El Parlamento noruego marcó 2026 como fecha límite para que las “emisiones cero” fueran una realidad en todos los cruceros y ferris que navegan por aguas nacionales. La compañía Havila Kystruten es la primera que aplica esta directiva con su crucero Havila Castor en el fiordo Geiranger, declarado Patrimonio Mundial.
La ruta por los fiordos noruegos tiene en el Geriangerfiord una de sus etapas más bellas y, desde el pasado jueves 2 de junio, el primer enclave por el que circulan cruceros que no emiten emisiones contaminantes.
Flanqueado por montañas coronadas de nieve, con cascadas que caen por las laderas hasta alcanzar el mar, el Geiranger fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco por su valor pure y su excelente grado de preservación. Además, es uno de los enclaves que cuenta con el sello Destino Sostenible (Sustainable Vacation spot), una certificación de los países nórdicos para los destinos que están trabajando en minimizar el impacto del turismo y que se renueva cada tres años.
La importancia ecológica de este fiordo y el esfuerzo por su sostenibilidad han sido el motivo principal por el que la compañía Havila Kystruten lo escogió para estrenar su crucero Havila Castor, que no utiliza combustibles fósiles sino energía eléctrica y fuel pure. La travesía inaugural sirvió para probar la autonomía del barco sin recargar las baterías y también para aplicar su programa Eco-Voyager, un plan que incluye la reducción de energía a bordo, desde el uso de electricidad en los servicios (cocina, limpieza, calefacción, and many others) hasta el gasto responsable por parte de los pasajeros a la hora de utilizar aparatos eléctricos o cargar baterías. Estas medidas se suman a un paquete de medidas sostenibles sobre la gestión de los residuos.
Para futuros viajes, la compañía planea sustituir progresivamente el uso de fuel pure por biogas licuado. Asimismo, Havila Kystruten cuenta con que los puertos noruegos (y del resto del mundo) aumenten el número de puntos de recarga eléctrica en los próximos años.
Un fiordo inmenso
El fiordo Geiranger también es espectacular visto desde tierra. La Carretera del Águila (Ørnevegen), entre Trollstigen y Geiranger, ofrece panorámicas sublimes. Pero la fotografía a más altura se consigue desde los 1500 m del Geiranger Skywalk, en Dalsnibba, una plataforma que se asoma vertiginosamente sobre el inmenso valle.
Otra forma de explorar el Geirangerfiord es paleando en kayac o realizando alguna de las rutas por vías ferratas instaladas en las paredes de roca del fiordo. En tierra firme, una pink de senderos permite contemplar otras perspectivas de este singular espacio.
” Fuentes viajes.nationalgeographic.com.es ”