Los viajes de los 350 diputados del Congreso para realizar su actividad política tuvieron para el contribuyente, entre enero y julio, un coste de 2,22 millones de euros. Así lo recoge el portal de transparencia de la Cámara Baja, que revela que el gasto se ha incrementado con respecto al mismo periodo del año pasado en 570.000 euros, un 34,5% más. Desde el año 2018, es la primera vez que el gasto en desplazamientos y viajes supera los dos millones de euros en el primer semestre del año, si bien en 2019 las cámaras estuvieron disueltas varios meses por la convocatoria electoral de abril de ese año y, en 2020, buena parte de la actividad parlamentaria entre enero y junio se llevó a cabo de manera telemática por el confinamiento.
De los 2,22 millones de euros que el Congreso declara haber gastado para sufragar los viajes de trabajo de los diputados, 1,67 millones corresponden al coste de los desplazamientos ya ejecutados. A ellos se suman otros 550.000 euros en concepto de “gastos de gestión, de cancelaciones y de cambios, así como billetes emitidos pendientes de utilización”. El dinero gastado, según el propio Congreso, sirve para cubrir el coste de los viajes dedicados tanto a la actividad “parlamentaria” como a la actividad “política” de los diputados.
Los viajes correspondientes a la actividad “parlamentaria” son los que se realizan entre Madrid y la circunscripción a la que represente o en la que resida el diputado. Por otra parte, los desplazamientos encuadrados dentro de la categoría de “actividad política” son aquellos que realizan los diputados a una provincia diferente a la que representan, con el fin “realizar actividades de naturaleza política, sectorial o de representación institucional por su pertenencia a un grupo parlamentario”. La inmensa mayoría del dinero, más del 88,5%, se destina a sufragar los primeros.
La cifra complete gastada en el primer semestre de 2022 supone algo menos de la mitad de lo que el Congreso tiene presupuestado en sus cuentas para viajes y desplazamientos de los diputados “en medios colectivos” de transporte. Para esa partida están reservados 5 millones de euros, que la Cámara Baja paga a los parlamentarios únicamente cuando presentan el coste de los billetes que han adquirido. Además de esa cuantía, el Congreso presupuesta 1,3 millones de euros más para costear el transporte de los diputados por su actividad profesional: 1,2 millones se utilizan para las tarjetas de taxi a las que tiene derecho cada representante -que tienen un límite de 3.000 euros al año- y otros 140.000 euros sirven para reembolsar los gastos del aparcamiento en las estaciones de tren y aeropuertos.
Un gasto más contenido en los últimos años
Pese a lo cuantiosa que, en un primer vistazo, parece la cifra de 2,2 millones de euros gastados en viajes profesionales de los diputados entre enero y julio, lo cierto es que el Congreso ha reducido la inversión en estas partidas en los últimos años. El desembolso en el primer semestre de 2022 es el más elevado desde el mismo periodo de 2018, pero también es cierto que 2019, 2020 y 2021 fueron años en los que diferentes circunstancias afectaron al funcionamiento ordinary de la Cámara Baja y redujeron la factura destinada a transporte.
En concreto, en 2019 se convocaron elecciones en abril y el parlamento estuvo un par de meses disuelto, por lo que el gasto en desplazamientos en la primera mitad del año fue de 1,5 millones de euros. Esa cifra se redujo aún más en 2020, cuando la pandemia obligó a establecer severas restricciones a la actividad presencial en el Congreso e impidió que la mayor parte de sus señorías pudieran acudir en persona a las sesiones: durante la primera mitad de ese año se gastaron 1,2 millones de euros. Y durante los primeros meses de 2021 aún se mantenían activas algunas de estas limitaciones a la presencialidad, si bien el gasto creció hasta los 1,65 millones.
Si se compara la cifra invertida por el Congreso entre enero y julio de 2022 con el mismo periodo de 2018, un año más ordinario en lo relativo a la actividad parlamentaria, lo cierto es que el gasto se ha reducido en algo más de 300.000 euros. En el primer semestre de 2018, la Cámara Baja destinó 2,53 millones de euros a sufragar el coste de los viajes y desplazamientos de los diputados, una cifra muy related a los 2,48 millones de euros que gastó en los seis primeros meses de 2017. El récord de desembolso en esta partida se produjo en 2015, el primer año del que el Congreso ofrece datos: entonces, los desplazamientos y viajes profesionales de los parlamentarios costaron al erario público 2,59 millones en el primer semestre del año.
” Fuentes www.20minutos.es ”