Hay dos preguntas que me suelen hacer amigos o familiares que no han hecho nunca un crucero y que tienen sus reservas respecto a los mismos: ¿por qué las escalas en los puertos son tan cortas? y ¿cuánto cuesta un crucero?
A lo primero siempre suelo responder con otra pregunta, y es que muchos no saben cuál es el objetivo de hacer un crucero. Seguro que les ha pasado alguna vez eso de elegir un destino de vacaciones para pasar una semana o varios días y que el destino no es lo que esperabas. Un crucero es una modalidad de viaje única, ya que es como estar alojado en un resort de cinco estrellas que visita distintos destinos a lo largo de un tiempo determinado, normalmente una semana. Esta forma de viajar te permite descubrir píldoras pequeñas de los puertos de escala que estás visitando sin el engorro de hacer o deshacer maletas. Esto ayuda mucho a la hora de separar mitos o imágenes que tenemos de destinos y contrastarlas con la realidad. Con esta información sí se puede decidir de una forma más segura en cuál de los puertos que has visitado pasarías más tiempo y cuál no ha respondido a tus expectativas.
A la segunda pregunta siempre se impone un depende. No sólo hablo de los diferentes precios que puede haber en distintas temporadas, destinos, navieras o incluso barcos, dependiendo de lo novedosos que sean los servicios que incluyan. Cada vez son más importantes detalles como el destino o los puertos de escala que visites, que harán que tus gastos se incrementen mucho más que en otros, dependiendo de la proximidad del puerto al centro de la ciudad para los que les gusta explorar, de la oferta de las excursiones organizadas o de las posibilidades de realizar estas mismas excursiones por tu cuenta. Esto hace que un mismo destino pueda implicar mayores gastos adicionales, dependiendo de los puertos de escala que visitemos.
Por esto me atrevo a afirmar que Canarias, como destino de cruceros, goza de buena salud y evoluciona favorablemente, no sólo dicho por mí, sino que es una afirmación que se escucha, cada vez más, entre los profesionales del sector. Y es que no hay que olvidar nunca de dónde venimos, dónde estamos y que meta queremos alcanzar.
Históricamente, Canarias fue siempre puerto de escala importante y estratégico en trayectos transatlánticos de las navieras cuando cambiaban de temporada rumbo al Caribe o América del Sur para la temporada de invierno europeo en octubre y noviembre, o viceversa, de vuelta a Europa desde estos destinos entre marzo y mayo de cada año. Pero esto cambió a principios de este siglo, cuando unas primeras navieras pioneras empezaron a explorar Canarias como destino en sí para cruceros en la temporada de invierno. Los A’rosa Blu y Aida Blu fueron los precursores para otras navieras que vieron en Canarias un gran filón como destino en sí, y que poco a poco empezaron a posicionar sus mejores barcos en Canarias, primero abriendo únicamente embarque para unas pocas plazas –entre 100 y 300 por crucero– en rutas recurrentes entre el Mediterráneo y Canarias. Así, navieras como MSC Cruceros con su entonces novísimo MSC Fantasía, o Costa Cruceros con Costa Serena, empezaron a ser visitantes habituales de nuestros puertos durante la temporada de invierno, lo que dio pie posteriormente a dar un paso más y dedicar cruceros exclusivamente a rutas por Canarias, cosa que ya hacían otras navieras dedicadas a mercados británicos y alemanes como Thomson, Marella Cruises, TUI –con sus Mein Schiff– o Aida Cruises, con operativa de puerto base en nuestras Islas.
Es este último aspecto el más importante y relevante: la operativa de puerto base. Las implicaciones que tiene un crucero con operativa de puerto base, aunque sea compartida entre varias de nuestras islas, es muy importante para la economía. Puerto base quiere decir que el crucero es punto de salida y de llegada para los pasajeros. Eso implica vuelos desde y hacia Canarias, traslados, noches de estancia antes y después del crucero –ya que estamos, aprovechamos para quedarnos un par de días más y visitar el destino–, avituallamiento de mercancías para el crucero, comidas y compras de los pasajeros… Todo esto, sin duda, son grandes ventajas para un destino. Un pasajero que llega en escala sólo compra, devour o hace excursiones las horas en las que está en el puerto, mientras que en operativa de puerto base hay muchas más implicaciones para la economía de un destino turístico como el nuestro e involucra a muchos más agentes económicos.
Pero, ¿cuáles son las razones de esta evolución del comportamiento con Canarias de las navieras? ¿Qué nos hace tan especiales? Desde mi punto de vista porque respondemos perfectamente a las dos preguntas iniciales.
1. Mucha gente pregunta desde otros destinos qué isla deben elegir para pasar sus vacaciones, ya que la mayoría no tiene claro cuáles son las bondades de cada una de nuestras islas y terminan decantándose por las principales. Un crucero va un paso más allá, ya que tienes la oportunidad de visitar varias de las islas y ver pequeñas cápsulas de cada una, no sólo de las capitalinas, sino del resto de las islas Canarias, incluso algunas con las que no hay vuelos directos desde otros puntos de la geografía Europea. Un crucero por Canarias te da la opción de descubrir más de las Islas y decidir con más criterio el próximo destino de tus vacaciones. Y esto es un aspecto important, ya que el turismo de cruceros tiene una alta probabilidad de repetición de compra de vacaciones de los destinos que has visitado, ya sea de inmediato, prolongando la estancia tras el crucero, o en futuras visitas.
Y 2. Comodidad. Somos un destino cómodo para el crucerista con muy pocos añadidos a los de por sí altos costes de un crucero en temporada alta. Como apasionado de los cruceros y habiendo visitado muchos destinos, puedo afirmar que la comodidad en las escalas es muy importante. Las distancias que hay que recorrer entre el barco y el centro de la ciudad son muy reducidas y, en la mayor parte de los casos, la salida del puerto es el inicio del centro de la ciudad, como es el caso de Tenerife, La Gomera, La Palma o Las Palmas de Gran Canaria. No hay gastos adicionales encubiertos, ni transfers con coste para llegar al centro de las ciudades, sólo salir del barco y llegas al centro. En algunos casos, como el de Tenerife, la Autoridad Portuaria pone gratuitamente a disposición de los cruceristas un servicio de lanzadera entre la terminal de cruceros y aquellos barcos que atracan en los puntos más alejados del muelle. Muy pocos destinos, o casi ninguno, tienen este servicio gratuito. Esto, complementado con una amplia oferta de excursiones, no sólo organizadas por las navieras, sino gestionadas a nivel native por guías locales, taxistas y con la seguridad que da un destino europeo, hace que el crucerista en Canarias no tenga que hacer gastos superfluos o exorbitados para conocer el destino, sino que es muy fácil y cómodo explorar y mezclarse en las Islas.
Somos un destino muy diverso y permite también que el atractivo de un destino no se agote con una única visita en crucero, sino que la oferta es tan amplia, que permite al crucerista visitar distintos atractivos turísticos, incluso llegando varias veces en crucero y afinando más sus visitas.
Sinceramente creo que nos merecemos esta evolución, ya que se ha trabajado mucho y empleado bastantes recursos en llegar donde estamos, ya sea con la gran inversión en el Puerto de La Gomera prolongando la línea de atraque o con la nueva terminal de cruceros de Tenerife, ahora operada por el Grupo Carnival, que dio un salto de calidad a las escalas del puerto de Tenerife y un respiro a la pequeña terminal que utilizan el resto de navieras. Y no hay que olvidar a Las Palmas de Gran Canaria, cuyas mejoras en el puerto para albergar a cuatro cruceros en las proximidades del Centro Comercial El Muelle y Santa Catalina hacen que sea una gran opción para salida de cruceros por Canarias y puertos de embarque.
¿El resultado? Navieras importantes a nivel mundial como Royal Caribbean o Superstar Cruises nos han incluido como puerto de escala, no sólo en sus trayectos transatlánticos cuando antes sólo utilizaban Azores con Ponta Delgada, sino que somos puerto de escala recurrente en los meses de otoño de su Clase Solstice con el Superstar Silhouette o con su clase Quantum con el Anthem of the Seas. Navieras que destinaban sus barcos más pequeños, como los originales Mein Schiff 1 y 2, ahora traen sus unidades más grandes y más modernas durante el invierno con operativa de puerto base. Aida Cruises ha posicionado al Aida Nova, una de sus últimas creaciones, propulsado por Fuel Pure Licuado y de los más grandes de la flota, como complemento de sus unidades medianas como Aida Mar o Aida Sol. Navieras que habían dejado el destino Canarias como puerto de embarque, como MSC Cruceros, ha vuelto con su MSC Magnifica durante el otoño y amenaza con retomar estos cruceros con buques mayores de la clase Fantasia. Y, por último, una naviera como Norwegian Cruise Line, que hasta ahora había dedicado poca atención a Canarias en cuanto a escalas, ha anunciado que traerá su Norwegian Solar durante el invierno para posicionarlo en las Islas con operativa de puerto base.
Todo esto sitúa a nuestros puertos entre los más importantes en cuanto al tráfico de cruceros del país y reafirma lo dicho: Canarias como destino de cruceros goza de buena salud.
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