Catar, una península de 160 por 90 kilómetros ubicada en el golfo arábigo, fue durante siglos parada y fonda de comerciantes y navegantes indios, chinos, árabes y europeos que movían sus mercaderías entre oriente y occidente. Y también un importante proveedor y lugar de mercadeo de perlas naturales que después eran utilizadas por joyeros de todo el mundo, desde París hasta Pekín.
El Museo Nacional de Catar, una visita obligatoria para el viajero que pase por Doha, explica al detalle su historia con modernos audiovisuales, actividades interactivas y piezas de los diferentes periodos de la cultura catarí, así como de los pueblos que comerciaron en su costa durante siglos.
La nueva sede de este museo inaugurada en 2019 fue diseñada por el famoso arquitecto francés Jean Nouvel. Y además de ser muy ‘instagrameable’, cosa que suele ser un elemento importante para muchos viajeros, es un lugar muy recomendable para los turistas interesados en la historia contemporánea, la geopolítica o la economía precise, ya que ofrece una visión sencilla de asimilar el Estado de Catar, nombre oficial del país. La entrada cuesta 50 riales dinares cataríes (casi 70.000 pesos colombianos).
Con un foco geográfico más amplio en su colección, el Museo de Arte Islámico es otro de los más visitados en Doha. Tanto por su impresionante acervo de piezas procedentes del mundo islámico como por el propio edificio, que es uno de los íconos de Doha, y es obra del arquitecto sinoestadounidense Pei.
Además, desde el museo y su paseo marítimo se ofrece una de las mejores vistas del skyline de la ciudad.
Legado cultural
Catar ha pasado en 75 años del medievo y la pobreza a un presente de opulencia y modernidad. De ahí su obsesión con su legado cultural a través de los museos o de otras iniciativas como Katara Cultural Village.
Situado en la zona de la costa norte de Doha, este barrio cultural de reciente construcción que recrea la arquitectura típica del Golfo Pérsico alberga un museo y galerías de arte contemporáneo, restaurantes de diferentes países árabes, la Ópera de Catar, un gran coliseo para espectáculos, unos grandes almacenes LaFayette (sí, los franceses) y hasta una calle al aire libre climatizada.
También se encuentra aquí Katara Seaside, la mejor playa de Doha de acceso público que ofrece una enviornment blanca, actividades deportivas y, por supuesto, buen tiempo y temperaturas entre 20 y 30 grados entre los meses de noviembre y abril. La zona está conectada con el centro de la ciudad, el Museo Nacional y el zoco.
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Más allá de Doha
Visitar un desierto de dunas de enviornment blanca es otra de las oportunidades que ofrece Catar. Además, es uno de los únicos tres países del mundo en el que las dunas llegan directamente al mar. Lugar de paso de beduinos (nómadas beduinos) en el pasado, el desierto catarí ofrece hoy muchas actividades deportivas, como conducción en 4 x 4 o quads, paseos en camello o sandsurfing. En la costa desértica se encuentran también algunas de las mejores playas del país.
Los puestos de deportes están a menos de una hora en Doha. La opción más cómoda es contratar excursions organizados que incluyen el transporte y las actividades, ya que además alguna como la conducción por dunas no se pueden realizar por parte de conductores que no conozcan el terreno. Civitatis.com ofrece diversas ofertas, incluso alguno con guías en español (www.civitatis.com/es/qatar/).
Los viajeros con más tiempo en la península pueden alquilar un automóvil, con precios desde 40 dólares al día, aprovechando las magníficas carreteras que ofrece el país y la gasolina, a un precio en torno a los 0,6 euros por litro.
¿Y el Mundial?
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Durante los dos últimos meses del año Catar se convertirá en capital mundial del fútbol, esperando hasta dos millones de visitantes durante las cuatro semanas de competición. Más allá del aumento de precios, quien les escribe pagó por un resort 50 dólares que durante la competición se ofrece por 350 dólares la noche (1’550.000 pesos), el proceso para visitar el país será un poco más laborioso.
Catar se va a convertir en un destino muy interesante postmundial para quien busque un destino de deportes, sol, compras y cultura. Y con infraestructuras, museos y edificaciones recién estrenadas. Los precios de hoteles son hasta 75 por ciento más bajos, al igual que los vuelos, para febrero y marzo. A partir del año que viene el único requisito será descargar la app Etheraz para demostrar la vacunación covid.
Qatar Airways, la compañía de bandera del país, conecta directamente Doha con São Paulo en América Latina. También desde Buenos Aires con escala en Barcelona. Desde el resto de las capitales latinoamericanas y Miami la conexión es mediante vuelos en código compartido con Iberia (www.iberia.com/es/vuelos-baratos/Doha/) a través de Madrid. Iberia ofrece además la opción de stopover en Madrid, pudiendo hacer una escala de 1 o 2 días en el trayecto de ida o vuelta para visitar la capital española (www.iberia.com/es/es/stopover-in-madrid/). Los vuelos para febrero o marzo de 2023 se mueven en precio a partir de los 1.500 dólares ida y vuelta (6.588.750 de pesos).
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