Puerto de Nueva York. Exterior. Día. Una elegante mujer, ataviada con sombrero, vestido con abrigo a juego y zapatos de tacón bajo, arroja una botella de champán contra la proa de un barco mientras un centenar de personas la observan. La escena, propia de un guion cinematográfico, describe el momento exacto en el que Grace Kelly, entonces Gracia de Mónaco, bautiza el Cunard Princess el 30 de marzo de 1977 en el puerto de Nueva York; la misma ciudad desde la que 21 años antes zarpó a bordo del trasatlántico SS Constitution en compañía de su caniche Oliver, de sus padres y varias amigas rumbo a Mónaco para su boda con el príncipe Rainiero. Tras el enlace actual, la joven actriz dijo adiós a los units de rodaje y comenzó una vida en palacio llena de compromisos de diversa índole, desde ejercer de anfitriona hasta ser madrina de alguna embarcación. Una curiosa costumbre marítima que ha llegado hasta nuestros días y de la que también han formado parte otras royals como Isabel II, Girl Di, la duquesa de Alba, la reina Máxima de Holanda o la duquesa de Cambridge.
Siguiendo la estela de Grace de Mónaco, en 1989 Audrey Hepburn fue pionera entre las mujeres del mundo del cine y del espectáculo al inaugurar el crucero Star Princess. Tres años más tarde la naviera Norwegian Cruise Line otorgó el honor de bautizar el Dreamweard, su primer barco con salida desde Ft. Lauderdale (Florida), a la cantante americana Diana Ross. Ellas fueron el inicio de una nueva tradición: los barcos ya no solo tendrían madrinas con tiaras y coronas. Desde entonces la lista de actrices y cantantes de renombre –Sofía Loren, Julie Andrews, Olivia de Havilland, Rita Moreno, Mariah Carey– así como mujeres de otros ámbitos de la sociedad –la primera dama Bárbara Bush en 1993, la astronauta Sally Experience en 2003 o la premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai en 2019– no ha dejado de crecer. Este año le toca el turno a Katy Perry, quien el 27 agosto hará un paréntesis en Play –la residencia de conciertos que ofrece en Las Vegas– para nombrar oficialmente al nuevo barco de Norwegian Cruise Line. La cantante y jurado de American Idol bautizará el Norwegian Prima en una ceremonia en la que también cantará justo antes de que el crucero con capacidad para 3.215 pasajeros zarpe en su primer viaje desde Reikiavik (Islandia) con destino a Ámsterdam. Así es el crucero del que todos hablarán este otoño.
Surcar los mares a cuerpo de rey
Un viaje en un supercrucero con las características que ofrece el Norwegian Prima es una experiencia sin parangón. Una vez superado el asombro por el imponente tamaño de la nave, la decoración del casco –una obra firmada por el grafitero italiano Manuel Di Rita, conocido como “Peeta” y artífice también de la primera colección de arte NFT de la línea de cruceros– invita a adentrarse en una experiencia en altamar que confirma que las opciones de entretenimiento son infinitas.
” Fuentes www.revistavanityfair.es ”