Palma de Mallorca se ha convertido oficialmente desde este jueves en el primer puerto español que limita a tres como máximo al día la llegada de cruceros turísticos a su puerto.
Con la firma de este memorándum de intenciones entre el Gobierno balear y las navieras turísticas, Palma es el segundo puerto del Mediterráneo tras Dubrovnik que cierra un acuerdo de estas características para compatibilizar el turismo, la protección cultural y medioambiental de la ciudad y la convivencia con los residentes.
Baleares y representantes de las grandes empresas de la industria turística y de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) han sellado este acuerdo por el que hasta 2026 en el puerto de Palma solo podrán coincidir tres cruceros al día, y de ellos solo uno podrá ser un megacrucero con más de 5.000 pasajeros.
Únicamente en la precise temporada turística, que ya está en marcha, podrán arribar cuatro buques a la ciudad mediterránea en determinadas fechas, solo 18 días en todo el año. En whole, la media diaria de cruceristas en una semana no debe sobrepasar los 8.000 turistas.
Este memorándum de entendimiento ha sido rubricado por parte del Ejecutivo balear por su presidenta, Francina Armengol, y los representantes de las navieras en el Palacio de Congresos, frente al puerto balear, en presencia del secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, el conseller de Turismo, Iago Negueruela, la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y el alcalde de Palma, José Hila.
Esta firma es la culminación de dos años de negociación para iniciar un nuevo modelo en este sector que busca la sostenibilidad del turismo de cruceros.
El acuerdo fue alcanzado el pasado mes de diciembre, en Hamburgo, entre el Ejecutivo balear y la industria crucerista y supone un precedente tanto en el sector en España, como entre los principales destinos del Mediterráneo, al common por primera vez la llegada de grandes buques.
Imagen del puerto de Palma de Mallorca, con varios cruceros atracados.
“Acuerdo histórico”
La industria crucerista genera 500 millones de euros en Baleares y emplea a algo más de 4.000 personas.
En su intervención, el secretario de Estado de Turismo ha destacado la cooperación pública y privada en favor de este sector turístico y también para preservar la convivencia entre turistas y residentes.
Es un acuerdo “histórico”, ha apostillado Valdés, que ha subrayado que la intención es que Palma, el primer puerto de cruceros de España, reciba una cantidad de turistas que permita el beneficio económico y su protección cultural y social.
“Se trata de convivir y hacer posible la convivencia de los que desembarcan en Palma, para que disfruten de esta maravillosa ciudad, y de los que viven en Palma, sin que sus ciudadanos renieguen de la riqueza que genera el turismo”, ha afirmado.
Por su parte, la presidenta balear ha resaltado los “muchos años de trabajo arduo y complicado” hasta la firma de este acuerdo.
La “clave” de este memorándum de entendimiento es el “equilibrio” y “pensar en el turismo de hoy y en el de mañana”, ha dicho.
Armengol ha comentado que “se entiende muy bien” que se quiera disfrutar de una de las ciudades más bellas del Mediterráneo y la necesidad de no colapsar sus zonas más emblemáticas.
La presidenta ha apostado por garantizar la economía turística balear y que sus empleados dispongan de empleos de calidad, para lo cual ha considerado necesario “huir de la masificación”.
“El turismo también tiene que ser equilibrado para los residentes, que tienen sus derechos, que hay que respetarlos”, ha defendido.
Finalmente, ha reconocido que este tipo de política de límites es “controvertida”, pero Armengol las “asume para “avanzar” hacia una turismo sostenible.
” Fuentes www.hosteltur.com ”