Fátima y Sofian son dos de ellos. Desde Córdoba, viajaron con sus familias hasta sus ciudades de origen, donde esperaban a su llegada el resto de familiares. Desde hace unas semanas disfrutan el reencuentro con sus raíces, pero el viaje no fue, ni mucho menos, lo mejor. Aunque cruzar el Mediterráneo en ferry es “una experiencia mucho mejor” que hacerlo en avión, las abundantes acumulaciones de compatriotas y las largas esperas por estas fechas hace un poco más tortuoso el trayecto. Sobre todo, antes de partir y al intentar cambiar de país. Sin embargo, como reconoce Sofian, “la espera merece la pena”.
Como ellos, millones de magrebíes realizaban cada año el mismo desplazamiento en verano. En 2019, se batió el récord con 3,3 millones de personas y 760.000 vehículos puestos en marcha, según datos oficiales del Gobierno de España. Hasta que llegó la pandemia. El coronavirus cortó ese tránsito de viajeros y, dos años después, España y Marruecos han retomado la conocida como 33ª Operación Paso del Estrecho (OPE). El pasado 5 de mayo, una reunión de la Comisión mixta Hispano-Marroquí en Rabat sirvió para ultimar los detalles del retorno de las acciones para facilitar la movilización de magrebíes procedentes de toda España y desde otros muchos países europeos entre el 15 de junio y el 15 de septiembre.
Córdoba, en la ruta
Cuatro rutas habilitadas llevan al mismo destino. Y Córdoba, siempre ha jugado un papel esencial como ciudad de paso en el Corredor Central, que une la frontera nacional con Francia y los puertos andaluces. La estación de servicio de Montoro fue, incluso, durante años uno de los puntos preparados y marcados en el mapa de la Dirección General de Tráfico (DGT) como áreas de descanso habilitadas. El propio Gobierno contaba con esta zona como tal. Con su cierre, los millones de personas que se desplazan por estas fechas al norte de África han perdido un área de descanso clave en unos largos viajes que, tan solo por territorio nacional, pueden superar los 1.000 kilómetros por carretera.
En esta ocasión, quienes atraviesen el país por la ruta central, solo cuentan con dos zonas de parada marcadas por la DGT, una antes de llegar a Madrid y otra en la estación de servicio de Valdepeñas (Ciudad Actual). Aunque la provincia de Córdoba, en este sentido, ha perdido una importante llegada de viajeros a su antigua área de descanso, no deja de suponer un punto basic en el flujo de magrebíes con destino a sus ciudades.
Y es que el Corredor Central conecta importantes ciudades, como Madrid o Barcelona, con las costas andaluza. Esta ruta, que tiene dos vertientes en su origen (una en la frontera francesa con el País Vasco y otra en la frontera con Cataluña), se llega a unir para pasar por la capital de España. Desde allí, quienes deciden tomar ese rumbo, tienen que pasar casi inevitablemente por Córdoba de camino a sus destinos. Tras pasar la provincia, hay quien apunta al puerto de Málaga y quien toma la dirección de Cádiz para embarcar en Algeciras o Tarifa. A parte de estos, hay otros cuatro puertos abiertos: Alicante, Almería, Valencia y Motril. Y dos rutas más por carretera: la Vía de la Plata -que cruza desde el norte por Castilla y León y Extremadura- y el Corredor Mediterráneo -desde Cataluña hasta Andalucía, pasando por la Comunidad Valenciana y Murcia-.
La operación, coordinada por el Ministerio del Interior con la necesaria colaboración de los puertos del Estado, la Dirección Normal de la Marina Mercante, la Dirección Normal de Salud Pública, Cruz Roja y la DGT, cuenta con 22.000 trabajadores, de los que 16.000 son agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Según la información del Ministerio del Inside, siete compañías navieras y 33 buques han sido dispuestos este año para acometer estos viajes. La parte menos seen de todo este trabajo es la que afecta a los espacios. La misma información precisa que se han habilitado 7.500 metros cuadrados de muelles, 508.000 de aparcamientos y zonas de servicio, 40.000 de sombras, 16.500 plazas de aparcamiento y 32 atraques. Una labor que permite, un año más -ya van 33- una importante movilización de viajeros.
Reencuentro y celebración
En días y barcos diferentes. Sofian y Fátima llegaron a Marruecos. En el caso de ella, sí pudo volar durante la pandemia. Sin embargo, este marroquí que reside en Córdoba llevaba sin hacerlo tres años, porque en 2019 tampoco fue. Por lo cual, la alegría, según expresa, es inconmensurable. Una buena parte de sus conocidos, como cuentan ambos, ya se encuentran también con ellos. Fátima, por suerte, viajó con antelación para no encontrarse con las aglomeraciones. “Marruecos es lo más bonito”, cube, por eso no puede pasar ni un año sin volver. A los reencuentros y las comidas con las que son recibidos, se suman los preparativos de una de las celebraciones más importantes del calendario islámico. Este fin de semana tendrá lugar el Eid al-Adha, conocido como la Fiesta del Cordero en España. Eso hace que este 8, 9 y 10 de julio sean los días en los que se espera una mayor afluencia de personas de camino a Marruecos.
” Fuentes www.diariocordoba.com ”