Salir de casa para viajar a sitios cada vez más parecidos a casa. Pendientes de que el nuevo orden mundial nos lleve la contraria dentro de poco, la democratización del viaje ha hecho del mundo un escenario más accesible, y más pedestre, a la par que cualquier rincón se apuntaba a la homogenización, echándose por encima una capa de aquello que le guste a la mayoría. Lo diferente –lo que uno busca con un leve brillo de explorador perturbado en la mirada al clicar en un billete– es un mirlo cada vez más blanco. Todo igual pero todo distinto, especial, único, para ti. En todas partes.
En los últimos años, empeñada en diferenciarse y, también, en romper la rueda de la estacionalidad, la provincia gaditana también ha ido ampliando su abanico de oferta turística. Castellar, Grazalema, Setenil, Vejer y Zahara y forman parte de la Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España, que busca visualizar y dinamizar lugares de gran belleza en España que emanan historia y cultura. La Sierra de Cádiz consiguió en 2021 el certificado de Destino Turístico Starlight, lo que la acredita como uno de los mejores enclaves de Andalucía para el turismo de estrellas o astroturismo. El corredor ornitológico del Estrecho de Gibraltar convierte a la provincia, además, en un destino excepcional para la observación de aves –se calcula que en la provincia se pueden avistar un whole de 380 especies–. “Países como el Reino Unido, con vuelos a Jerez -apuntan desde el Patronato de Turismo– cuentan con unos tres millones de personas aficionadas a la ornitología”. Incluso hay espacio para el turismo del bienestar, con retiros como el de Wakana Yoga, en Los Alcornocales.
Así, cada vez más, nuevas iniciativas se van sumando al calendario oficial de fiestas de guardar. La Noche de las Velas de Vejer, por ejemplo, nació en 2014 y fue un éxito desde entonces. Recientemente, Puerto Actual celebró la segunda edición del Foodtruck Festival. Este fin de semana, tres localidades gaditanas (Arcos, El Puerto y San José del Valle) han acogido estos días el Campeonato de España de Aeroestación. Globotur, la agencia que sugirió el encuentro, fue la encargada precisamente de organizar la Copa del Rey de la especialidad, que tuvo lugar en Arcos el pasado mes de diciembre. Pocas estrategias mejores tiene un lugar de adquirir visibilidad.
“Es raro el día en el que no vuelan globos por el cielo de Arcos –apunta la concejala de Turismo de la localidad, Ana Carrera–. Además, como los globos despegan al amanecer, quien haga esta actividad tiene que pasar la noche fijo. Eso nos ha permitido un aumento de pernoctaciones que hemos ido notando desde los últimos dos años. En muchas ocasiones, además, ya aprovechan para quedarse dos días y alargan a todo el fin de semana”.
El entorno arcense, indica la responsable, presenta unas condiciones para el vuelo que no se dan en otros lugares: “Todas las tripulaciones, que vienen de distintos países de Europa, han comentado que se trata además de un vuelo espectacular –indica–. Actividades como esta rompen la estacionalidad y nos singularizan”.
La gran suerte, y el gran hándicap de Arcos, admite Carrera, es estar muy cerca de Jerez, “por lo que lo habitual era hacer desde allí una excursión de un día, por eso para nosotros era especialmente importante fomentar la pernoctación –desarrolla–. Y, para ello, hay que llenarse de motivos para que la gente se quede, o que tenga en Arcos un punto desde el que visitar otros rincones de la Sierra. Quien viene por el tema de los globos, además, suele vincularlo a otra serie de actividades de naturaleza, y el poder ofrecer actividades náuticas en el lago, o senderismo alrededor del pueblo, que cuenta ya con unos 70 kilómetros de vías señalizadas, es una suerte”.
También han aumentado en gran medida las visitas al castillo, por ejemplo, y las rutas teatralizadas: “Hemos desarrollado el lema ‘Arcos, tierra que inspira’, y lo que hacemos lo queremos relacionar con esto, o encuentros de escritura, poesía, etc”, señala Ana Carrera.
La famosa experiencia. Ante la abundancia de playas, castillos, bosques, restos y demás fauna, se impone lo vivencial. En esto y en algo tan rutinario como comprar unos pantalones, un libro, el pan. Experiencia.
“Buscar lo inusual es al menos lo que yo voy buscando cuando llego a un sitio –indica Santiago Moreno, de 1de3milhistorias–. Los estándares están ahí, y hace falta que estén, y tienen su público, pero no te puedes quedar ahí sobre todo, si hablamos de una ciudad como Cádiz, con una historia tan extensa y, por eso mismo, desconocida”.
“En los últimos años, paréntesis covid mediante, nosotros hemos notado un cambio drástico al respecto de lo que va buscando la gente –prosigue Moreno–. La estacionalidad se ha ido diluyendo y pensamos que actividades como esta, de hecho, pueden ayudar a salir de la forma en que hemos estado viviendo tradicionalmente el turismo”. La iniciativa de 1de3mil historias propone recorridos en la capital basados en investigaciones de historiadores de la UCA, “que han sido publicadas, presentadas en congresos o han salido en artículos en revistas especializadas”, desarrolla. Al contrario que otras propuestas similares, se centra en los siglos XIX y XX, “no nos metemos en los, digamos, grandes clásicos de Cádiz, con la peculiaridad de que el 80-90% de los recorridos que hacemos llevan coplas de carnaval”. ¿El objetivo? La intrahistoria. La metahistoria. La historia de las pequeñas cosas que es la que termina haciendo, en fin, la de la H mayúscula: “Ciertos episodios, ciertas realidades, se pueden documentar de manera aséptica pero las coplas de carnaval te dan muchas pistas de cómo vivía la gente realmente, por ejemplo, la infravivienda en los años 50”.
Hacerse un hueco, sin embargo, no es fácil. Ana Carrera pone como ejemplo la dificultad para hacer contrapeso frente a, por ejemplo, la gran capacidad de atracción que ejercen los grandes festivales de la provincia: “Hace poco hemos tenido la segunda edición de Arcofusión, que no ha tenido la repercusión que nos hubiera gustado para el trabajo que tenía detrás: difícilmente puedes competir con las grandes promociones si apuestas por algo que no sea el gran público”.
“Una de las cosas más importantes que se valoran de Cádiz es la singularidad que tiene –comenta José María Román, vicepresidente primero de Diputación y responsable del Patronato de Turismo–. Está el trato que todos dicen, la afabilidad y ese sentirse de inmediato como en su casa”. Esa es una de las causas, apunta, de que hoteles y apartamentos de la provincia tengan una tasa de reincidencia altísima, con ese ochenta por ciento de previsión que se estima para el verano.
Todo el mundo conoce el clima, todo el mundo conoce las playas, pero para muchos la gran sorpresa ha sido ir descubriendo los pueblos del inside, con una “belleza muy singular”, añade Román, o la “gran cantidad de espacios protegidos y Parques Naturales que hay en la provincia, con elementos que proporcionan gran riqueza, como los terrenos calcáreos del parque de Grazalema o los parajes únicos a nivel de vegetación en el sur de Europa que ofrece Los Alcornocales”.
“A eso, añades el conjunto de atracciones festivas y de ocio, que suman a lo anterior, y es difícil no considerarla”, apunta José María Román. Para el responsable, algo destacable ha sido la rapidez con que la provincia gaditana se ha colocado en primera línea del mundo gastronómico: “Con Ángel León como figura más seen, ya hay cuatro restaurantes gaditanos reconocidos con la estrella Michelin: Aponiente, Alevante, LÚ, cocina y alma y Mantúa, y se han ido asentando la calidad de los productos de estero, de la huerta de Conil, el retinto, todo el músculo del atún de Almadraba… “, enumera, destacando este año la capitalidad gastronómica de Sanlúcar, la primera vez que una localidad que no es capital de provincia se coloca en la lista.
“La diferenciación que hay en la provincia está en lo auténtico –prosigue Román–. No es una impostura, sino que lo que vende es de verdad. No estamos hablando de de actuaciones ex profeso. Incluso algo como los campos de golf, que tanto contribuyen a romper la estacionalidad, se han gestionado para que medioambientalmente no tengan gran impacto. De hecho, sirven de espacio a los Ibis eremita, especie que se recuperó en los años 90 en Jerez y que ahora habita los acantilados de la Breña, acudiendo a comer a los campos de Chiclana y Montenmedio”.
La riqueza cultural como clave frente a la estacionalidad
Una de las claves de la desestacionalización es el patrimonio cultural, materials e inmaterial, de un territorio. El responsable del Patronato de Turismo, José María Román, señala que los municipios gaditanos son bien conscientes de esta realidad y que, de hecho, “hasta bien entrado octubre y noviembre, todas las localidades están actuando para potenciar los espacios de cultura”. Román menciona la suerte de poder contar con nombres icónicos en torno a los cuales se han ido desarrollando espacios como el Museo de Camarón, el recién inaugurado Museo de Rocío Jurado, el de Paco de Lucía en Algeciras, el de Alejandro Sanz en Alcalá o el futuro centro de Lola Flores en Jerez.
“La línea de promoción cultural nos permite asentar más el turismo y trasladar esa autenticidad y sacarle provecho. Por eso –prosigue– desde el Patronato potenciamos los famosos vuelos de invierno a Alemania, París y Reino Unido, una propuesta que va a suponer una bolsa de vuelos para todo el año. La provincia va a pelear para que esa estacionalidad vaya diluyéndose poco a poco. Aunque diciembre nunca podrá ser julio, vamos a conseguir anclar el turismo de invierno, también a través de congresos y otro tipo de encuentros. Tardará uno o dos años, pero se va conseguir”.
Para Alejandro Luque, que cuenta con un perfil de dinamizador cultural y coordina este año la Feria del Libro de Cádiz, que comienza esta semana, la provincia gaditana ha estado dando “avances interesantes para poner en valor su tejido creativo en los últimos años, aunque aún –puntualiza– queda muchísimo por hacer”. “Cádiz es una mina de talento y de posibilidades que aún no hemos explotado lo suficiente, precisamente por esa desconfianza que genera desde antiguo la cultura, considerada por muchos tan sólo un elemento de entretenimiento”, indica. En el lado despejado de la balanza señala localidades como Vejer o Jerez, “un lugar que ha sabido capitalizar una energía que, creo, podría explotarse en el resto de la provincia si se contara con el respaldo económico y político necesario”. Sanlúcar, Chiclana, San Fernando, “o el tesoro que es la Sierra” son también ejemplos, asegura, en los que se ha empezado a aprender lo que supone ese potencial.
Sea como sea, en cualquier iniciativa de índole cultural –opina–, es “fundamental el respaldo de lo público, quizá no de modo indefinido, pero sí que es necesario que el primer empujón lo den las administraciones”.
“El talento –continúa– se abre camino donde menos lo esperas. Una zona que no ha tenido particularmente apoyo de la administración institucional, como el Campo de Gibraltar, vemos que está viviendo un boom de lo audiovisual totalmente insólito. Es un ejemplo de que, de pronto, el talento prende y se abre camino. Más allá de eso, el flamenco es otro de nuestros fuertes, pero necesita mucho más desarrollo: no podemos dejar que otras provincias andaluzas acaparen lo flamenco siendo nosotros una de sus cunas. Las artes plásticas, la literatura, la danza… hay muchísimo de lo que tirar. Lo que hace falta es creernos de verdad que esto es una industria, que da dinero: que no es una opinión mía o de los que nos dedicamos a esto, que es algo verificable con los números”. En el mundo de la creación, apunta, lo más común es encontrar gaditanos en cualquier sitio. Algo que va en esa misma línea de demérito: “Nos hemos resignado durante mucho tiempo a exportar talento –explica–. No tenemos que esperar que se vayan a, o lleguen de, Sevilla, Barcelona o Madrid para darnos cuenta. Nos falta creernos que la creación se puede traducir en números contantes y sonantes”. Para ello, es elementary “el trabajo coordinado de administraciones, instituciones y colectivos y de las localidades y comarcas: da la sensación de que, durante mucho tiempo, aquí cada sitio ha actuado sin tener en cuenta a los demás, como si fuera una galaxia distinta –subraya Luque–. Esa distancia mental que en otros lugares sería estar en la misma ciudad hay que superarla”.
“Los gaditanos no somos débiles por falta de talento que es donde son débiles la mayoría, sino por falta de cooperación, colaboración y de unión –añade–. Y ese es uno de nuestros talones de Aquiles que hay que resolver. Vemos que en Sevilla o Málaga han estado haciendo apuestas muy serias que también han reportado mucho beneficio. Apostando por la cultura, pones a la ciudad en el mapa, tienes resultados económicos y, para colmo, y aunque no estamos hablando de eso, está comprobado que hay ciudadanos más felices”.
” Fuentes www.diariodecadiz.es ”