Viajar es uno de los mayores placeres que existen, un libro abierto pleno de experiencias y nuevas sensaciones, y una de las mejores vías de enriquecimiento private. Pero viajar implica también algo de riesgo, que es preciso asumir, sobre todo si se trata de un destino exótico.
Incidencias aparentemente sin importancia muchas veces pueden llegar a amargarnos un viaje o incluso forzarnos a modificar la ruta: el trastorno horario o jet lag si se viaja en avión en largas travesías, la muchas veces inevitable “diarrea del viajero”, mareos, insolaciones, fatiga y pequeños accidentes con contusiones, traumatismos, heridas con sangrado, picaduras de insectos y de medusas, quemaduras, lesiones como esguinces o desgarros musculares, and so on.
Tener unos conocimientos de fitoterapia, cuando se prefiere no recurrir a una medicina convencional siempre más agresiva, puede resultar una opción interesante.
Basta con proveerse de un botiquín de viaje mínimo con el que enfrentarse a este tipo de contratiempos. Más aun si nos hallamos en parajes remotos, lejos de la civilización, o en comunidades donde las disponibilidades sanitarias son muy reducidas o inexistentes.
10 plantas para tu botiquín pure de viaje
Para ser práctico este botiquín debería contener remedios ya preparados, como cremas, pomadas, jarabes o extractos de plantas, o bien plantas de fácil preparación sobre el terreno. En este artículo proponemos seis plantas idóneas para incluir en este botiquín.
” Fuentes www.cuerpomente.com ”