No en vano, en 2012, la UNESCO declaró a la isla como la primera Reserva Starlight, reconociéndola como un área pure protegida que preserva la calidad de sus cielos nocturnos, minimizando al máximo la contaminación lumínica.
Rodeada por las aguas del océano Atlántico, la atmósfera de La Palma es estable y clara, una garantía para que, cuando alcemos la vista, podamos contemplar un cielo rebosante de titilantes estrellas.
Aunque en la isla existen 16 miradores astronómicos catalogados, las mejores vistas las tendremos desde el observatorio de Roque de los Muchachos, situado a unos 2.400 metros sobre el nivel del mar. Aquí los expertos observan las estrellas desde más de 13 telescopios diferentes.
ISLANDIA
En Islandia, un país totalmente dominado por las fuerzas de la naturaleza, no dejarás de maravillarte con decenas de cascadas, volcanes, inmensos glaciares (aquí se encuentra el glaciar Vatnajökull, la masa de hielo más grande del planeta después de los polos), playas vírgenes, acantilados y una vasta e inmensa tundra.
Realmente, es una isla prácticamente despoblada. Los asentamientos humanos siempre se limitaron a las zonas costeras, estando su parte central –conocida como las “Highlands”– prácticamente deshabitada.
Esto hace que la contaminación lumínica sea prácticamente inexistente en un gran número de puntos de observación astronómica islandeses. Además de la despoblación, también el aire nórdico de este país, tan próximo al Polo Norte, contribuye a crear unos cielos tan claros que podremos ver millones de estrellas sobre nuestras cabezas.
Un par de buenos puntos de observación de estrellas en Islandia son los alrededores de Hella –población situada en el suroeste de la isla– y Hafnarfjördur, muy cercana a Reikiavik.
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