El Ayuntamiento lamenta la imagen de persianas bajadas que se encuentran los turistas y cree que se deja escapar una oportunidad de hacer caja
Muchas persianas bajadas y puertas cerradas a cal y canto. Esa es la imagen que se encontrarán los cruceristas que llegan este domingo a Málaga, día en el que se espera que arriben
siete cruceros al puerto. Los buques que atracarán a lo largo de la jornada suman una capacidad de 11.340 pasajeros. La mayoría optará por visitar el centro histórico de la ciudad, convirtiéndose también en clientes potenciales. Sin embargo, estos cruceristas no tendrán muchas opciones donde comprar un recuerdo de Málaga o adquirir algún producto gastronómico porque la mayoría de los comercios permanecerán cerrados este domingo.
Juanibel Vera es la presidenta de la asociación de comerciantes del Centro Histórico. En conversación con este periódico, confirma que la imagen de persianas bajadas, que no es nueva, se volverá a repetir este domingo: «Es muy difícil hacer una estimación exacta de cuántos van a abrir. A lo mejor hay alguien que se anima a última hora. Pero, como mucho, será un 30% de los comercios».
La presidenta de los comerciantes, en un principio, se muestra partidaria de abrir y aboga por establecer un criterio común. Para Vera, la llegada masiva de cruceristas representa una oportunidad de llevar clientes a los establecimientos. Aunque también reconoce que muchos pequeños comercios se topan con el problema de que no cuentan con empleados suficientes para abrir un domingo. «El covid ha provocado que los dueños se hayan convertido, en muchas ocasiones, en los únicos empleados del negocio. Y aprovechan los domingos para descansar y hacer sus cosas», señala.
La concejala del Ayuntamiento de Málaga, Elisa Pérez de Siles, es consciente de la situación que atraviesa el pequeño comercio. Pero aboga por más flexibilidad ante contextos como los que se dan este domingo. «A lo mejor, pueden cambiar el día de descanso y llevarlo a un lunes o un martes. Al last, son 6.000 clientes potenciales por la calle Larios y que se encuentran con los comercios cerrados», explica a SUR.
Pérez de Siles también recuerda que, según la ley, cualquier establecimiento hasta 350 metros cuadrados puede abrir según estime oportuno.
Ante la pregunta de si resulta rentable o no abrir con la llegada de este los grandes buques, Vera señala que depende del tipo de crucero. «Hay que ver la compañía. Los que vienen en uno de alto poder adquisitivo compran lo más grande. Luego hay también los que compran un imán en una tienda», resalta.
Hay más voces que destacan los beneficios que tienen los cruceristas para la economía de la ciudad. El presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, destaca que «estamos viviendo lo que sería la semana máxima de afluencia de barcos en el puerto de Málaga».
«Precisamente, coincide como siempre fuera de la estación alta para el turismo basic. Este dato muestra, una vez más, que el tráfico de cruceros ayuda a desestacionalizar el turismo en nuestro destino, aportando riqueza cuando el resto de sectores están en temporada baja», añade.
El concejal de Turismo, Jacobo Florido, destaca que los cruceros «son un segmento a tener en cuenta». «Nuestro trabajo se enfoca en intentar que Málaga aumente su desarrollo como puerto base de cruceros. Para ello trabajamos de forma conjunta con todos los actores locales», asegura.
Uno de estos actores, el del pequeño comercio, no acaba de subirse a esta ola de cruceros.
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