En los últimos años se está produciendo un gran cambio en los modelos de movilidad, una transformación que tiene su reflejo también en los viajes corporativos. La gran variedad de opciones para elegir ha favorecido la aparición de las plataformas que integran a las nuevas fórmulas de movilidad terrestre corporativa y que hacen necesaria la figura del mobility supervisor.
La evolución de las tendencias de movilidad, los nuevos hábitos de los usuarios y las recientes normativas destinadas a promover desplazamientos más sostenibles están imponiendo cambios que requieren una gestión eficiente.
“El sector de la movilidad ha evolucionado de un modelo de plataformas verticales, donde había solo un producto, a plataformas Maas (Mobility as a Service), que agregan distintos productos. Simplifican la vida al cliente porque facilitan el pago y ofrecen más alternativas de transporte, además de toda la información que necesitan, en un único punto”, explica José María Cánovas, cofundador y CEO de la plataforma Imbric.
Se trata de una aplicación española que ofrece soluciones de movilidad a las empresas y que se puso en marcha en junio de 2020 de la mano de Taksee, empresa focalizada en el taxi corporativo -presta servicio al 40% de las compañías del Ibex 35-. Desde septiembre de 2021, Imbric forma parte del Grupo Mutua Madrileña. Integra todas las opciones de transporte urbano, tanto privado (parkings, parquímetro, motosharing) como público (taxi y autobús).
Para facilitar el trabajo a las compañías, entre esa gran variedad de opciones que tienen los viajeros corporativos, las plataformas necesitan la supervisión de los llamados mobility supervisor, que pueden ofrecer una visión más completa de los costes totales de la movilidad de sus empleados durante sus desplazamientos.
“Somos un facilitador administrativo para todas estas grandes empresas, pero alguien tiene que gestionar eso, y suele ser el mobility manager”, añade Cánovas.
José María Cánovas, fundador y CEO de la plataforma Imbric.
Además, Imbric ofrece lanzaderas a las empresas para desplazar a los empleados a lugar de trabajo, así como aparcamiento, parquímetro e incluso reporte de kilómetros, en el caso de los trabajadores que utilizan su propio vehículo. En este sentido, Cánovas explica que hay grandes empresas del Ibex que llegaban a pagar cerca de 25 millones de kilómetros a sus empleados al año -antes de la pandemia-. Una cifra que si se multiplica por el precio mínimo que establece Hacienda (0,20 euros) asciende a cinco millones de euros. Una cantidad importante y hay que tener en cuenta que “toda partida que no se gestione, que no se controle, es un foco potencial de fraude y de mala gestión”, agrega.
Cuando una partida está gestionada y los usuarios saben que hay controles, se cut back el gasto. Y aquí entra la firgura del mobility supervisor o del journey supervisor, insiste el directivo
Además, la movilidad sigue en evolución constante y es necesario dar una respuesta en cada momento. Por ejemplo, el CEO de Imbric señala que la nueva Ley de Movilidad Sostenible establece que las empresas de más de 500 trabajadores deben tener planes de movilidad sostenible para facilitar el acceso al centro de trabajo. Una opción puede ser la adecuación de espacios para aparcamientos de bicicletas y vestuarios en las empresas. De hecho, dicha app ya incluye la posibilidad de reservar espacios para patinetes y bicicletas eléctricas plegables en algunas de las empresas con las que trabaja.
“Los desplazamientos diarios al trabajo suponen una partida que cada vez va a ser más importante, tanto por las nuevas normativas como para atraer a talento joven”, sostiene José María Cánovas. Cabe recordar que se ha reducido de manera significativa el interés de los jóvenes por obtener el permiso de conducir
“Al incluir no solo los viajes de trabajo, sino también los viajes en el día a día de los empleados, tiene todo el sentido que el journey supervisor absorba esta nueva responsabilidad”, añade.
Otra tendencia que comienza a imponerse es la optimización de la gestión de los aparcamientos en las empresas. Muchos de ellos suelen estar asignados a una persona en concreto y no se pueden utilizar aunque estén vacíos, pero ahora se empieza a aceptar que la plaza no vaya asociada a un cargo, sino que la pueda utilizar la persona que va a trabajar. Otra solución que también se puede gestionar a través de plataformas como Imbric.
Buenas perspectivas para el cierre del año
La recuperación de los viajes corporativos tiene reflejo en los resultados de Imbric, muy enfocada en el mercado enterprise, y las perspectivas son muy buenas, según indica José María Cánovas. “Vamos a acabar bien el año. En términos generales, vamos un 6% por encima en lo que se refiere al área empresas”, añade.
Respecto a sus planes de expansión, teniendo en cuenta que su principal foco de negocio es el segmento corporativo, se basan en la demanda del cliente y en la integración de companions en los destinos solicitados.
“Hemos ido abriendo ciudades en función de la demanda de los clientes corporativos. Hay más de 200 en España y otras tantas del extranjero, sobre todo en Francia, Inglaterra, Benelux, Alemania, Italia… Si nuestros clientes quieren ir a Italia, buscamos allí un partner”, detalla Cánovas. De este modo, “adaptarse a las necesidades del cliente nos permite ofrecer una cobertura tan amplia”, añade.
Asimismo, “tenemos capacidad para adaptarnos en integraciones tecnológicas a otros partners”, indica. Entre ellos, se encuentra Iryo, el nuevo operador ferroviario que comenzará a prestar servicio el 25 de noviembre, también muy enfocado en el cliente corporativo. Han llegado a un acuerdo por el que Imbric ofrece a los clientes de Iryo servicios de traslados y de aparcamiento en las ciudades donde opera la firma ferroviaria.
De cara a 2023, Imbric quiere enfocarse en el segmento pymes con el fin de “poner a disposición de las pequeñas y medianas empresas y autónomos todo lo que hemos hecho para las grandes empresas”, explica José María Cánovas.
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” Fuentes news.google.com ”
