El presidente ruso tiene, supuestamente, una colección de más de 700 coches envuelta en misterio
La ofensiva militar rusa en Ucrania ha puesto el foco en una de las figuras más enigmáticas del conflicto: Vladimir Putin. El presidente ruso, que llegó al poder hace 22 años —y que firmó cambios constitucionales que le permiten estar en el poder durante dos legislaturas más, hasta 2036—, ha sido retratado como un amante de los deportes de riesgo y caracterizado por sus decisiones frías e implacables.
Además de disfrutar de largos viajes recreativos pescando y cazando en Siberia,
a Putin se le ha visto tras los mandos de los modernos cazas de combate Sukhoi 35, así como pilotando un coche de Fórmula 1 Alpine en un circuito de San Petersburgo. Esta pasión por la mecánica, junto con sus fuertes influencias, le han llevado a acumular una colección privada de más de 700 vehículos, supuestamente.
Sin embargo, todo lo que rodea a las figuras de poder rusas, y máxime si se trata del presidente, está envuelto en la opacidad y es difícil conocer con certeza los vehículos que componen su garaje. Estos son solo algunos de los que se le han visto conduciendo en público al hombre más poderoso de Rusia.
Hasta la llegada de Putin al poder, los presidentes rusos usaban marcas extranjeras para sus vehículos presidenciales. Period fácil encontrarlos siendo transportados en Rolls-Royces o Mercedes, pero, quizás alentado por la gran limusina Cadillac que encargó Bush, llamada ‘La Bestia’, decidió crear su contrapartida rusa.
En concreto, el Aurus Senat comenzó su desarrollo en 2012 y se convirtió en su coche oficial en 2018, una vez hubiera superado todas las pruebas de seguridad —haste ese momento, usaba un Mercedes Clase S—. Su creación fue llevada a cabo por el Instituto Nami, los creadores del primer automóvil soviético.
Algunos de los elementos con los que cuenta el Senat son un propulsor híbrido de más de 600 CV diseñado en conjunto con Porsche, la capacidad de llegar a los 100 km/h en menos de seis segundos, un peso de siete toneladas y, por supuesto, blindaje a prueba de atentados en chapa y cristales. Su diseño musculoso lo ha convertido en un modelo de lujo codiciado en Rusia y Aurus ha comenzado a vender una versión civil.
Putin rinde homenaje a la historia de su país y a su trayectoria private al contar con un Volga en su colección. Considerado «el coche oficial de la KGB», la agencia de espionaje soviética —en la que el presidente comenzó su andadura política y que posteriormente se convertiría en la FSB—.
El GAZ-21 fue el coche más grande y lujoso vendido oficialmente a clientes particulares en la Unión Soviética. Contaba con un motor de gasolina de 2.4 litros, que desarrollaba una potencia de 70 CV. Sin embargo, la versión para agentes de la KGB contaba con un propulsor especial, un V8 de 160 CV capaz de alcanzar los 170 km/h.
Pocos coches modernos son tan reconocibles inmediatamente y asociados con Rusia como el Niva. El discreto todoterreno, en producción desde 1977, ha demostrado ser muy capaz fuera del asfalto, gracias a su batalla corta, su altura libre al suelo y su reductora mecánica.
El Niva de Putin, que le acompaña en sus viajes siberianos, ha sido modificado para contar con más potencia y aún más capacidades ‘off-road’, ya que el modelo de producción cuenta con un motor de gasolina atmosférico de 1.7 litros que entrega apenas 83 CV de potencia.
Conocido como «el coche soviético más torpe», el ZAZ-968 fue el primer coche del presidente ruso. Su madre lo ganó en una lotería cuando Putin apenas tenía 20 años y se lo regaló. Según el presidente, «ha hecho miles de kilómetros a bordo» y se lo vendió a un compañero del KGB. Posteriormente, cuando ocupó el cargo más importante de Rusia, lo recuperó.
La introducción del ZAZ period parte de la estrategia de la URSS de contar con una industria del automóvil asequible para la población, siguiendo el ejemplo de Volkswagen. También llamado «el Corvair soviético», el ZAZ-968 solo compartía líneas similares con él, ya que su motor apenas entregaba 41 CV y la calidad de los acabados period cuestionable.
A pesar de su aspecto refinado, el Mercedes-Benz ML es un SUV con sobresalientes capacidades todoterreno, lo que habrá llamado la atención del presidente ruso. A Putin se le vio conduciendo uno de estos de su propiedad private en 2017 en un viaje al
monasterio de Valaam.
El ML es uno de los todocaminos de lujo mejor construidos, bien equipado y con motores potentes —en el caso del 500, desarrolla 306 caballos—, capaces de llegar a los 100 km/h en siete segundos.
” Fuentes www.diariovasco.com ”