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Ver la bandera de México con la leyenda “Jerez, Zac” en las competencias internacionales donde participa la Selección Mexicana ha sido una bonita tradición que adoptó el aficionado zactecano Ismael Ureño, quien desde 1978 hace hasta lo imposible por apoyar al Tri.
Sin importar si es en “aventón”, camión, caminando, o cómo sea, el chiste es llegar, y así lo ha hecho desde la Copa del Mundo de Argentina 1978, solamente faltando a las justas donde no acudió México como en España 1982 e Italia 1990.
“Yo empecé a viajar con Selección Nacional en 1978, fue mi primer Mundial en Argentina, pero en 1972 iba a los partidos a San Luis, Guadalajara, nos íbamos de ride, teníamos 12 o 13 años y cualquier trailero nos daba ride, no había ningún problema y hasta nos pagaban la comida”, recordó don Ismael en entrevista con Mediotiempo.
Peripecias y aventuras
Con un presupuesto corto, don Ismael ha sufrido hambre, sueño y hasta frío, como le sucedió en octubre del 2021 cuando acompañó al Tri a Edmonton, Canadá, a donde llegó en camión.
“Nos hemos ido a Canadá en autobús, nos hemos ido a Panamá en autobús y también a Argentina, hemos llegado con mucha fe y poquito trabajo, a veces no hay que dormir tanto, con poquito frío y hambre, pero hemos estado en 480 partidos, sin contar equipos profesionales de otros países”, añadió.
“De aquí a Chicago sí, aquí a 3 cuadras salen autobuses a Chicago y de ahí a Calgary y a Edmonton, fueron como 80 horas más o menos, pero muy contento porque vamos aprendiendo, conociendo gente, otras culturas, idiomas, alimentación y ahí la lleva uno. Aquí decimos que nos vamos como el ‘Burro de don Fernando’, a ratitos caminando y a ratos andando”, reconoció.
Este peculiar aficionado incluso recuerda que ha pasado momentos complicados, especialmente con el frío.
“Por poco y había dos bajas sensibles: a un hijo del Caramelo y yo nos dio hipotermia, estábamos a 16 grados bajo cero, a mí me afectó muchísimo, sobretodo en los dedos de las manos y pies, nos dieron atención médica con unos polvos que se ponen debajo de los guantes y en los pies”.
Para acudir a un Mundial, don Ismael viaja sin escatimar esfuerzo en el lugar donde comerá o dormirá, pues le ha tocado pernoctar en muchos sitios no comunes.
“Hago una ronchita, pero trato de irme por los caminitos más cortos, acortar distancias, presupuestos, llegar a hostales, nos ha tocado dormir en iglesias, estaciones de ferrocarril, anexos, así nos la hemos llevado, hasta donde nos alcance el presupuesto y la cobija”, dijo.
Aunque también en otros sitios se ha puesto a trabajar para poder cubrir sus gastos. Esto le sucedió en Rusia 2018, Brasil 2014, Alemania 2006.
“He trabajado en Rusia, Alemania, trabajé en Argentina, Brasil, Chile, soy taxista aquí. Soy cocinero y eso me ha abierto las puertas en todo el mundo, además del inglés que me ha servido”, aceptó.
“En Rusia trabajamos en un mercado de mariscos. En Argentina trabajé, en la Copa América de Chile, en Estados Unidos, Alemania en el 2006 le echamos ganas en un taxi, llevábamos el inglés y poquito alemán, lo estuvimos estudiando”.
Al transportarse muchas veces en camión, Argentina y Canadá han sido de sus dos viajes más largos. Al país sudamericano hizo 22 días para la Copa del Mundo de 1978 y a Edmonton hizo el año pasado 80 horas.
“A Argentina hice 22 días. Pero en aquel tiempo cualquiera le daba un trip, 1978 period el tiempo, nos daba comida, ya period un ídolo nacional como de trip y de aventón y la gente me veía muy bien y hasta le pedían a uno autógrafos”, argumentó.
Ahora viene el duelo eliminatorio en Honduras, donde espera poder estar presente.
*Fotografías cortesía de don Ismael Ureño.
” Fuentes www.mediotiempo.com ”