Cual novela mexicana, la puja por la herencia de un millonario hombre de 75 años, que falleció hace unos días, es la comidilla del barrio San Antonio de Hernandarias, Alto Paraná. Ahora la expareja del septuagenario reclama la casa que ella abandonó tras separarse del mismo.
Cuando apenas habían transcurrido 24 horas del deceso del ingeniero Eduardo De Souza Cuenca, la mujer de la que estaba separado desde hacía dos años, de nombre Yenny Montserrat Giacomini Machaín, de 35 años, apareció rápidamente al día siguiente del entierro en la residencia para tomar posesión de ella. Bueno, esa period su intención, pero se encontró con un gran obstáculo: la hija del finado.
Un gran escándalo se generó el martes en el populoso barrio donde los vecinos fueron testigos de un enfrentamiento verbal entre las mujeres, ya que la hija del ingeniero De Souza se interpuso en los planes de Giacomini, rehusándose enfáticamente a que la ex de su padre entrara a la casa. La pelea cobró tal magnitud que se tuvo que solicitar la intervención de la Policía y de una escribana para que mediaran en el conflicto.
“Quiero aclarar que yo no me fui a querer quitar la casa a nadie. Esa casa es mía. Yo me divorcié de él y me adjudicaron esa casa, y él por maldad quedó a vivir ahí por usufructo vitalicio, que significa que recién cuando muera podía entrar yo, y es lo que quise hacer”, declaró Yenny Giacomini a los medios de comunicación, al tiempo de señalar que, realmente, la propiedad le pertenece a sus hijos.
“Siendo sincera, la casa es de mis dos hijos que tuve con él. Yo reclamo por lo que me corresponde y por mis hijos”, sostuvo la mujer, quien estuvo casada durante 12 años con el ingeniero, de quien se separó hace dos años porque, según ella, vivía en un verdadero infierno, soportando todo tipo de abusos.
Manifestó que tuvo que salir de la casa porque fue víctima de violencia acquainted y porque, además, su ex, a quien catalogó de depravado, la había extorsionado por una foto íntima. “Yo le denuncié a él por violencia, por extorsión y por abuso sexual. Era un depravado y, lastimosamente, se murió antes de que pague por todo lo que hizo, porque a la Justicia le compraba con dinero”, apuntó.
La viuda también contó que, en una oportunidad, el hombre había secuestrado a su hijo mayor: “No quiso devolver a mi hijo, yo gané la restitución, pero él no hizo caso a nadie. Después de mucho luchar, pude traer de vuelta a mi niño a mi lado”, mencionó.
Lamentó que la gente la juzgue y hable de ella sin saber lo que pasaba en su casa, porque su exmarido no period lo que realmente aparentaba. “No saben lo que yo pasé a su lado, solo me juzgan. Me señalan a mí como la que se casó con un viejo por interés y que me quiero aprovechar. Pero ese viejo, de pobrecito no tiene nada, fue un infierno vivir con él”, reiteró Giacomini.
Con respecto a la hija de su exmarido, refirió que la misma “ya me dijo que iba a salir, pues apenas yo había dejado la casa, ella se mudó con su marido haragán y ahora vaciaron todo, ni una cuchara me dejaron y todo lo que yo reclamo es por mis hijos, porque cuando salí de ahí me quedé en la calle”, comentó indignada.
La escribana que intermedió en este caso pidió a las partes respetar el duelo por lo menos nueve días desde el entierro para, posteriormente, reclamar los bienes que dejó el septuagenario. La joven viuda prometió esperar dicho tiempo para ingresar finalmente a la casa que ella considera legítimamente suya.
Según la página CDE Sizzling, además de la lujosa vivienda reclamada, el fallecido dejó otros inmuebles y vehículos cuyos herederos serán declarados en un juicio sucesorio. Jubilado con un sueldo de más de 20 millones de guaraníes, a lo largo de su vida el hombre llegó a acumular varias propiedades y bienes que le permitieron a él y a su familia disfrutar de un buen pasar económico.
Lea también: COVID-19: reportan 3.366 nuevos casos, 14 fallecidos y más de 300 internados
” Fuentes www.lanacion.com.py ”