Comparar y medir “el conjunto de factores y políticas que permiten la sostenibilidad y el desarrollo resiliente del sector Viajes y Turismo, que a su vez contribuye al desarrollo de un país”. Este es el objetivo del Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo 2021 elaborado por el Foro Económico Mundial, que estos días se celebra en Davos, en el que España se sitúa en la tercera posición del rating, por detrás de Japón y Estados Unidos, con lo que se mantiene en el podio pese al duro impacto de la disaster de la COVID-19 estos dos últimos años. No obstante, el documento apunta la necesidad de que España mejore en varios de los indicadores analizados, como en las facilidades que ofrece para hacer negocios, la calidad del empleo y la productividad, la priorización del sector turístico o su competitividad.
El índice de Desarrollo de Viajes y Turismo es una evolución del Índice de Competitividad en Viajes y Turismo (TTCI) que el Foro Económico de Davos ha publicado de manera bianual durante los últimos 15 años, y en él se clasifica las economías de 117 países con base en una variedad de factores que son cruciales para el desarrollo de la industria, como un entorno propicio, políticas, infraestructuras, conductores de la demanda y sostenibilidad.
El índice, bajo el título ‘Reconstruyendo para un Futuro Sostenible y Resiliente’, constata cómo tras la pandemia ha habido un estancamiento generalizado en el sector, con pocos países que hayan experimentado variaciones destacadas.
Así, junto a Estados Unidos (segundo puesto) lideran el rating economías con altos ingresos de las regiones de Europa o Asia Pacífico: Japón encabeza la clasificación, con sus compañeros de la región como Australia y Singapur que entran a las posiciones 7 y 9, respectivamente
Destinos europeos como España (clasificada en el 3), Francia (4), Alemania (5), Suiza (6) y Reino Unido (8) e Italia (10) completan los diez primeros puestos de la tabla.
España, en el tercer lugar.
No obstante, España consigue la misma nota que Estados Unidos y Japón, 5,2 puntos sobre 7 (donde 7 es la máxima puntuación), una puntuación que no varía respecto a 2019, mientras que en el caso de Japón aumenta un 0,7% y en el de EEUU cae un 1%.
Los distintos indicadores.
Las puntuaciones
La alta puntuación del desarrollo turístico de España se ha obtenido con el análisis de distintos factores, algunos de los cuales ponen de relieve la necesidad de seguir mejorando muchos aspectos de la industria.
Es el caso del pilar entorno adecuado, donde España registra una baja clasificación en los distintos rankings: en el indicador ambiente de negocios, que estudia las facilidades para llevarlos a cabo registra 4,2 puntos y se sitúa en la posición 47, Mejora algo en cuanto a seguridad y protección, que analiza el grado de riesgos, (6,2 puntos y puesto 18) y en cuanto a salud e higiene (5,8 y puesto 25).
También mejorable es el indicador que repasa los recursos humanos y mercado laboral español, que profundiza en la calidad del empleo y la productividad (un 4,7 de nota y puesto 38), mientras que el grado de preparación para la implantación de las tecnologías de la información (TIC) obtiene una mejor puntuación (de 5,9, y puesto 17)
Mucho más favorables para el destino son los resultados cosechados en infraestructuras, donde se tienen en cuenta indicadores como las infraestructuras para el transporte aéreo (con una nota del 5,3 y en octavo lugar en la clasificación), terrestres y portuarias (5,1 y puesto 16) y las infraestructuras turísticas (que analiza la disponibilidad y competitividad de servicios clave como el alojamiento), un ámbito en el que España se sitúa en el tercer puesto del índice, con una nota de 6,1.
Muy dispares son los datos del apartado de políticas turísticas, con un tirón de orejas al indicador que hace referencia a la priorización del sector Viajes y Turismo (con una puntuación de 4,6, y la posición 22 en el índice), mientras que en lo que respecta a la apertura internacional estos años España se sitúa en buen lugar, con una nota de 5,8 y el número 5 del rating. Peores calificaciones arroja el área competitividad de los precios: una nota de 4,4 y el puesto 90 del índice.
Especialmente destacan las clasificaciones en lo que conductores de la demanda se refiere: el índice recoge indicadores como los recursos naturales y culturales y aquellos que no son de ocio, en los que España queda en las posiciones 11, 3 y 11 respectivamente, y en el ámbito de los recursos culturales logra además una nota de 6,5 sobre 7.
Mucho más trabajo hay que hacer en el ámbito de la sostenibilidad, con bajas puntuaciones y clasificaciones en las áreas de sostenibilidad ambiental -que incluye la protección de los recursos naturales y la vulnerabilidad ante el cambio climático- (una nota de 4,3 y en el puesto 39), las condiciones y resiliencia socioeconómica -que analiza el bienestar de la población- (puesto 25) y la presión y el impacto de la demanda turística (que recoge el riesgo de masificación), donde España se apunta solo un 3,8 de nota y se sitúa en puestos de cola, en el 81.
“Creemos que el índice demuestra efectivamente la necesidad de incorporar la sostenibilidad y la resiliencia en el diseño y la gestión del sector a medida que se reconstruye en el contexto de la pandemia y el aumento tensiones geopolíticas que están provocando volatilidad en múltiples mercados”, defiende Pedro G. Gómez Pensado, miembro del Comité Ejecutivo del Foro
” Fuentes www.hosteltur.com ”