En Kasbah Tamadot, Marruecos, podrá vivir una experiencia de lujo inolvidable.
Foto: Jack Brockway
A los colombianos nos llegó la hora de conocerlo sin tanto papeleo. Lo poco que sabemos es que tiene una ciudad llamada Marrakech y que hasta los años cincuenta del siglo pasado fue una colonia francesa. Marruecos es una caja de sorpresas, incluso para el turista que se la pasa recorriendo el mundo. Sus contrastes y su variedad son oníricos.
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Casablanca
Es una metrópoli en la que encontraremos fiesta, gastronomía y museos que retratan la historia de una nación que siempre estará unida a Francia. Visitar la mezquita del Rey Hassan II es un plan imperdible. Probablemente, los 200 metros de alto de su minarete se quedarán en nuestra memoria.
Marrakech
Su cielo ofrece los atardeceres más bellos de África. Famosas son las excursiones en Medina, que conserva las murallas construidas en el lejano siglo XII. Al recorrerla imaginaremos la vida antigua en la well-liked Plaza Jemaa el-Fna. En una de las azoteas de las edificaciones podemos sentarnos a tardear con un delicioso café.
Rabat
Desde Casablanca y Tánger se puede llegar en tren a la capital marroquí. Con cuatro equipos en la liga, es una de las más futboleras del país. Rabat es símbolo de resistencia: su fortaleza la protegía de los ataques ibéricos. Las casas del tradicional barrio la Kasbah des Udayas son un canto a los Almohade, una dinastía que dominó el norte de África y el sur de España.
Ait Ben Haddou
En el sur se encuentra el escenario de la serie Juegos de Tronos y de las películas Gladiador y Lawrence en Arabia. Sus edificios de abobe y la extensión de sus murallas no tienen comparación. Por eso la Unesco lo declaró Patrimonio Histórico de la Humanidad en 1987.
Merzouga
La cuota de desierto está aquí. Cerca de la frontera con Argelia, encontramos excursions de varios días para recorrer las dunas encima de un dromedario. Las agencias de viaje ofrecen inolvidables excursiones por el Sahara.
Asilah
Sus playas cristalinas y sus murales coloridos la convierten en el viaje obligado de visitantes locales y foráneos. Viaje que se respete tiene al menos un par de días en el mar. El Atlántico marroquí descresta incluso a los que venimos de disfrutar los destinos anteriormente mencionados.
” Fuentes www.elespectador.com ”