Los españoles tenemos la suerte de vivir en uno de los países con la mejor gastronomía del mundo. Pero…. ¿a dónde podemos viajar nosotros en busca de buena comida?
Nadie duda de que España es una potencia turística mundial. Pero, si hace años, los visitantes llegaban atraídos, fundamentalmente por el sol y las playas, en la actualidad, nuestra gastronomía se ha convertido en el primer motivo para que nos elijan. Por nuestra parte, nosotros también buscamos vivir experiencias gastronómicas en nuestras vacaciones. Así que, ¿qué destino elegir? Exotismo, variedad, precio y producto, son los principales atractivos que nos ofrecen los 13 destinos gastronómicos que hemos elegido.
1 PERÚ
Es una de las gastronomías más diversas que existen en el mundo, ya que engloba muchas cocinas con distintas influencias. Por supuesto, la gastronomía andina, herencia de los antiguos habitantes del país, es uno de sus principales activos, pero, además, podemos disfrutar de la cocina “chifa” (transmitida por los emigrantes chinos que acudieron a trabajar a Perú a principios del siglo XX), de la “nikei” (con influencias de la cocina japonesa), y de las propias de cada una de las regiones del país, con características muy diferenciadas. Además de las recetas y las técnicas culinarias usadas, es imprescindible destacar la calidad y variedad de sus productos: papas (más de 4.000 variedades), cafés, cacaos, ajíes… Si visitamos Perú, no podemos dejar de probar platos como el cebiche (también se puede escribir “ceviche”), el lomo “saltado”, el ají de gallina, la causa limeña, o el arroz con pato.
2 ITALIA
Probablemente sea la cocina más internacional del mundo, ya que, en cualquier país podemos encontrar una pasta o una pizza, más o menos “decentes”. Sin embargo, nada es comparable a la autenticidad del plato en el país de origen. Y, además, descubriremos recetas regionales poco exportadas y productos difíciles de encontrar fuera de sus zonas de producción. Hay que ser abierto y dejarse aconsejar por los “locales”, para disfrutar de especialidades como los “arancini” (una especie de bolas de arroz empanadas con distintos rellenos, típicas de Sicilia), el “fegatto alla Venezia con polenta” (hígado a la veneciana), o un “frico friuliano” (una torta hecha a base de patata cocida, cebollas y quesos, que se elabora en Trieste). También merece la pena probar quesos y vinos locales.
3 JAPÓN
Si viajamos al país del sol naciente, debemos olvidarnos por un tiempo de la comida occidental (allí es cara y, frecuentemente, mala). Sin embargo, tendremos a nuestra disposición un sinfín de posibilidades que, por supuesto, incluyen buen sushi a precios más contenidos de lo que se pueda esperar. Pero no sólo eso. Hay que tener en cuenta de los japoneses comen fuera de casa a diario, ya que las cocinas son pequeñas y trabajan muchas horas, por lo que la oferta de comida asequible es abundante. El ramen es una de esas opciones deliciosas y saciantes, pero también podemos probar algún “donburi” (un cuenco de arroz con algún guiso encima) o el “katsu kare” (cerdo empanado con curry y arroz). Para bolsillos desahogados, merece la pena acercarse a alguno de los restaurantes que existen especializados en carne de Kobe y darse un capricho. En cuanto a bebidas, hay que probar alguno de los muchísimos sakes artesanales que se elaboran en el país, y, por supuesto, un té matcha.
4 TAILANDIA
La tailandesa es una de las cocinas asiáticas más refinadas y coloristas. Está basada en el arroz (de hecho, la palabra “comer” en tailandés se cube “kin khaw” que significa literalmente “comer arroz”), y prestan especial atención al equilibrio de sabores en cada plato (todos deben llevar ácido, salado, dulce y amargo). Si vas, no puedes dejar de probar el “pad thai” (fideos salteados con distintos ingredientes), el “tom kha kai” (sopa de pollo con leche de coco), el “som tam” (ensalada de papaya verde”, y, por supuesto, algunos de los muchísimos curries que se elaboran en todo el país. Muchos de estos platos se disfrutan en puestos de comida callejera, a precios de gangam, pero no hay que perder la oportunidad de visitar algún buen restaurante, para comprobar la obsesión de los tailandeses por la presentación exquisita de la comida. Tampoco hay que perderse la inmensa variedad de frutas, que se encuentran en cualquier lugar.
5 MÉXICO
Hay que empezar recordando que la cocina mexicana fue declarada por la Unesco en 2010 “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”. Con este dato, es fácil entender que nos encontramos ante una de las mejores gastronomías del mundo. En realidad, no es una sola cosa, sino que más bien es fruto de la mezcla de las tradiciones prehispánicas con distintas influencias de otras culturas (especialmente de la española, pero también de muchas otras), por lo que quien crea que la cocina mexicana es lo que entendemos por “tex mex” no se acerca ni de lejos. Aunque existen bastantes diferencias por regiones, hay ciertos elementos presentes en todas ellas, como el uso maíz, o el gusto por el picante. Por supuesto que no podemos viajar al país azteca y no tomar unos tacos, pero no hay que dejar pasar la oportunidad de desayunar unos “chilaquiles” (tortillas de maíz fritas o tostadas con distintos ingredientes y salsa picante), o probar platos más elaborados, como un buen “mole poblano” (guiso de pollo típico de la ciudad de Puebla, con infinidad de ingredientes, entre ellos el chocolate amargo que le da su característico aspecto), unos chiles en nogada (chiles poblanos rellenos de carne con una salsa de nueces). Para acompañar, cerveza native, o, para los más valientes, unos tragos de tequila.
6 FRANCIA
Aunque en los últimos años, las cocinas asiáticas y latinas son las reinas del panorama gastronómico, no podemos olvidar que Francia fue la cuna de la gastronomía moderna, tal y como la conocemos (su herencia gastronómica también está declarada “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la Unesco, junto con la de Japón, la de México, y la dieta mediterránea). Además de la gran cantidad y variedad de productos artesanos (quesos, vinos, embutidos, patés, panes, pasteles…), la devoción gala por la cocina se hace notar no sólo en las recetas de los grandes restaurantes, sino en preparaciones clásicas y tradicionales, como la sopa bullabesa, los caracoles a la “bourguignon”, el “coq au vin” (gallo al vino), el ratatouille (una especie de pisto), o la “cassoulet” (contundente guiso a base de judía blancas y distintas carnes). Eso sí… en Francia, la calidad se paga, por lo que no será el mejor destino para los presupuestos más ajustados.
7 CHINA
Hablar de “cocina china” es como hablar de “música del mundo”, ya que un país tan gigantesco (con más de 1.400 millones de habitantes) tiene, evidentemente, muchas cocinas regionales que a veces poco o nada tienen que ver entre sí. Es cierto que hay algunos puntos comunes: el arroz es el principal pilar de la alimentación en casi todo el territorio (lo que no quiere decir que no usen el trigo o el maíz), y, el wok es uno de los utensilios más empleados. Se cube que existen 58 culinarias chinas, pero, simplificando mucho, se puede llegar a reducir a 8 tipos de cocina: la de Sichuán (picante y especiada), la de Hunan (también picante y sabrosa), la de Shandong (es la cocina más antigua, con platos más ligeros con abundancia de mariscos), las de Anhui y Fujian (con ingredientes silvestres), la de Guangdong (llamada también cocina cantonesa, es la más conocida en el resto del mundo), la de Zhejian (rica en pescado y con sabores más delicados), y la de Jiangsu (con muchos platos sanos que, muchas veces, se hacer hervidos o estofados). No hace falta decir que, salvo honrosas excepciones, los restaurantes chinos que encontramos generalmente en España hacen una cocina adaptada a los gustos occidentales, y poco fiel a los sabores originales. Por cierto… el té no puede faltar en ninguna comida.
8 INDIA
Los amantes de los sabores intensos encontrarán su paraíso en la India. Lógicamente, también en este caso, hay bastantes diferencias entre los platos más emblemáticos de los 28 estados que componen el país, pero podemos generalizar y hablar de una culinaria rica en vegetales y legumbres, y, sobre todo, muy especiada. Son imprescindibles los “curries” (guisos elaborados con mezclas de muchas especias), y los platos hechos en el “tandoor” (un horno cilíndrico). Dependiendo de la zona, también son básicos los panes planos y el arroz como alimentos básicos. Si viajas a la India, no dejes de probar las samosas (una especie de empanadas de patata y verdura), el pollo tandoori, y el curry más típico de la provincia en la que te encuentres. Si eres goloso, atrévete con alguno de los muchos dulces que te ofrecerán, acompañado de un “masala chai” (té con leche especiado), y no dejes de refrescarte con un “chaas” (bebida fría a base de yogur).
9 MARRUECOS
Si nuestro presupuesto para viajar no nos da para ir a Asia o América, hay una opción más cercana y económica para cambiar de continente y saborear igualmente el exotismo: Marruecos. A pesar de no ser un país tan extenso como otros de la lista, hay una gran variedad de platos de cocina tradicional, con sabores aptos para todos los paladares. En la lista a porbar: el imprescindible cus cus, algún tajine (guisos elaborados en un recipiente especial del que recibe su nombre el plato, como el de pollo con limones confitados o el de cordero con ciruelas), la famosa pastela (un guiso originalmente de paloma, aunque ahora se encuentra de pollo, envuelto en pasta filo horneada), y cualquiera de sus deliciosos dulces típicos. En el apartado líquido, el dulce té negro con hierbabuena o zumos de fruta hechos al momento.
10 PORTUGAL
Más cerca aún que Marruecos, tenemos otro fantástico destino gastronómico: Portugal. El país es el reino del bacalao (bacalhau), ya que presumen de prepararlo de más de 1.000 maneras. Pruébalo “a bras” o “dourado” (en revuelto, con patatas paja), “à Gomes de Sá” (al horno), o “com natas” (con una especie de bechamel). Las sardinas son también un pescado frecuente en las cartas de cualquier restaurante típico, y, si quieres salirte de lo recurring, pide una “açorda” (parecida a una sopa de ajo espesa, que se puede hacer con pescado, marisco, o carne”, o una cataplana de pescado (related a nuestra zarzuela, lleva el nombre del recipiente en el que se prepara), acompañada del típico “vino verde”. Si te quedas con hambre, hay una gran variedad de quesos.
11 ARGENTINA
¿Eres de los que disfrutan con la carne? Tu destino, entonces, es Argentina. El “asado” (lo que nosotros entendemos por hacer una barbacoa) es allí prácticamente una religión. Es lógico, si tenemos en cuenta la extensión enorme de pastos y la gran cantidad de ganado bovino con la que cuenta el país (cerca de 54 millones de cabezas). Hay que tener en cuenta, eso sí, que los cortes se llaman allí de distinta manera: el bife es un filete de lomo (el llamado “bife de chorizo” corresponde al lomo alto y el “bife angosto” es nuestro entrecot), mientras que ellos llaman “lomo” a nuestro solomillo. La “colita de cuadril” corresponde a nuestro rabillo de cadera, y su “tira de asado” es nuestro costillar. Hay, además, algunos cortes exclusivos del despiece argentino, como la “entraña” (no tiene nada que ver con los interiores del animal, sino que se refiere al músculo del diafragma), o el vacío. Pero, además de la carne, en Argentina son especialmente típicas las empanadas, y hay mucha oferta de cocina italiana, incluidos los helados, gracias a la ola de inmigración que vivió el país a finales del siglo XIX. Los golosos disfrutarán con especialidades como el auténtico dulce de leche. Y nadie puede irse sin probar la bebida nacional: el mate (infusión de hierba mate).
12 NUEVA YORK
Podríamos decir que en “la gran manzana” se concentra la gastronomía de todo el mundo. Allí podemos encontrar restaurantes de casi cualquier nacionalidad del mundo, pero, si nos queremos ceñir a lo “típico” (o lo que más hemos visto en las películas de Hollywood), no podemos dejar de comernos un perrito caliente o un pretzel en cualquiera de los carritos callejeros que podemos ver por toda la ciudad; tomar una hamburguesa en alguno de los miles de locales especializados en este plato; recorrer Little Italy, en busca de especialidades italoamericanas o meternos entre pecho y espalda un sándwich de pastrami. Prueba también el pollo frito con gofres en Harlem, y un bagel con salmón y crema de queso. Y, si te queda hueco, remata con un “cinnamon roll” o rollo de canela.
13 SINGAPUR
Terminamos con el paraíso mundial de la comida callejera: Singapur. La gastronomía de este pequeño país (o ciudad-Estado) es un auténtico crisol de influencias, aunque destacan la china, la indonesia, la malaya y la de India. Es cierto que también estamos en uno de los lugares más caros del planeta, pero no hace falta ser un potentado para comer como tal, gracias a los denominados “hawkers”, una especie de mercadillos de puestos de comida callejera en donde puedes encontrar todo tipo de platos. De hecho, en uno de estos “food courts” se encuentra el “restaurante” con estrella Michelin más barato del mundo: Liao Fan Hawker Chan (en el Chinatown Advanced Meals Centre), en donde podrás probar su plato estrella, el “soya sauce chicken rice” (pollo marinado en soja y asado con arroz cocinado con la grasa del pollo) por 5 dólares. Otros platos con merecida fama son el “pollo hainanese” (pollo al vapor con salsa picante, servido con arroz), de Tian Tian Hainanese Hen Rice, en el “Maxwell Food Centre”, o alguna especialidad india o de Bangladesh en el Tekka Centre. También son típicos el cangrejo con salsa picante y las brochetas de pollo en salsa de cacahuete (satay).
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” Fuentes www.esdiario.com ”