La compañía alemana Lufthansa canceló 800 vuelos antes del fin de semana pico del Día del Trabajo por una huelga sindical de pilotos, y se ha reportado que eliminará vuelos de su cronograma de invierno, hasta marzo del 2023, aunque no indicó la cantidad.
Poco después de cancelar alrededor de 30,000 vuelos durante el verano, British Airways planea eliminar otros 10,000 en la temporada de invierno, que va del 30 de octubre al 25 de marzo. La aerolínea escandinava SAS, que todavía se está recuperando de una huelga de pilotos de 15 días en el mes de julio, canceló 1,700 vuelos para septiembre y octubre. Por otra parte, a partir de septiembre, la aerolínea económica Wizz Air suspenderá durante más de seis meses la mayoría de sus vuelos programados que salen del Aeropuerto de Cardiff en Gales.
Aunque Ryanair se enfrenta a huelgas de tripulantes de cabina españoles cuatro veces por semana, las cuales se llevarán a cabo hasta el 7 de enero del 2023, la aerolínea reforzó su cronograma de invierno, agregando vuelos hacia y desde 20 aeropuertos en el Reino Unido, que incluyen Gatwick, Mánchester y Stansted. Air France también está incrementando su capacidad de ida y vuelta de EE.UU. y Canadá. A partir del 12 de diciembre, se implementará un nuevo vuelo diario sin escalas el año entero entre París-Charles de Gaulle (CDG) y Newark Liberty (EWR). Air France sigue operando su nuevo servicio sin escalas de seis vuelos diarios (nueve si cuentas los vuelos de la aerolínea asociada Delta) entre París y el Aeropuerto JFK de Nueva York, que se inauguró en junio.
Menos opciones en EE.UU.
JetBlue acaba de anunciar que eliminará 37 rutas de su cronograma de otoño e invierno. Por otra parte, American Airways redujo su cronograma de vuelos de noviembre en un 16%, el equivalente a aproximadamente 31,000 vuelos. Delta y United también han quitado gran parte de sus vuelos de noviembre y diciembre, según explica Jeff Pelletier, director administrativo de Airline Information Inc., empresa proveedora de datos y análisis de aviación.
Aunque comentó que es possible que se sigan modificando los cronogramas en el futuro cercano, hay un lado positivo. “A las aerolíneas no les gusta cancelar vuelos. No es bueno para su negocio y perjudica la confianza de los clientes”, cube él. “Por eso, lo que están haciendo es dar un paso atrás para considerar la escasez de personal y programar vuelos de manera que sea más factible desde el punto de vista operativo. Para los pasajeros, eso significa que los boletos de avión serán más caros, pero tendrán la certeza de que llegarán a su destino”.
Kimberley Lovato, escritora independiente especializada en viajes de Sausalito, California, ha contribuido a numerosas publicaciones, incluidas Condé Nast Traveler, Nationwide Geographic Traveler y Virtuoso Life.
” Fuentes www.aarp.org ”