En 2017, Sony se las apañó para desplazar a Bose y hacerse con el título a los mejores auriculares inalámbricos para viajar. Aquel period el año de los WH-1000XM2. Han pasado cinco años desde entonces y la japonesa sigue absolutamente intratable en su cima. Sencillamente no hay nada mejor.
Sí, se lo que vas a decir. Pues es que los Audeze LCD-X tal y cual, y los Beyerdinamic Amiron Wi-fi esto y lo otro… Y sí es cierto. Hay auriculares de grado audiófilo ahí fuera mucho mejores que los WH-1000XM5 (algunos de ellos de la propia Sony), pero son equipos de altísima gama y altísimo precio diseñados para trabajar en estudio o sentarte en un sofá muy cómodo a disfrutar de la música con los ojos cerrados. Probablemente no son modelos pensados para ir en el metro. Este sí.
Lo bueno de los 1000XM5 es la perfección a la que han llegado en diferentes frentes. Son buenísimos desde el punto de vista de la ergonomía. La calidad de sonido es espectacular, la batería es interminable y la cancelación de ruido es la mejor que hay hay fuera.
Si a eso le unimos un diseño bonito, unos controles intuitivos y una app móvil que cada vez es mejor y ofrece más funciones… pues… ¿para qué vas a buscar otra cosa? El precio de 450 euros no es barato, pero a cambio tendrás unos auriculares que te van a dar felicidad muchos años. Solo hay un escenario en el que comprar los XM5 me parece una decisión más discutible, y es que ya tengas los XM4 que lanzó el año pasado.
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Realmente solo hay una cosa que no me gusta de los Sony WH-1000XM5, así que voy a empezar por ella: no son tan plegables como la anterior generación. La culpa, por supuesto, la tiene Apple. El año pasado los de la Manzana lanzaron los Airpods Max, cuya diadema rígida solo puede disimularse comprando una funda ridícula, y basta que Apple tenga una mala thought para que el resto de fabricantes vayan detrás como borregos. En este caso Sony ha copiado la diadema no plegable. Lo único que hay que hacer para guardarlos es girar los auriculares hasta que queden planos. El resultado, aunque más refinado estéticamente, también ocupa más espacio. A resultas de ello la funda de transporte es más delgada, pero más grande.
Para mitigar un poco esto, Sony ha confeccionado la funda con una serie de dobleces tipo origami que se pliegan cuando está vacía, permitiendo que ocupe aún menos espacio en grosor. Al menos no parece un bolso de gala para damas de honor como la Sensible Case de Apple.
Debo reconocer que el cambio de diseño no está exento de ventajas. La primera es que el sistema de ajuste telescópico de la diadema es pura brujería. No he podido averiguar exactamente cómo funciona, y estoy tentado de viviseccionar los auriculares con una sierra round para descubrir el mecanismo porque es glorioso.
No solo se extiende o acorta con una suavidad pasmosa. Es que además se queda donde lo dejes sin moverse. Sony ha actualizado un poco la forma de las almohadillas y el cuero que las reviste. No son unos auriculares pensados para correr (vas a sudar con ellos si lo intentas), pero el agarre es excelente y aún mejor, no hacen nada de daño por mucho que los lleves. Además Sony ha sido capaz de integrar todo esto recortando 4 gramos el peso de los WH-1000XM4. Los nuevos WH-1000XM5 pesan 250 gramos clavados.
La cancelación de ruido definitiva
La forma de los auriculares ya de por sí bloquea parte del sonido que entra del exterior, pero el secreto de una buena cancelación de ruido está en la cantidad de micrófonos que registren el ruido ambiental a nuestro alrededor. Los WH-1000XM4 tenían cuatro micrófonos. Apple le puso 8 micros a sus Airpods Max, y Sony no ha podido hacer menos que igualar la apuesta con otros ocho micrófonos en los WH-1000XM4.
La diferencia está en la manera en la que se procesa ese sonido. Los XM5 tienen dos procesadores dedicados a filtrar el ruido ambiental, el ANC QN1 y el V1. El resultado es… el silencio. Enfrentados a un vídeo que simula el estruendo de diferentes entornos, los XM5 sencillamente cancelan todo lo que entra, incluidas las frenéticas pulsaciones de mi teclado mecánico, que logran atravesar el sistema de cancelación pero se escuchan como se sentiría un teclado de membrana en la habitación de al lado.
Como siempre, basta cubrir el auricular derecho con una mano para activar el sonido ambiente por si queremos escuchar algo. Los XM5 también añaden una función que reconoce nuestra voz y detiene la reproducción para que podamos escucharnos a nosotros mismos a través de los cascos. Esto evita que grites, y además permite que podamos tener los cascos puestos en un entorno de trabajo sin molestar a los demás compañeros cuando nos quieran decir algo. Lo único que no me gusta de esta función es que tarda bastantes segundos en recuperar la reproducción, pero es algo que puede solucionarse simplemente tocando los auriculares.
Calidad de sonido, batería y controles
En cuanto a la calidad de sonido de los XM5, baste decir que he me ha hecho quitarme los auriculares pensando que había algún ruido en la habitación. No. Se trataba del golpeteo de los dedos de Alexei Ogrintchouk sobre las teclas de su Oboe en el Concierto para Oboe en C Mayor, Okay. 271 de Mozart. Juro por lo más sagrado que no sabía que ese sonido estaba ahí hasta que escuché el concierto con los XM5.
Lo mismo me pasó con la bulliciosa banda sonora de Encanto. La rotunda Floor Stress interpretada por Jessica Darrow es una buena prueba para auriculares porque combina un rapeo rápido y difícil de entender con diferentes acordes de piano y percusión menor. Todo ello amordazado por unos bestiales BOOOM, BOOOM, BOOOM de fondo que amortiguan todo lo demás si el sonido no es bueno. Los WH-1000XM5 no solo permiten entender toda la letra, sino que hacen aparecer pequeñas notas y hasta un levísimo beatbox que no sabía que estaba ahí. Los diafragmas internos de 30mm se las apañan para darte todo esto y respetar los potentes graves de la canción.
El sonido de los nuevos WH-1000XM es maravillosamente limpio, cristalino y potente. El audio en llamadas también hace honor a lo que estamos acostumbrados en Sony. Es limpio y sin ruidos en ambas partes de la línea.
Los Sony WH-1000XM5 se conectan por Bluetooth a dispositivos Android o iOS y se configuran desde la aplicación Sony Headphones Join, que cada vez cuenta con más funciones y sigue ofreciendo unos claros tutoriales para aprender cada ajuste de los auriculares o consultarlo en caso de que lo hayas olvidado. Los controles de os auriculares son táctiles, y consisten en diferentes movimientos de los dedos arriba y abajo o adelante y atrás para subir y bajar el volumen o alternar entre canciones, Toques largos y un botón físico configurable se encargan de que tengas más controles de los que probablemente vayas a necesitar nunca. La conexión, por cierto, es multipunto, podemos conectarnos a dos dispositivos a la vez y el sistema selecciona uno u otro en caso, por ejemplo, de que nos entre una llamada en uno de ellos.
En cuanto a la autonomía, se mantiene en las respetables 30 horas que ya tenían los WH-1000XM4. Con solo 10 minutos de carga por USB-C tienes ya cinco horas de reproducción. Entre una cosa y otra podemos declarar a los XM5 como libres de preocupaciones en lo que a batería se refiere.
Conclusiones
Los Sony WH-1000XM4 son los mejores auriculares inalámbricos de diadema y con cancelación de ruido que puedes comprar ahora mismo. Suenan tan bien como los Airpods Max, pero cuestan 160 euros menos (450 euros frente a 612 euros de los Airpods Max), pesan menos (250 gramos frente a 384 de los Apple) y su cancelación de ruido es mucho mejor gracias a los 8 micros y el doble chip dedicado. Los Sennheiser PXC 550-II suenan muy bien también (y son un pelo más baratos), pero su diseño parece sacado de los 90 en comparación.
Al principio no me gustaba el detalle de que no se plieguen. Me sigue sin gustar, pero reconozco que tiene sus ventajas (los hace más sólidos y cómodos de poner o guardar). Además, Sony ha ideado unas cuantas contramedidas que realmente marcan la diferencia, como la posibilidad de aplanar la funda vacía. Queda por ver si el año que viene alguien consigue batir a la japonesa en este segmento de auriculares de viaje de alta gama. Este año no va a ser.
” Fuentes es.gizmodo.com ”