Montañas con alturas imponentes y colores que resaltan un paraíso. Así es el oriente antioqueño, una subregión del departamento de Antioquia que ofrece un sinfín de actividades turísticas, gastronómicas y culturales, y que permite apreciar un territorio rico en naturaleza.
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Esta región es un refugio para la biodiversidad, como Colombia misma, y su geografía les permite a sus habitantes aprovechar la tierra de manera sostenible.
El siguiente es un pequeño recorrido que empieza con un concierto de ranas y lleva a los viajeros a atravesar un pedacito de los Andes. “Se van a enamorar de Antioquia y bienvenidos”, cube un habitante de El Retiro.
El concepto ‘ecolodge’ en Antioquia, a la vanguardia ambiental
Cannúa es un resort situado en el municipio de Marinilla, en la punta de la montaña. Una vez allí, en la noche, un concierto de ranas ambienta este lugar que está rodeado de vegetación y un lago que es la casa de estos animales .
Cannúa se construyó con un concepto arquitectónico verde y sostenible. Esta apuesta se basa en la permacultura, es decir, en un diseño que busca cumplir con nuestras necesidades y a la vez cuidar la tierra.
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En este lugar, se sirven platos con hierbas y vegetales que se cosechan en sus jardines. Y aunque muchos de los alimentos son vegetales que se cultivan a menos de un kilómetro, la oferta gastronómica también tiene proteínas animales y carbohidratos amigables con el medio ambiente.
La trova y el merengón: expresión cultural de Marinilla
Vivir una experiencia en el oriente antioqueño es sumergirse en sus casas coloridas y en sitios históricos con vista a montañas y un clima cálido muy cómodo.
Y hay un postre que paga la visita a Marinilla: el merengón. Este postre típico lo venden familias emprendedoras de la zona.
Mientras disfruta de un merengón y camina por las calles antiguas de este pueblito, seguro se encontrará a los Reyes de la Trova, un dúo de personajes llamados La Fiera y Pulgarcito. Son dos jóvenes hermanos que promueven la cultura y arte en las veredas de Marinilla. Ellos les enseñan a adultos mayores a trovar, una de las prácticas culturales tradicionales que tiene el departamento.
“Fui estudiante de trova y ahora tratar de enseñar. Es un reto, pero es algo muy bonito y que se hace con mucho amor para los niños”, cube La Fiera.
Como cualquier otra propuesta musical, la trova también tiene derivaciones en su género, como la trova paisa o trova llanera. A partir de estas técnicas, los Reyes de la Trova enseñan a los niños y turistas cómo cantar con rimas y humor.
‘Primero cultivamos personas, después flores’
Jardines de San Nicolás es una compañía que se dedica a la producción y exportación de flores, ubicada en La Ceja. Allí, el turista puede hacer un recorrido en bicicleta por el predio, en donde se aprende cómo es el cultivo de flores desde que se planta hasta que se empaca.
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Daniel Piedrahíta, fundador de otra finca dedicada a la floricultura, explica que en La Ceja se cultivan 10.000 hortensias diarias. Estos cultivos se exportan en fechas especiales que se celebran en distintos países como el Día de la Madre, San Valentín o el Día de la Independencia, en Estados Unidos.
En su finca, abierta al turismo, se puede apreciar una colección de orquídeas con miles de estas especies. La colección de orquídeas de Daniel, según cube, es la más grande que tiene Colombia.
De salida de La Ceja, puede visitar San Sebastián, un lugar para los amantes del queso y el vino. Allí encontrará pizzas hechas con distintos tipos de queso y un ambiente de granja para disfrutar con la familia.
Carmen de Viboral: una comunidad de artesanos
Carmen de Viboral es un municipio artesano en el que sus habitantes, desde hace decenas de años, crean las famosas vajillas de arcilla pintadas a mano. Ninguna pieza es exactamente igual, cada pieza se hace completamente de manera artesanal.
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Algunos jóvenes, que empezaron como aprendices de este arte en una casa cultural que ofrece la Casa de la Cerámica, se han convertido en los mayores artesanos de la región.
Además de la artesanía, estas piezas son especiales porque están hechas con la arcilla que se extrae del mismo municipio, un materials explicit del lugar que cuenta con una proporción de caolín y que da una textura gruesa.
Allí el turista también puede hacer un recorrido que ofrece la fábrica El Dorado, una de las más grandes del municipio en donde puede ver el proceso artesanal desde que se extrae la extracción de la arcilla hasta que se pintan los objetos. Don Silvio Salazar, lleva trabajando 49 años en el lugar y le enseña a los visitantes a moldear y a dejar listos los platos para pintar.
El oriente de Antioquia es un paisaje verde infinito. Esta subregión del departamento nos recuerda el privilegio de vivir en un país lleno de montañas y nos invita a que recordemos la riqueza de lo easy: artesanías, fincas que cuidan la tierra, refugios de cultura y gente acogedora y feliz de recibir a los pasantes.
*Anato organizó este recorrido, que contó con el apoyo de la Gobernación de Antioquia y Fontur.
JERSON CRUZ – ENVIADO ESPECIAL DE VIAJAR
En Twitter: @ViajarET
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” Fuentes www.eltiempo.com ”