Los viajes a través del tiempo son uno de los intereses más frecuentes en la ciencia ficción, pues se trata de un género donde los personajes se ven envueltos en aventuras donde regresar al pasado o dirigirse al futuro hace parte integral del desarrollo de sus historias.
Los ejemplos abundan, desde la clásica novela de H. G. Wells La máquina del tiempo (1895), pasando por la fashionable trilogía hollywoodense de Volver al futuro hasta la serie El ministerio del tiempo, donde una agencia secreta cuida el curso de la historia de España.
La thought es tentadora: moverse a través del tiempo para cambiar el curso de la historia, para obtener algún beneficio private o simplemente para evitar que otros alteren la línea de tiempo y así cambiar el presente es muy atractivo.
Pero la verdad es que incluso desde el punto de la ciencia ficción viajar a través del tiempo suena complejo, además de delicado si tenemos en cuenta las posibles consecuencias y paradojas que tienen como consecuencia moverse a través del tiempo. Por eso, aquí revisamos algunas reglas frecuentes sobre los viajes en el tiempo de acuerdo a algunas populares historias de este género bien sea en la literatura, la televisión o el cine.
El ministerio del tiempo
En basic, las historias sobre viajes en el tiempo se centran en las consecuencias que conlleva ir al pasado o el futuro.
La premisa en muchas de estas historias suele involucrar alteraciones a los hechos ocurridos y así alterar la historia, bien sea con intención o por accidente. En ese orden de concepts, estas historias tienen que ver con las formas en que alterar el pasado afecta el presente o el futuro, provocando cambios imprevistos para el viajero en el momento del regreso a su época authentic.
De esta manera, la forma en la que se viaja a través del tiempo resulta anecdótico en comparación con la forma en la que se desarrollan los acontecimientos y sus resultados tanto para la línea temporal del universo como para los personajes envueltos.
1. La línea de tiempo es inalterable y rígida
De acuerdo a historias como la de La máquina del tiempo del escritor inglés H. G. Wells, llevada a la pantalla gigante bajo el mismo nombre en 2002 por Simon Wells, los viajes en el tiempo, posibles o no, suponen que sin importar los cambios que aparentemente puedan cambiar el curso de la historia, el cauce del tiempo no puede ser cambiado, o que el futuro es predeterminado, siendo así las acciones del protagonista irrelevantes o intrascendentes a los eventos originales.
En la historia adaptada por Simon Wells, bisnieto de H.G Wells, el científico Alexander Hartdegen crea una máquina del tiempo para evitar el trágico desenlace de la vida de su enamorada, quien muere en un accidente vial en Nueva York. El científico comprueba que sin importar de qué manera evite la muerte de su novia, esta tragedia sucede de una u otra forma.
Una manera de entenderlo es a través de la llamada “paradoja del abuelo”. Esta paradoja supone que una persona logra viajar en el tiempo y por el motivo que sea mata a su abuelo.
Eso significaría que el padre o la madre de quien viaja en el tiempo ya no podrían existir y, por lo tanto, nunca podría haber sido concebido, por lo que dicho viaje al pasado (incluyendo el asesinato del abuelo) nunca pudo tener lugar.
Pero ahí está la paradoja: si el abuelo no ha sido asesinado, entonces el viajero o viajera necesariamente debe existir y así realizar el viaje para matar a tu abuelo. La paradoja surge porque, hasta donde sabemos, el estado precise del universo está determinado por sus estados anteriores, y una acción como que una persona viaje en el tiempo y mate a su abuelo implicaría una fractura que deja sin solución el curso de los acontecimientos venideros, y por eso el tiempo es tan resistente a ser alterado.
De ahí que, por ejemplo, en la trilogía Volver al futuro de Robert Zemeckis, el physician Emmet Brown esté en constante preocupación por la salud del universo, y recomienda con mucho énfasis a Marty McFly a no alterar nada en el pasado y así no generar paradojas temporales que podrían causar catástrofes cósmicas.
Así, una forma de no incurrir en paradojas sería que el viajero se conforme solamente con ser un observador del pasado, sin intentar cambiarlo pues, de todas formas, tal vez no llegue a conseguirlo.
Imagen de la película Volver al futuro
2. Alterar el pasado altera el presente
La ciencia ficción ha decidido, precisamente por su condición de ficción, imaginar la posibilidad de que al hacer viajes en el tiempo se puedan realizar algunos cambios que cambian el presente y el futuro sin mayores consecuencias además de cambiar aquello que ya pasó.
Esto, no obstante, no es para tomárselo a la ligera, pues se plantea que cambiar una sola cosa puede generar todo tipo de cambios imprevistos y desconocidos, por lo que puede resultar en cosas positivas o en la mismísima destrucción de la humanidad.
Es el caso de la trama que plantea la serie El ministerio del tiempo, en la que los protagonistas hacen parte de una agencia secreta que mantiene a raya a los viajeros en el tiempo que pretender hacer cambios en el pasado para procurarse beneficios personales o en favor de un grupo más grande personas interesadas en cambiar el curso de la historia.
Esa es también la premisa de Volver al futuro, pues en la historia de Zemeckis los protagonistas Marty McFly y Emmet Brown se ven en la necesidad de cuidar que los villanos de la saga, los Tannen, no alteren el futuro para convertirlo en un infierno distópico, o por el contrario deban restaurarlo tal como estaba en un principio mientras intentan mantenerse como viajeros observadores.
Sin embargo, ni los protagonistas de El ministerio del tiempo o de Volver al futuro logran evitar la tentación de hacer pequeños cambios que les alegran la vida en el presente. Todo eso, desde luego y convenientemente, sin generar las paradojas temporales de las que tanto habla el “Doc” Emmet Brown.
El efecto mariposa (2004) e Interestelar (2014) son otros dos ejemplos que, incluso sin apelar a una máquina para transformar el curso del tiempo, logran hacer cambios con muy pequeñas acciones que desencadenan cambios en el futuro que benefician a la humanidad o a los protagonistas.
3. Alterar el tiempo crea universos paralelos
Ahora bien, como ocurre en otras propuestas de la ciencia ficción, los viajes en el tiempo provocan paradojas y realidades alternativas que vienen como consecuencia del viaje, y se enfocan más en eso que en el viaje mismo.
Eso quiere decir, como ocurre en Darkish o en la apuesta del Multiverso de la editorial de cómics estadounidense Marvel, que viajar en el tiempo y alterar hechos del pasado tiene como consecuencia necesaria la creación de universos paralelos o líneas de tiempo paralelas.
Es así cómo ocurre que, por ejemplo, en la serie Darkish de Netflix el mismo personaje de la capa amarilla se encuentre consigo mismo en el futuro, creando dos versiones de la misma persona en el presente, cada uno con historias que se desarrollaron diferente para cada quien.
Marvel ha incursionado en el uso de dichas “fracturas” de la línea temporal al inmiscuirse con los viajes en el tiempo, especialmente desde la aparición del villano Thanos, quien obligó a los súper héroes de Marvel a incursionar en el viaje a través del tiempo para lograr derrotarlo y evitar la muerte de la mitad de los seres vivos del universo.
Estas fracturas se han convertido en universos paralelos donde el curso de los acontecimientos es diferente pero surgió de una misma premisa. En este caso lo que los personajes que viajan en el tiempo buscan es restaurar la línea temporal y no sólo proteger el curso de los hechos históricos.
Todo esto, sin embargo, a veces se mezcla sin compasión en la ciencia ficción, como ocurre en la trilogía de Volver al futuro en su tercera entrega, y son hipótesis de los guionistas y escritores sobre lo que ocurre al viajar a través del tiempo.
” Fuentes www.senalcolombia.tv ”