El trabajo fue la razón principal del 90 por ciento de mis viajes y, desde luego, estoy sumamente agradecido por el hecho de que visitar hoteles, explorar destinos, descubrir nuevos restaurantes y escribir de todas esas experiencias sean parte de mis funciones. Y con todo y que podría considerar que pasar tiempo en aeropuertos y aviones es parte de mi rutina laboral, tengo que reconocer que lo vivido el año pasado me ayudó a reflexionar acerca de la manera en que quiero viajar en 2022. Fue así que, además de los clásicos propósitos que todos nos hacemos al llegar el 1 de enero –comer saludablemente, hacer ejercicio y cuidar mejor de mí mismo, entre otros–, también me planteé algunos relacionados con la manera en que aspiro a recorrer y descubrir el mundo.
Viajar más por México
Las restricciones impuestas por distintos países durante la pandemia impactaron directamente en los destinos a los que elegimos viajar. Desde luego, todos volteamos la mirada a México y a aquellos lugares que no habíamos pisado antes. Yo no fui la excepción y en 2021 volé por primera vez a Sinaloa. Encantado por la frescura de sus mariscos, la amabilidad de la gente y el ritmo de banda que se escucha por todos lados quedé invitado a regresar a continuar mi exploración y a terminar de conocer los estados que aún no conozco (Coahuila, Durango y Sonora, entre ellos). Lo que quiero decir es que en nuestro territorio podemos encontrar un sinfín de atractivos para todos los gustos e intereses, y básicamente lo único que se necesita es tomar la decisión de hacerlo. Las sorpresas están garantizadas y hay opciones para todos los bolsillos.
Estar más en contacto con la naturaleza
Los estadounidenses tienen una expresión –metropolis mouse or nation mouse– para clasificar a la gente que prefiere las ciudades o el campo. En ese sentido, soy alguien que prefiere planear vacaciones a urbes donde pueda visitar museos, comer en restaurantes nuevos, hacer un poco de buying y hasta salir de fiesta. Sin embargo, una de las grandes lecciones que nos dejó la pandemia es la importancia de pasar tiempo al aire libre, en la naturaleza, disfrutar de los sonidos del entorno y encontrar la paz en esa conexión que muchos tenemos atrofiada. Personalmente, me encanta caminar a la orilla del mar, escuchando las olas y sintiendo la area bajo los pies, pero sé que quedan muchos bosques, lagos, islas, reservas naturales y senderos por recorrer.
” Fuentes lifeandstyle.expansion.mx ”