Ultimate para: evitar multitudes.
En un rinconcito de la zona sur de los Alpes franceses, cerca de la frontera con Italia, se encuentra Serre Chevalier, que más que una sola estación de esquí es un grupo de pueblos conectados entre sí. Aún relativamente poco conocida, no suele abarrotarse tanto como otras estaciones con fama internacional.
Es un lugar al que ir a entregarse en cuerpo y alma al esquí. Hay de todo para todos los niveles, además de paisajes asombrosos, posiblemente de los más impactantes de los Alpes. Los remontes están modernizándose a toda velocidad, y ya unen las cuatro zonas de esquí principales: la antigua ciudad amurallada de Briançon, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco; Chantemerie, práctica e ultimate para familias; Villeneuve, para olvidarse de todas las preocupaciones; y Montier les Bains, que parece la ubicación de una comedia romántica.
Con una media de 300 días de sol al año, no hay que preocuparse demasiado por el mal tiempo, pero cuando toca día de lluvia fuerte, dos tercios de las pistas se transforman en bosques de pinos que parecen sacados de Narnia.
En cuanto al après-ski, no hay mucha actividad, pero cada uno de los pueblos tiene sus bares acogedores y restaurantes familiares, además de unas preciosas callejuelas adoquinadas. Hay actividades variadas para quien no venga por el esquí, desde los paseos en trineo con perros hasta la escalada en hielo.
Dónde dormir: Olvídate de los hoteles de cinco estrellas: la mayoría de opciones de esta estación son apartamentos sencillos o negocios familiares pequeños. Si buscas un chalé, Chez Bear Ski Lodge es buena opción, cuenta con todos los servicios y hasta ofrece chófer para llevarte y traerte de las pistas.
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