Durante dos años la disaster de la COVID-19 ha condicionado los viajes de los turistas de todo el mundo. Pero conforme mejora la situación sanitaria y se va recuperando la actividad, el coronavirus empieza a dejar de liderar las preocupaciones de los viajeros a la hora de hacer las maletas. Así sucede ya en el mercado estadounidense, donde un estudio ya pone de relieve que los sucesivos récords en el precio de la gasolina o el alza de las tarifas aéreas han desplazado a las inquietudes de los consumidores relacionadas con la pandemia a medida que se acerca la temporada de viajes de verano.
Así, según el último informe de seguimiento de los viajeros estadounidenses realizado por Longwoods Worldwide, ni tan siquiera el repunte de casos de coronavirus a nivel nacional de las últimas semanas desalienta al viajero estadounidense de cara a irse de vacaciones este 2022. Así, solo el 19% de los encuestados sostiene que la pandemia puede influir en gran medida en sus decisiones de viaje, lo que supone la tasa más baja desde marzo de 2020.
“A menos que se produzca un cambio radical en la evolución de la pandemia, el impacto de la COVID-19 en la industria de los viajes y el turismo parece estar disminuyendo”, explica Amir Eylon, presidente y director ejecutivo de Longwoods Worldwide.
“Las preocupaciones sobre los precios de la gasolina y otras presiones inflacionarias sobre los costes se han convertido en un desafío más importante”, apunta
Según se desprende del análisis, para más de un tercio de los encuestados (32%) el aumento del coste de la gasolina tendrá un enorme impacto a la hora de escoger sus vacaciones.
El estudio constata además que un 29% de los viajeros consultados aseguran que los costes del transporte tendrán un impacto en sus decisiones de viaje en los próximos seis meses, mientras que un 28% mantiene que tendrán un “gran impacto” en estos planes.
Junto a los precios del transporte, genera incertidumbre la propia situación económica de los turistas: otro 28% mantiene que tendrá un importante peso en su decisión.
Destinos
Por ello, en respuesta a los altos precios de la gasolina, los viajeros elegirán destinos más cercanos a casa (39% de encuestados) y reducirán la cantidad de viajes que realizan (36%). De igual modo, recortarán el gasto en comercio minorista, entretenimiento, alimentos y bebidas y alojamiento (32%, 31% y 22% respectivamente). Además, otro modo de afrontar esta espiral alcista de los precios es conducir en vez de volar en sus viajes, según apuntan (16%).
El impacto del alza en el precio de la gasolina.
Nueve de cada diez viajeros estadounidenses señalan ahora que planean realizar viajes en los próximos seis meses, lo que representa un repunte importante en lo que concierne a la planificación de viajes registrada antes del comienzo de la pandemia.
Hasta la fecha, en estos informes la COVID lideraba el rating de condicionantes de los viajeros para irse de vacaciones, y buena parte los seguía posponiendo por la situación sanitaria.
Longwoods comenzó a rastrear el sentimiento del consumidor de viajes en Estados Unidos al comienzo de la pandemia y ha seguido publicando los resultados actualizados de sus encuestas cada dos semanas.
Más información sobre el mercado estadounidense:
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” Fuentes www.hosteltur.com ”