Egipto es el Nilo, como le gusta recalcar a los egipcios, ya que pese a ser un país gigantesco —un millón de kilómetros de superficie; el doble que España—, la vida se circunscribe a la delgada línea verde que crece a ambas orillas del gran río. El resto es un desierto inhóspito. Egipto es también El Cairo, una ciudad insufrible, caótica, polvorienta y con un desbarajuste arquitectónico difícil de igualar, pero que, sin embargo, termina por ser subyugante y atractiva. El Cairo hay que vivirlo y conocerlo para decir que conoces el país.
Pero lo que más me gusta de Egipto es lo que le fascina a todo el mundo: la posibilidad de descubrir una civilización que levantó pirámides y templos gigantescos… ¡hace más de 4.500 años! Eso no se puede ver en ningún otro lugar del mundo. Me gusta también que es un país facilísimo para el turista, ya vayas por libre o en viaje organizado. Viven del turismo y lo cuidan. Y la gente es amabilísima. Una vez un taxista paró, se bajó y me ayudó a cruzar una carretera de cuatro carriles sin semáforos ni pasos de cebra en la que llevaba más de 20 minutos atascado intentado pasar de una acera a otra.
Acabo de estar allí y te cuento en este nuevo podcast todo lo que necesitas saber para preparar un primer viaje al país de los faraones. ¡Dale al play!
” Fuentes elpais.com ”