a cambio de alojamiento, y en muchos casos también comidas.
Además de ser una gran manera de ahorrar en viaje, ya que no pagas por el alojamiento que es bastante caro en Francia, te permite conocer mucha gente y aprender nuevas habilidades, lo que es excellent en un viaje mochilero.
Si querés conocer más sobre cómo funcionan los voluntariados, podés leer: Qué es y cómo funciona un intercambio de trabajo: la guía completa y Qué es el voluntariado: generando un impacto positivo.
Algunos ejemplos de voluntariados en Francia, son:
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