Se rifó. Y no salió. Se puso a la venta. Y no salió. Se pidió ayuda para venderlo a la ONU. Y no ha salido. El avión presidencial se está convirtiendo en uno de los pendientes más caros del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Y no sólo por lo que cuesta en sí, sino por su mantenimiento, el gasto que se ha hecho para venderlo y hasta por lo que se ha pagado por la asesoría para ello.
Por ello, el presidente anunció otra posible salida para el avión presidencial: rentarlo.
En su conferencia matutina, AMLO sugirió que podría entregarse el avión, cuyo mantenimiento anual en 2020 costaba unos 57 millones de pesos anuales, a la empresa que administrará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) o bien a la que se proyecta crear y que llevará además el Tren Maya y el Aeropuerto de Tulum.
“Si no se vende se pasa a la empresa que construye el AIFA para que lo administre y pueda rentarse para viajes a familias, empresas, y obtener recursos; de todas maneras insisto, es mejor tenerlo parado y darle mantenimiento, que usarlo”, señaló.
Pero, ¿es posible poner en renta el avión presidencial?
La solución: un fideicomiso para el avión presidencial
Por principio de cuentas, no resulta difícil legalmente la operación, pues sólo bastaría con que el gobierno haga pasar el bien en cuestión a dominio de la empresa productiva del Estado.
“Tendría que hacerse la transferencia del bien y su desincorporación para ser bien del dominio público a ser bien de uso común”, explicó a Grupo Fórmula Juan Perdomo, especialista en Derecho Administrativo de la Universidad La Salle.
Sin embargo, este proceso implicaría que no se podría entregar para actividades particulares o bien, para un servicio que no alcance a satisfacer una necesidad colectiva; y por ende, no se podría lucrar con él. Además de que al tratarse de un bien de la nación, cualquier anomalía o daño que sufriera podría convertirse en un delito federal, lo que lo haría nada atractivo para su uso.
Por otro lado, la forma más viable para llevar a cabo esta empresa sería a través de uno de los viejos enemigos de la 4T y AMLO: los fideicomisos.
En 2020, por orden del presidente, el Congreso aprobó la extinción de 109 fideicomisos por considerar que son instrumentos para la opacidad y la corrupción. Pero, de acuerdo con Perdomo, esta sería la forma más viable para lograrlo.
Las ventajas de este instrumento serían que el avión quedaría en posibilidad de ser usado para obtener ganancias, además de que se establecería en el contrato la finalidad y las condiciones de tiempo para su explotación comercial.
“Entonces, se le da el avión presidencial a la empresa productiva del Estado, del producto de la renta se le paga al banco el manejo y la ejecución del fideicomiso, y lo que queda ingresa a Tesorería de la Federación”, comentó.
Con esta acción, los ingresos que genere una vez cubiertos los gastos operativos, se tendrían que destinar para dotar de recursos a un programa social, detalló Perdomo. El problema entonces sería encontrarle clientes.
Aun así, desde su perspectiva, esta medida de poner en renta el avión presidencial no es viable en tanto que no se cuenta con un diagnóstico y un plan actual y sustentado de cómo llevarla a cabo. “Esto lo debería de hacer Hacienda. Pero nuestro actual titular es una persona que vive un total centralismo; para él, el gobierno es él y ha impedido que los demás integrantes operadores de gobierno puedan hacer su trabajo”, lamentó.
” Fuentes www.radioformula.com.mx ”